El Reporte de Competitividad Global 2014-2015 del Foro Económico Mundial muestra algunas sorpresas en la posición relativa de los 144 países participantes en esta evaluación. Por un lado, la recuperación de Estados Unidos, Japón e Inglaterra. Latinoamérica. En cambio, muestra una pérdida de competitividad en la mayoría de sus países, con la excepción de Costa Rica y Colombia.
Por su parte, Chile permanece con el mismo nivel de competitividad respecto de los últimos años, aunque en este último año sube un puesto en el ranking mundial, ubicándose en la posición 33, y manteniéndose como la economía más competitiva de Latinoamérica (excluyendo a Puerto Rico).
El objetivo de este reporte anual es contribuir a mejorar el entendimiento de la evolución de los factores claves de la competitividad y productividad de los distintos países. La metodología utilizada permite medir el desempeño en 114 variables, que se agrupan en 12 pilares de competitividad, y cuyo resultado se obtiene de una combinación de una encuesta de opinión, realizada a empresarios y ejecutivos locales, complementada con indicadores objetivos, emitidos por los organismos oficiales de cada país.
Pilares con buenos resultados
El análisis de las variables evaluadas en el ranking 2014-1015 indica que en el último año, el país:
Ha mejorado las regulaciones y la eficiencia del mercado financiero, así como del mercado de los bienes.
Ha aumentado la capacidad de absorción de la tecnología de información por el aumento de los accesos a Internet en todos los niveles, especialmente en la educación primaria.
Ha mantenido la alta eficiencia de su infraestructura logística y portuaria, permitiendo el aumento del transporte aéreo, naviero y terrestre de personas y bienes.
Ha mejorado la percepción nacional e internacional del nivel de su educación superior.
Pilares en que no mostramos avances
Aunque el país mantiene una sólida estructura institucional, con bajos niveles de corrupción, ha empeorado la percepción sobre la política, la independencia del poder judicial y la lucha contra el terrorismo, el crimen y la violencia.
Por otro lado, aunque Chile mantiene su estabilidad macroeconómica con bajos niveles de déficit fiscal y de deuda pública, ha empeorado la percepción sobre la estabilidad presupuestaria y el nivel de inflación.
La eficiencia del mercado laboral sigue empeorando sus indicadores, por el aumento de algunas rigideces en la regulación del trabajo, manteniendo altos costos por indemnización, así como una baja incorporación de las mujeres y de los jóvenes a la fuerza laboral.
Aunque no ha retrocedido, el país no ha podido lograr avances en salud y en educación primaria, lo que limita las capacidades de productividad e innovación de la futura fuerza laboral.
Por último, el país muestra retroceso en la capacidad de innovación, producto del bajo nivel de inversión privada y fiscal en investigación y desarrollo, lo que pone en riesgo nuestra transición hacia una economía basada en el conocimiento
Mirando el futuro
El Foro Económico Mundial aconseja -a toda América Latina- llevar a cabo urgentes reformas estructurales, para mejorar su marco institucional, e inversiones productivas en infraestructura, educación e innovación, para impulsar el crecimiento sostenido de la economía y los niveles de productividad.
Todavía no es claro que Chile esté focalizando las actuales reformas en estructuras tributarias, laborales y educacionales, impulsadas por el gobierno, hacia esos objetivos, por lo que será interesante revisar el Reporte de Competitividad Global del próximo año, para verificar hasta qué punto habremos avanzado hacia un mejor posicionamiento mundial.