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Philae inicia experimentos en el cometa, pero su vida se apaga

Misión. La ESA dijo que aunque al módulo se le termine la energía, los datos no se perderán y cabe la posibilidad de que el robot "despierte" en agosto.

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El módulo Philae comenzó sus experimentos sobre la superficie del cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko, pero sus baterías se agotarán en las próximas horas, sus paneles solares no reciben suficiente luz y los datos recabados pueden no llegar a la Tierra por falta de energía.

Después de lograr el miércoles un hito histórico con el primer aterrizaje en un cometa, en el centro de control de operaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Darmstadt (Alemania), la euforia quedó ayer rebajada con una dosis de realismo, al confirmarse que Philae puede apagarse pronto.

El equipo científico compareció para ofrecer los últimos detalles de la misión con la esperanza de mantener un nuevo contacto con el módulo en torno a las 21.00 horas GMT de ayer si las baterías tuvieran suficiente potencia para transmitir los datos.

Si ello ocurría, estaba previsto que la señal de ese contacto llegara a la Tierra alrededor de una hora y media después, superados los 511 millones de kilómetros que lo separan del planeta.

"Si no recibimos datos es muy probable que las baterías se hayan agotado", reconoció el responsable de la misión Philae, Stefan Ulamec, "o que se le haya caído encima un asteroide", bromeó a continuación para quitar dramatismo a la situación. Según señaló, no debe cundir la decepción, ni se puede olvidar que se logró un "éxito" histórico.

Los científicos confirmaron que siguen intentando localizar la ubicación precisa del módulo, que rebotó dos veces y no aterrizó donde estaba previsto.

En ese lugar habría tenido siete horas de luz solar al día que le habrían permitido cargar las baterías, pero en estos momentos, según los últimos datos, un panel sólo recibe una hora y veinte minutos de luz y el otro entre veinte y treinta minutos.

"Desafortunadamente nos encontramos en una esquina, rodeados de rocas", señaló Valentina Lommats, desde el centro de control del aterrizaje, para explicar esa falta de luz.

Si se reciben datos, el objetivo será intentar rotar ligeramente el módulo para incrementar las posibilidades de que "vuelva a despertar y nos vuelva a hablar".

Aunque Philae se apague, subrayaron sus responsables, los datos de sus experimentos quedarán guardados en el módulo y no puede descartarse que éste pueda reactivarse en un futuro si consigue suficiente luz solar.

Según explicó Lommats, gracias a la rotación del cometa el Philae podría, por ejemplo, recibir suficiente luz solar en agosto del próximo año y "despertar", si no se ha cubierto de demasiado polvo.

"Quiero saber dónde está Philae, quiero recibir señales suya esta noche", dijo el director de vuelo de la misión, Andrea Accomazzo, resumiendo el sentir del equipo europeo que diseñó este programa espacial.

Durante la noche del miércoles, el módulo comenzó dos de los experimentos programados, a pesar del temor de que la activación de los aparatos pudiera desplazarlo de nuevo porque no está anclado.

Mabel González / Agencias

Manos a la obra

El miércoles, Philae comenzó dos experimentos, a pesar del temor de que la activación de los aparatos pudiera desplazarlo de nuevo porque no está anclado.

Activación de sensores

Se pusieron en marcha los sensores diseñados para estudiar la densidad y las propiedades térmicas y mecánicas de la superficie del cometa.

Perforación

También se comenzó la perforación de la superficie del cometa y se activó un espectómetro con el fin de detectar partículas alfa y rayos X.