El actor más taquillero de los últimos años volverá a la pantalla grande, esta vez lejos del traje de superhéroe, y de la mano Ridley Scott en una historia bíblica. "Éxodo: dioses y reyes" se estrenará en Chile el próximo 25 de diciembre.

La historia de la huida judía del yugo egipcio vuelve a servir de material al cine de entretención, que nuevamente recrea la historia de Moisés, principal profeta del judaísmo, y el faraón Ramsés II, el más poderoso faraón egipcio.

El tráiler se introduce con una vista panorámica de la ciudad de Tebas a toda gráfica computacional; por un lado el faraón de ojos delineados, por el otro lado Bale-Moisés vestido como un soldado. Detrás una voz dice: "crecieron juntos como hermanos, cuídense el uno al otro siempre", el que habla es el actor Ben Kingsley, parte del elenco que también suma a Sigourney Weaver y John Turturro como otros personajes de esta historia bíblica.

Corren las imágenes de un pueblo judío esclavizado por la construcción de las pirámides que abandona sus animales y cultivos y muere de hambre. Lentamente Moisés descubre su origen y comienza a liderar la rebelión. Ramsés lo reta con un "veamos quién de los dos es más eficaz para matar: tú o yo" y se desata la guerra.

Moisés consumido y barbón en el desierto busca una solución que lo hace parecer un mago que desata variadas pestes: las langostas ensombrecen el cielo y se abaten sobre los cultivos, batracios subiendo desde las aguas sanguinolentas del Nilo, alacranes entre las sábanas, granizo en las terrazas y muerte de los promogénitos. Todo concluye en este vertiginoso tráiler con una breve aparición de la zarza ardiendo y una alocada carrera a caballo entre el mar abriéndose a lado y lado.

Otra cosa vista al pasar con un poco de lástima: que se anuncia como una película del mismo director de "Gladiador", ni la sombra de una alusión a "Blade Runner", esa pieza cinematográfica definitiva que alguna vez dio a luz Scott.

BLANQUEAMIENTO

De eso han acusado algunos críticos a "Éxodo" al poner en los roles de Moisés y Ramsés a actores occidentales, a lo cual el director se defendió diciendo que Egipto en esa época era un punto de confluencia entre África, Medio Oriente y Europa.

Respecto a la fidelidad que tributa a la Biblia han dicho que Scott ha respetado la mayoría de los hechos contados allí; en cuanto a lo estrictamente histórico, se ha encontrado evidencia de cierto éxodo que hubo en esa zona entre el siglo XII y XIII donde se movilizaron masas desde Egipto por hambrunas y escapando de la esclavitud. Por cierto la poética que subyace en el libro de la biblia llamado "Éxodo" es a lo que específicamente quería apuntar Ridley Scott, la opresión y el sentimiento de liberación que se alza y que cuaja en una huida y vagancia por los desiertos hasta llegar a una Tierra Prometida.

Otro elemento que ha llamado la atención de este filme es que la voz de Dios, cuando habla con Moisés, la realiza un niño de once años llamado Isaac Andrews.

SANDALIAS Y ESPADAS

Por su parte, Christian Bale ha dicho que Russell Crowe y Gary Oldman le encomiaron a Ridley Scott y que le encantó asumir el papel. "Tuve que digerir toda la noción ridícula de alguien que me pedía interpretar a un personaje tan importante como Moisés y que lo haya considerado aunque hubiera sido por un corto espacio de tiempo, amo las situaciones en donde estás en desventaja y obviamente sé que hay mucha gente que va a decir '¿Cómo se atreve a interpretar a este personaje?", contó el actor. "Trata sobre dos hermanos, no de sangre sino de crianza, que crecen juntos pero que se vuelven enemigos absolutos y se sorprenden mutuamente. De alguna manera los presentamos como dos ateos que entienden la necesidad del panteón egipcio de dioses para poder gobernar de manera poderosa y efectiva. Entonces, de repente, uno de ellos, Moisés, es exiliado y experimenta una especie de purificación en el desierto y recibe el llamado para regresar a Egipto, instigado por Dios y una voz que le dice lo que tiene que hacer", dijo Bale.

Sobre su transformación en Moisés apuntó que fue interesante encarnar a alguien que ha vivido la experiencia extrema de lo divino y que su travesía por el desierto refleja de manera absoluta la travesía de los israelitas. "Bien que seas religioso o no, es una historia fascinante", concluyó Bale.