El dueño de los caballos que se observan en la imagen debió pensar que la Plaza Vieja de Quilpué es un buen lugar para que pasten. Pese a lo hermosos que son estos animales y a la atención que generan, sobre todo en niños, los daños que pueden ocasionar restan atractivo. Además de que no es un lugar apropiado para su permanencia, la presencia de caballares en la vía pública constituye un serio peligro, tanto para transeúntes como para automovilistas.