La fuerte sequía, que ya se prolonga por más de cuatro años seguidos en nuestra Quinta Región, ha obligado al Ministerio de Obras Públicas a declarar como zona de escasez hídrica a doce comunas de la Quinta Región, con el objeto de regular el vital elemento y asegurar el abastecimiento para la población, así como la posibilidad de implementar medidas para apoyar a los agricultores afectados por esta situación.
El decreto firmado por el ministro Alberto Undurraga, declara como zona de escasez hídrica, por un periodo de seis meses a las comunas de Los Andes, San Esteban, Calle Larga, Rinconada, Nogales, La Cruz, Hijuelas, La Calera, Quillota, Santa María, Catemu y Olmué.
Con esta medida para afrontar la emergencia se llega a un total de 18 comunas bajo esta condición extraordinaria, puesto que en octubre último otras seis comunas ya habían sido declaradas en ese estado, a saber Petorca, La Ligua, Cabildo, Zapallar, Papudo y Putaendo, tomando en cuenta que también se han declarado otras 14 comunas de la región de Coquimbo.
Tanto para el consumo humano como para el regadío, la situación de nuestra región se torna cada vez mas complicada, pues afecta duramente a la producción agrícola que en algunos casos se ha perdido totalmente y en otros el cincuenta por ciento de las cosechas. Y ante estas circunstancias, los acuerdos entre los regantes no son siempre respetados a cabalidad, por lo que el Ministerio ha aclarado que conforme a lo establecido en el Código de Aguas vigente, y no habiendo acuerdo entre los usuarios de las fuentes de agua superficiales y subterráneas de la zona para redistribuir las aguas, la Dirección General de Aguas del MOP podrá racionar las aguas disponibles en las fuentes naturales, con el objeto de reducir al mínimo los daños derivados de la sequía. Igualmente, podrá suspender las atribuciones de las juntas de vigilancia, como también los seccionamientos de las corrientes naturales que estén comprendidas dentro de la zona de escasez.
Las medidas paliativas han sido oportunas desde que comenzó la crisis, pero no son suficientes, quedando una vez más en evidencia que las soluciones definitivas en la zona van de la mano con la construcción de nuevos embalses para asegurar el riego en las zonas agrícolas e incorporar nuevas hectáreas a la producción.