Alumnos libres y felices, las dos aspiraciones de un nuevo método de aprendizaje
Villa Alemana. Escuela alternativa logró un alto nivel de aprobación en exámenes libres del Mineduc… Pero su creadora rechaza de plano las calificaciones para los menores pues dice que los lleva a exacerbar la competencia.
En la Escuela Libre y Feliz María Lefebre Lever de Villa Alemana, todos los días se producen nacimientos, que son atendidos por parteras. No en el sentido literal, por cierto. Cada conocimiento expresado por las niñas y niños que atiende, es tomado como un nacimiento, y que debe ser atendido por una partera educativa. Esa es parte de la base del método Lefebre Lever, diseñado por la propia creadora del establecimiento, María Verónica Rodríguez Gutiérrez, y que busca consolidarse como un sistema de educación alternativo a la formación tradicional.
Pese a no estar reconocida por el Estado, la Escuela Libre y Feliz recibió una buena noticia. En los exámenes libres que rinden sus alumnos, y que es la medición que realiza el Ministerio de Educación para este tipo de estudiantes, alcanzaron el 98% de los objetivos medibles. Y aunque, precisamente, las evaluaciones de este tipo no tienen un lugar en su estructura, les sirvió para demostrar que es posible educar en nuestro país sin esa suerte de yugo como son las notas. "Está demostrando que los niños y niñas pueden incorporar contenidos curriculares sin la necesidad de hacerlos competir y entristecer sus vidas", sostiene Verónica Rodríguez, profesora de Estado, doctora en Educación, y magíster en administración educacional.
¿Qué persigue este nuevo método Lefebre Lever? "Es un método que yo creé el 2002 basado en escuelas felices y el 2012 comienzo con este espacio, cuando me digo que la educación feliz no la vamos a encontrar necesariamente en las escuelas tradicionales, porque el sistema tiene tales engranajes que responde a calificaciones y que ni los profesores ni los niños pueden liberarse de un resultado calificativo, que es la nota", responde Verónica Rodríguez.
El sistema se basa en lo que se conoce como la mayéutica socrática, que significa "dar a luz". El filósofo griego entendía que el saber era dar a luz un nuevo conocimiento, y lo asimiló viendo a Fenarate, su madre, una partera o comadrona.
Ni libres, ni felices
La resistencia del método Lefebre Lever a las calificaciones de sus alumnos se basa a un rechazo a la competencia, pues se le entiende como el resultado y el camino que lleva a ella. "Cuando nosotros competimos tenemos premios, y en el sistema académico escolar el gran premio es la nota, entonces hay premio y castigo. Si no logro lo que el profesor quiere que logre y alcance tiene un castigo de color rojo, por tanto no sólo los hacemos competir entre ellas y ellos, en que hay mejores y peores, sino además, pescamos la gama de colores la transformamos y la demonizamos: los rojos son malos y los azules son buenos. Y cuando hay premios y castigos, los niños no son libres ni son felices" dice Verónica Rodríguez.
En todo caso, esa lipiria que les produce las calificaciones no implica que no exista evaluación, pero claramente es de otro corte. Por ejemplo, a través de un video elaborado por las propias parteras educativas, queda un registro de los avances de cada menor en una materia determinada, y en segundo lugar, está la observación directa de estas mediadoras (también se les conoce así) en base a un ejercicio en el que se pide a los niños hacer una descripción de la materia en estudio, donde se incorpora la grafía (escribir) y la lectura. Finalmente, demuestran que saben hacer lo que se les pide y eso es lo que importa en este sistema.
El nivel de ruptura con la educación convencional, en que se basa el Ministerio de Educación, se suaviza en el método Lefebre Lever al momento de analizar la malla curricular. De hecho, se trabaja con la malla curricular del Ministerio de Educación para los distintos niveles. Entonces, ¿dónde se marca la diferencia? Pues precisamente en la forma de llevarla a cabo. "Tomamos esta malla y la transformamos en significativa y viva, a través de ejes temáticos", afirma Verónica Rodríguez.
Las metas de esta organización son claras según Verónica Rodríguez: consolidar la escuela que inició en Villa Alemana y difundir el método para que se proyecte en todo el país. "Estamos preparando gente desde hace dos años a través de un diplomado de parteras educativas del método Lefebre Lever, a precios módicos y los que no pueden pagar lo hacen con becas. Queremos que la gente venga, vea que es posible y lo replique. Nosotros no cobramos por patente y más aún lo apoyamos, lo difundimos, le entregamos herramientas", finalizó