"Los partidos se ganan por goles", sostenía con lógica de hierro el fallecido comentarista deportivo viñamarino Luis Eduardo Gianelli, aludiendo a la recurrida excusa de las "victorias morales".
Lamentablemente, el caso actual de Santiago Wanderers, Decano del fútbol nacional, ícono de este puerto patrimonial, es que si bien gana en el estadio, ha perdido por goleada en los tribunales.
Y esa es la paradoja del momento del club porteño, pues un fallo del Tribunal Constitucional lo obliga a cancelar una deuda previsional de 2.200 millones de pesos. Es cierto que los problemas económicos en el fútbol profesional son recurrentes. En estos días se informa que Colo Colo adeuda 637 millones en contribuciones de bienes raíces impagas. Pero, mal de muchos…
Y justamente todo esto ocurre cuando Santiago Wanderers pasa por un muy buen momento futbolístico, al punto que su entrenador, Emiliano Astorga, está en la mira de la atribulada UC.
Hay diferencias entre el actual presidente de la sociedad concesionaria Wanderers, Jorge Lafrentz, y el antiguo dirigente Carlos Toro. Este último sostiene que Lafrentz conocía el problema y su dimensión, lo que el directivo actual niega.
Sostiene el presidente que si bien se tenía conocimiento, no se esperaba ese monto, abultado por intereses. Agrega que el actual grupo administrador ha aportado al club más de 5.200 millones de pesos, pagando pasivos por 1.700 millones. Además, deslinda su responsabilidad en el origen de la deuda, que, dice, se remontaría a la administración encabezada por el directivo microbusero Reinaldo Sánchez, 1992-2001, posición que es rebatida por Toro, abogado de Sánchez.
El problema es que el fallo es inapelable y Lafrentz reconoce que se debe pagar, por lo cual la concesionaria del club estudiará fórmulas de financiamiento, toda vez que la entidad es deficitaria en 500 o 600 millones de pesos anuales.
Más allá de los números, el tema inquietante es hasta qué punto el apremio económico afectará el buen rendimiento deportivo actual que da dividendos de optimismo a todos los porteños y a los fieles seguidores de Wanderers, incluso fuera de nuestras fronteras.
La responsabilidad de la directiva actual es, junto con abordar el problema económico, mantener el buen rendimiento en la cancha, evitando la tentación "recortar" en el capital deportivo que acerca al querido club a un nuevo liderazgo en el fútbol profesional.