El escándalo que sacude Brasil desde hace varios meses por desvíos millonarios en la petrolera Petrobras, mayor empresa del país, se agravó ayer con el arresto de un exdirector de la estatal y de ejecutivos de nueve importantes empresas nacionales.
El exdirigente de Servicios de Petrobras Renato Duque fue detenido en Río de Janeiro en una nueva fase de la operación de la Policía Federal conocida como "Lava Jato", iniciada en marzo y que ayer movilizó a 300 agentes en seis estados brasileños para cumplir 85 órdenes de captura.
La petrolera estatal está en el centro de las investigaciones de la operación y, según las autoridades, el esquema de corrupción movilizó en términos de lavado de dinero y de sobrefacturación unos 10.000 millones de reales (unos US$ 3.850 millones).
En el marco de las investigaciones sobre lavado de dinero, la Policía Federal detuvo hace unos meses al exdirector de Abastecimiento de Petrobras Paulo Roberto Costa, quien aceptó colaborar con la justicia a cambio de una reducción de pena.
Costa, quien durante años fue uno de los principales ejecutivos de la empresa, denunció un aumento ilegal del precio de varias obras y operaciones de compra de refinerías, además de cobros adicionales en contratos con terceras empresas, con el objetivo de alimentar una red de sobornos a políticos y partidos.
El escándalo de corrupción de Petrobras fue uno de los temas más debatidos en la campaña electoral para los comicios de octubre, en los cuales fue reelegida la Presidenta Dilma Rousseff, quien llegó a ser acusada por una revista de conocer el esquema de corrupción.
En medio de esta novela, Petrobras anunció que sólo divulgaría sus resultados trimestrales en diciembre ante la posibilidad de que tenga que ajustarlos por los desvíos, aunque ayer se retractó debido a la negativa reacción del mercado.