Secciones

Centenario de una población viñamarina

E-mail Compartir

Por iniciativa de la empresa de origen británico Duncan, Fox y Cia. nació hace un siglo la denominada Población Nuevo Miraflores, situada en el costado oriente del Valparaíso Sporting Club y limitando con el estero Marga Marga. Su principal acceso discurría, precisamente, junto al estero, lo que hoy es la avenida Uno Norte.

Era ese sector el último de los grandes espacios planos de Viña del Mar que ya en esa época, 1914, tenía casi 40 mil habitantes. La proyectada población enfrentaba a Chorrillos, ribera sur del estero, que concentraba grandes residencias y hermosas jardines.

La idea que primó para la Población Nuevo Miraflores fue también grandes espacios de vegetación y construcción armónica de viviendas, todo ello quizás inspirado en el concepto de "ciudad jardín" desarrollado por el periodista y urbanista británico sir Ebenezer Howard a fines del siglo XIX y principios del XX, concepto que tuvo en su época gran acogida.

El trazado de las calles también es original, apartándose del clásico "damero" de origen español en el diseño urbano.

Así nació lo que es hoy Miraflores Bajo que tiene el notable mérito de haber conservado sus características originales donde prima la vegetación en el entorno habitacional, dentro de un marco armónico de construcciones.

Todo ello en virtud del interés de los residentes en los valores naturales y gracias a una normativa urbana precursora, que en algunos casos se echa de menos en el resto de Viña del Mar, que impide la construcción en altura en la superficie original del barrio, limitándola a 12 metros.

Aun cuando en el sector se han radicado algunas actividades que van más allá de lo habitacional, en particular de tipo educacional, en lo general se mantienen sus características originales, fundamentalmente vivienda y buena conservación del entorno vegetal público y privado.

El crecimiento del barrio se ha extendido al cerro aledaño, en terrenos que pertenecían a la Sociedad Población Miraflores en Liquidación, un resto del proyecto original, donde el desarrollo inmobiliario ha contribuido a dar un marco digno al área principal que es la parte plana.

Para el próximo domingo se anuncia un acto de celebración del centenario de Miraflores Bajo, iniciativa positiva pues está en la línea de recordar los orígenes buscando mantener y defender aquellos valores que han dado características valiosas en un hermoso sector de Viña del Mar, inspirado en aquel viejo y hasta olvidado concepto de "ciudad jardín".

Reforma educacional: quiebre en la confianza

E-mail Compartir

En sus inicios, la necesidad de una reforma educacional descansaba en un manto de acuerdos y concordancias. Sin comprender mucho el detalle ni la profundidad del problema, muchos sectores de la sociedad civil y política compartían el hecho de que nuestro sistema educativo necesitaba un cambio, una mejora.

Calidad, acceso y financiamiento eran los grandes pilares de los cuales se desprendía un ramo de problemáticas más particulares, tales como mejoras a la carrera docente, segregación y lucro. Estado, sociedad docente y estudiantes eran los principales actores convocados a buscar soluciones a estos asuntos, siendo lógicamente el gobierno, como representante ejecutivo de la sociedad, el llamado a buscar soluciones concretas.

Durante el gobierno del Presidente Sebastián Piñera, cuando este tema acumulado por años estalló, se intentó de manera adecuada contener daños, pero con ideas, sin ataques ni aplanadoras. Se creó la Superintendencia de Educación y se ingresó el proyecto de Agencia de Calidad de Educación, entre otros.

Pero nuestro sistema presidencial es de periodos reducidos y al poco tiempo le tocó al actual Gobierno asumir la tarea de dar continuidad a lo que se venía haciendo y cultivar confianzas tanto con el sector civil como político para así, en conjunto, buscar soluciones a un problema que era constatado por todos.

Esto no sucedió y el pasado lunes 13 de octubre quedó reflejado con suma claridad en un estudio elaborado por CADEM, donde se evidencian percepciones que son preocupantes.

En primer lugar, existe una dramática pérdida de fuerza de algunas ideas o conceptos que eran clave para este gobierno. La gratuidad universal, por ejemplo, es solo respaldada por un 33% de la gente, mientras que un 65% cree que los que tienen los medios para poder pagar su educación, deben hacerlo. Por su parte, con particulares subvencionados, la expresión "salió el tiro por la culata" no puede ser más adecuada. Para un 54% de la población son merecedores de un alto nivel de confianza.

Con el lucro, entendido como abuso de la ganancia y no ganancia legítima, otro "caballo de batalla" del actual oficialismo, sucede lo mismo. Dentro de quienes son receptores de primera fuente de una educación particular o particular subvencionada, 7 de cada 10 y 6 de cada 10, respectivamente, están a favor de que el dueño del colegio pueda tener fines de lucro si la educación que entrega es de calidad. A pesar de esto, el Gobierno, apoyó la moción de diputados de la Nueva Mayoría que postulaban a sancionar el lucro con penas de cárcel, existiendo soluciones como la retención de subvenciones o pérdida de autorización de funcionamiento.

El Gobierno sigue empecinado en ideologizar las soluciones, engendrando así una reforma educacional la cual ya no cuenta en lo absoluto con la confianza de la ciudadanía, siendo la criminalización pública de los sostenedores y la distorsión del término los únicos bastiones restantes.