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Sospechosos de masacre en París habían sido vigilados antes del ataque

Perfil. Un amante del rap convertido en aspirante a guerrero santo musulmán y su hermano mayor eran ayer los hombres más buscados de Francia por su presunta participación en el asesinato de 12 personas en las oficinas de "Charlie Hebdo".
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Francia se encontraba ayer en vilo tras el atentado terrorista contra "Charlie Hebdo" en París, mientras la policía gala perseguía a dos hermanos sospechosos de haber cometido el ataque contra esa revista satírica que dejó 12 muertos, en medio de reportes de que habían sido vistos en el norte del país.

El Gobierno francés admitió ayer que los dos principales sospechosos del atentado a Charlie Hebdo, los hermanos Cherif y Said Kouachi, ya habían sido vigilados en el pasado por las autoridades, pero que no había indicios de que estuvieran planeando un atentado ni existían causas pendientes contra ellos.

Cherif Kouachi (32), un amante del rap convertido en aspirante a guerrero santo musulmán, y Said Kouachi (34), su hermano mayor, eran ayer los hombres más buscados de Francia.

El menor de los Kouachi, ex repartidor de pizzas, fue condenado a 18 meses de prisión en 2008 tras intentar salir de Francia para unirse a combatientes islámicos en Irak.

Después que lo liberaron trabajó en la sección de pescados de un supermercado en un suburbio de París durante seis meses a partir de octubre de 2009, pero sus supervisores no notaron nada que los preocupara.

Dos años después de ser declarado culpable, la policía lo detuvo nuevamente, pero lo liberó sin encausarlo, en la investigación de un supuesto plan para liberar a un reo que fue condenado por atacar con bomba una línea ferroviaria parisina en 1995, dijo un funcionario judicial francés.

Reporteros de The Associated Press que cubrieron el juicio, que reveló una trama de reclutamiento en un barrio de clase trabajadora y multicultural del noreste de París para librar una guerra santa islámica, recordaron al acusado como un joven delgado que parecía muy nervioso ante el tribunal.

El abogado de Cherif Kouachi dijo entonces que su cliente se había juntado con malas compañías y estaba sobrepasado por la situación.

Durante el juicio se dijo que Kouachi había recibido solo formación mínima de combate, saliendo a correr para ponerse en forma y aprendiendo el funcionamiento de un fusil automático Kalashnikov mediante los planos.

El exrepartidor de pizzas fue descrito como un guerrero reacio, aliviado de que agentes de contraespionaje franceses le hubieran impedido tomar un vuelo con destino a Siria que en último término debía haberlo puesto camino del campo de batalla en Irak.

Sin embargo, la prisión cambió a su antiguo cliente, dijo el abogado Vincent Ollivier al periódico Le Parisien en un artículo publicado ayer. Cherif Kouachi se volvió hosco e introvertido y empezó a dejarse barba, dijo el abogado. El tiempo que pasó en prisión, dijo Ollivier, podría haberlo convertido en una bomba de relojería.

Se sabe menos del hermano mayor, pero el primer ministro francés, Manuel Valls, dijo ayer a una emisora francesa de radio que los dos hermanos eran conocidos por los servicios de inteligencia y probablemente los habían seguido antes del atentado contra el semanario Charlie Hebdo.

Un tercer sospechoso identificado por las autoridades francesas se entregó el miércoles. Mourad Hamyd, de 18 años, se entregó en una estación de policía al enterarse por las noticias que su nombre estaba vinculado con el atentado, dijo Agnes Thibault-Lecuivre, portavoz de la Fiscalía de París, quien no especificó su relación con los hermanos Kouachi.

El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, informó que la policía francesa ha detenido a nueve sospechosos del entorno de los atacantes. Descartó una relación entre el atentado a la revista y el incidente en que ayer murió una agente de la policía en París.

El nuevo hecho de violencia no impidió nuevas manifestaciones en honor de las víctimas.

"El atentado de ayer (miércoles) en París nos hace pensar en la crueldad humana"