La pasión de un viñamarino por los trenes hecha realidad

pasatiempo. Hoy las líneas férreas de su cuidada maqueta tienen una extensión de unos 80 metros.
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A los 4 años de edad el viñamarino Jaime González comenzó a desarrollar lo que posteriormente se convertiría en su principal hobby: coleccionar trenes eléctricos. En 1947 recibió como regalo el primero, fabricado en Estados Unidos, y ya convertido en profesional pudo consolidar esta pasión adquiriendo progresivamente todo lo necesario para construir una maqueta de grandes proporciones que actualmente tiene alrededor de 80 metros de líneas y cruza parte importante de su casa. Su hijo Rodrigo es hoy su brazo derecho en este hobby.