Escritora ambienta historia para niños en Valparaíso
Literatura. "Los viajeros del Puerto" se titula el primer trabajo de Lorena Rodríguez Kittsteiner, el cual ya se encuentra en librerías.
Lorena Rodríguez Kittsteiner es diseñadora gráfica de profesión; sin embargo, lleva cerca de 14 años trabajando en la biblioteca del colegio del Sagrado Corazón Monjas Inglesas de Santiago. Fue allí, con el contacto con las alumnas, que se dio cuenta de que existía una gran cantidad de libros infantiles y para adultos, pero no para niños y niñas de edades comprendidas entre los 10 y 14 años.
"Es una edad en la que no hay mucho para leer y es donde quedan más desprovistos de lectura. Además, es una etapa en donde se desencantan también de la lectura", asegura. Ese fue el motivo para escribir "Los viajeros del Puerto" (Editorial Norma), que fue presentado el pasado fin de semana en la Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa).
Inspiración familiar
El libro se centra en tres hermanos que deben pasar las vacaciones de verano en la casa de sus abuelos, en Valparaíso. Allí comparten con su bisabuela, quien fuera alguna vez dueña de un famoso hotel que quebró misteriosamente en 1932.
Los niños, entonces, viajan al pasado a través de un tablero de juego para averiguar qué pasó realmente con el lugar y solucionar así el problema actual de sus abuelos: una constructora desea comprarles la casa para construir ahí un mall, y se van incorporando fuerzas sobrenaturales, espíritus y magia. Está "pensado en algo que a mí me habría gustado leer a esa edad", y que le gustara a niños y niñas por igual, según dice Rodríguez.
Según la autora, la trama está inspirada en su historia familiar: "Mi abuela, que tuvo en su infancia una situación similar a la que describo en el libro. Ella con su familia tuvo un hotel en Guayaquil, y efectivamente algunas cosas que cuento en el libro, ella me las contaba. Eran historias tan increíbles que yo escuchaba de chica tan asombrada que cuando me senté a escribir, la historia salió sola en esa dirección".
Sin embargo, decidió trasladar la acción al Puerto, debido a que su abuela se casó con un chileno y ambos llegaron a habitar esta ciudad. "Vivieron en Valparaíso toda su vida y después en Viña los últimos años", cuenta, añadiendo que la comuna "es una ciudad espectacular. Creo que se pueden escribir tantas historias ambientadas ahí mismo".
Estructura compleja
Este es el primer libro que realiza Rodríguez, y reconoce que no fue tarea fácil llevarlo a cabo. "La verdad es que cuando me senté a escribir no me imaginé que me iba a costar tanto", asegura.
Lo más complejo fue la estructura que eligió con los saltos en el tiempo, pues las cosas siguen avanzando tanto en el pasado como en el presente. "No es como 'Las crónicas de Narnia' que cuando los niños viajan y luego vuelven al mundo real no ha pasado ni un segundo. Y ahí es muy fácil, porque no tienes que entrelazar las historias. En la que yo escribí, me pareció que era entretenido que mientras los niños no estaban siguieran pasando cosas en el presente, entonces tenía que calzar los dos tiempos y ahí transpiré", confiesa.
Pero para concretarlo tuvo la ayuda de su editora, la que le colaboró en simplificar la historia, hacer más verosímiles algunas, así como en detalles como ajustar las edades de los personajes para que calzaran, entre otros miles de detalles.
Su objetivo a futuro es seguir en esto. "Creo que cuando uno empieza a escribir, como que se despierta el bichito", dice, aunque advierte que con todas las actividades de fin de año en el colegio le es difícil, porque necesita tener tiempo para hacerlo. Pero "terminando el año, de todas maneras agarraré el computador para ver qué sale", precisa, y probablemente no esté ambientada en Valparaíso, aunque sí estará dirigida al mismo grupo etario.
"(Valparaíso) Es una ciudad espectacular. Creo que se pueden escribir tantas historias ambientadas ahí mismo"