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Desarrollo urbano para mejores ciudades

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Desde su fundación la CChC ha sostenido un irrestricto compromiso con el desarrollo de nuestras ciudades, nuestros barrios y con la calidad de vida de sus habitantes. Esta opción se ha expresado en innumerables aportes al país en materia desarrollo de políticas públicas e instrumentos de planificación. Y más recientemente en nuestra participación en el diseño de la nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU) y el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, que tiene como objetivo implementarla para que guíe el desarrollo de nuestras ciudades los próximos 50 años.

Lo cierto es que el desarrollo urbano plantea hoy enormes desafíos para la construcción de ciudades: la integración social, el desarrollo económico, la sustentabilidad ambiental; la identidad y el patrimonio; la institucionalidad y la gobernanza, etc. Y a todos ellos debemos ser capaces de dar respuestas.

Para hacerlo, como gremio -hoy como antes-, apostamos por un trabajo colaborativo público-privado y por una mirada de gestión del territorio diferente. Aquella gestión que involucre a la comunidad y los agentes económicos, políticos y sociales de la ciudad, con el fin de lograr mayores beneficios de las iniciativas públicas y privadas, y que al mismo tiempo permita la sostenibilidad.

Fue por ello que tras el megaincendio que arrasó los cerros de Valparaíso y conscientes de que la tragedia en gran medida se explicó por su precario urbanismo, como CChC Valparaíso realizamos el Primer Encuentro Regional de Desarrollo Urbano "A propósito de Valparaíso…", un espacio donde dialogaron constructores, desarrolladores inmobiliarios, arquitectos, urbanistas, economistas, autoridades y la comunidad, buscando hacer sus aportes para orientar la reconstrucción, pero con seguridad y calidad de vida para las personas.

La actividad resultó un éxito y fue tan valorada que los propios actores nos pidieron repetirla, esta vez con un alcance mayor. Por eso organizamos el 2° Encuentro Regional por el Desarrollo Urbano: "Cooperación Público-Privada, Nuevos Escenarios de Desarrollo".

Se trata de un seminario internacional en el que, gracias a las exposiciones de destacados especialistas del mundo público, privado, gremial y de la academia, de la talla del Roberto Camagni, profesor de Economía Urbana Regional del Instituto Politécnico de Milán, se abordarán los principales desafíos que enfrentan el desarrollo y la gestión urbana, la arquitectura y en general la industria de la construcción, para hacer ciudad.

Es un gran esfuerzo el que se hace para poder generar este espacio de encuentro necesario, pero lo hacemos con mucho entusiasmo y cariño, pues lo entendemos como una manera de servir a la región y a la comunidad. Los esperamos hoy jueves 11 de diciembre en el hotel casino Enjoy de Viña del Mar, a partir de las 8.30 horas, para que participen y hagan sus aportes, porque las ciudades mejores que queremos se construyen entre todos.

La sequía, un problema de todos

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En algún momento se calificó a la sequía como un "terremoto seco". Y así es, pues los efectos de la falta de agua se proyectan sobre la vida diaria de las personas, sobre su salud, sobre la producción agrícola, castigando también la minería y la economía en general.

A la vez, la carencia del recurso hídrico tiene alcances sociales, pues la limitación de las fuentes de trabajo en los campos obliga a las personas a dejar esos lugares generándose migraciones que recargan la población de las grandes ciudades.

Así, el problema de falta de agua que afecta a nuestra Región debe asumirse en todas sus dimensiones, más allá de lo puntual, de lo estacional y de las soluciones a la contingencia.

Se ha informado en El Mercurio de Valparaíso que son tres provincias de la Región las mayormente amenazadas por el problema: Petorca, 70.000 habitantes; Quillota, 230.000; y Marga Marga, con casi 250.000, totalizando más de medio millón de personas afectadas en su vida, trabajo y patrimonio.

Pero si bien se ha focalizado el problema en esas tres provincias, la amenaza es cercana para toda la Región, con su millón 540 mil habitantes, especialmente en el abastecimiento de agua potable. Mayoritariamente el suministro del Gran Valparaíso procede de captaciones en la cuenca del Aconcagua, en tanto el antiguo embalse de Peñuelas está en sus niveles mínimos y Los Aromos también acusa carencias. Para los efectos de la agricultura, se han emprendido algunas obras de mitigación, como profundización de pozos y acuerdos para el uso del ahora limitado caudal del Río Aconcagua, afectado por falta de lluvia y nieve en la alta cordillera, resultado del cambio climático.

En suma, el problema es grave, cercano y está presente. Visto en perspectiva tiene, en los hechos, características de un terremoto y también las dimensiones de un gran siniestro como el que afectó en abril a Valparaíso. Pero, como un cáncer, avanza en silencio y no se le presta con urgencia la atención requerida. Esta realidad exige acciones definitivas: avanzar en la construcción de embalses y tecnificación en el uso del escaso recurso. Hay que buscar nuevas fuentes de suministro como la desalinización del agua de mar y el aprovechamiento de las neblinas, por ejemplo. A la vez, se debe modernizar la normativa legal vigente de acuerdo a la magnitud del problema y a la realidad de ese cambio climático del cual mucho se habla pero, generalmente, se toma como algo lejano y que no nos toca. Y, finalmente, como en muchos campos, está la educación en todos sus niveles: es necesario hacer conciencia colectiva sobre el problema, educando para el ahorro de ese recurso, cada vez más escaso.