Experto habla de los enfoques que debería tener la nueva política del libro
Cultura. El mexicano Carlos Villaseñor considera que hay que poner atención en el precio de los textos y el cierre de las librerías. El nuevo plan del CNCA se dará a conocer en enero.
En el programa de gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet se establecieron 25 medidas para avanzar en acceso a la cultura, formación, financiamiento, institucionalidad y patrimonio. Una de ellas dice relación con crear un Plan Nacional de Lectura y una Política Nacional del Libro, los cuales tienen como objetivo aumentar el hábito de la lectura y mejorarlos.
La preocupación del gobierno se basa en los bajos índices de lectura que arrojan varios sondeos. Por ejemplo, la "Encuesta Nacional de Participación y Consumo Cultural 2012", realizada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), arrojó que un 47,6% de los consultados no había leído un libro en los últimos 12 meses en forma voluntaria, lo que sumado al 4,8% que nunca lo ha hecho, equivale a que más de la mitad de la población no lee. Esto se debe a que no le interesa o no le gusta, como asegura un 33% de los encuestados.
Es por eso que el CNCA ha estado desarrollado una serie de debates en torno al libro, y que ha involucrado a autores, distribuidores, editoriales, y sistemas de bibliotecas, entre otros, para crear el Plan y la Política, las cuales será presentada en enero a la Mandataria, según confirmó la ministra del ramo Claudia Barattini.
Nuevas formas de leer
Si bien falta para conocer las iniciativas, hay algunos aspectos que tienen que estar reflejados en estas, sobre todo porque "estamos en un momento donde hay que tener aproximaciones distintas", dice Carlos Villaseñor, especialista en políticas culturales, diversidad cultural y patrimonio cultural inmaterial mexicano, y quien se encuentra participando en el III Seminario Internacional Economía Creativa y Territorio (Ver recuadro).
El experto detalla: "Estamos muy acostumbrados al modelo de lectura en el libro y entendemos como fomento a la lectura de temas de la imaginación en ámbitos fuera de la escolaridad; y en algún sentido, y no estrictamente ligado, pero en general vinculado a las bibliotecas, cuando en realidad todos estos parámetros han cambiado. No solo por la irrupción del libro digital, que no es el único medio alterno de lectura, sino de la propia dinámica social y la manera de acceder al conocimiento que ahora tenemos".
A esto hay que sumar todas las opciones que ofrece internet, más allá del libro o la revista electrónica que "nos permite acceder al más amplio repertorio de información que hayamos accedido nunca y en los cuales todavía la letra sigue siendo el instrumento, el medio privilegiado para hacerlo". Incluso, dice que leer los subtítulos de las películas también es una forma de leer, ya que "finalmente allí se construyen ortografías, gramática, vocabulario". "En este sentido, yo creo que las estadísticas tal y como han venido siendo elaboradas tendrían que considerar estas nuevas realidades", afirma.
Peligros inminentes
Otro tema relevante a considerar en un Plan Nacional del Libro, desde su perspectiva, es evitar el cierre de las librerías. "El libro físico no necesariamente está desapareciendo, pero las formas de distribución están cambiando de una manera brutal y están haciendo que se cierren estos centros", comenta.
Para el especialista, Chile está en un momento en el que está al borde de perder estos lugares, los que desde una "observación absolutamente empírica" cumplen "un papel de informador muy importante", afirma. "No es que estén perdiendo nada más un punto de venta, sino un centro de producción y transmisión de conocimiento, porque me consta -y lo valoro mucho-, que los libreros chilenos son gente conocedora, que sabe que material tiene, sabe recomendar y en ese sentido, esta pedagogía se puede perder en forma muy inmediata para ser sustituida por alguien que tiene facilidades de acceso a la computadora y puede encontrar un libro por el autor, el título, etc. Entonces yo veo un peligro en ese sentido".
Otro tema relevante tiene que ver con "la estructura, la integración de los costos coloca el precio de los libros en Chile a que sean casi inaccesibles", explica. Según el estudio del CNCA ya citado, un 79,1% de la población considera que comprar un libro en nuestro país es "muy caro" o "caro".
"Esto me preocupa -continúa Villaseñor- no solo por la propia limitación que implica un precio alto para el acceso a los libros; sino porque en un entorno digital lo pondría inmediatamente fuera de competitividad".
Y admite: "Veo inminente la entrada -como ha sucedido en México, Argentina, Brasil-, la entrada de mecanismos como Amazon, que no es la única en el mundo pero es la marca que nos da referencia sobre un sistema de distribución. Creo que es indispensable que se tomen medidas para el efecto".
Villaseñor dice que "esto no solo tiene que ver con el modelo de negocios y ver qué puede hacer la institucionalidad para encontrar que esta forma de transmisión del conocimiento pueda tener continuidad; sino también implica que para poder tener acceso a estas nuevas formas de distribución de la lectura, hay que generar habilidades y competencias para las personas".
"Me parece que en América Latina no ha sido suficientemente analizado el impacto de este nuevo ecosistema que se llama economía creativa. Nos hemos quedado mucho en el análisis de los impactos que tienen en el valor económico, pero no cómo generar habilidades y competencias en este nuevo escenario de cambio de paradigma", dice y añade que "esa es una responsabilidad social y democrática".
-¿Y quién debe enfrentarla?
-El Estado. Esto es una decisión de Estado, de las personas que viven en un territorio, de qué leyes se harán para saber a qué bien común aspiran. Y esto cruza evidentemente por la redefinición del sentido del desarrollo en un entorno de economía creativa.
"El libro físico no necesariamente está desapareciendo, pero las formas de distribución están cambiando de una manera brutal y están haciendo que se cierren estos centros"
En la casa central de la Pontificia Universidad Católica se está desarrollando la tercera versión del Seminario Internacional Econocomía Creativa y Territorio, el cual tiene como objetivo contribuir a la reflexión y el perfeccionamiento del sector de la economía creativa. El encuentro -organizado por Balmaceda Arte Joven y apoyado por Corfo Regional-, termina hoy. Entre las actividades de cierre se encuentra la charla de Carlos Villaseñor, titulada "Cultura, economía creativa y territorio. Miradas para nuevos debates".
"(El costo del libro)
me preocupa no sólo por la propia limitación que implica un precio
alto para el acceso; sino porque en un entorno digital lo pone inmediatamente fuera de competitividad"
Flor Arbulú