Cientos de personas acompañaron al escritor Pedro Lemebel en su último viaje
Gente. Música, bailes, pétalos de flores y una multitud de banderas fueron algunas de las características que tuvo el cortejo fúnebre del escritor. En la ceremonia participaron familiares, amigos y algunas autoridades del país.
fotos agencia uno
Unas 600 personas llegaron ayer en la mañana hasta la Iglesia Recoleta Franciscana para ser parte del último adiós a Pedro Lemebel, quien falleció la madrugada del viernes a los 62 años producto del cáncer de laringe que le fue detectado en 2011. Familiares, amigos, autoridades políticas, escritores, actores y lectores acompañaron el cortejo que pasó por el Museo de Bellas Artes y La Moneda, hasta llegar al Cementerio Metropolitano.
A la salida de la iglesia flamearon decenas de banderas chilenas, del pueblo mapuche, de la comunidad gay y hasta una bandera de Cuba que portaba Víctor Hugo Robles, el 'Che de los Gays', reconocido activista del movimiento y que llevó la batuta de los gritos de los presentes: 'Compañero Lemebel presente, ahora y siempre'.
'Aquí está el pueblo, la gente que lo quiere, lo lee, lo respeta y no lo juzga. El mismo pueblo que acompañó a Gladys Marín, y estoy seguro que para él eso es muy importante', destacó el fundador de la librería Metales Pesados, Sergio Parra, respecto a la multitud que se lo acompañó en su último viaje.
Tal como ha sucedido con otros artistas del país, el autor de 'Tengo miedo torero' también recibió el homenaje de las pergoleras que lanzaron flores rojas al féretro y escribieron su nombre con pétalos en una de las calles por donde pasó, acompañado de un corazón. No por nada, fue en Recoleta donde Lemebel pasó gran parte de su vida.
El cariño que demostró la gente por el escritor y artista visual, que quedó demostrado también durante el velatorio hasta donde llegaron cientos de personas a rendirle un homenaje, sorprendió y emocionó a Pedro Mardones, su hermano.
'Para mí es algo muy fabuloso porque nunca esperé que mi hermano fuera tan famoso y querido por la gente. Yo creo que él está feliz en estos momentos de estar junto a su madre y nosotros también lo estamos porque pensamos que Chile lo amaba', comentó.
El resto de la familia, en voz de Carmen Soria y Héctor Núñez, agradeció a todos los asistentes y a quienes acompañaron en vida al escritor. 'Ojalá que la rebeldía de Pedro se fortalezca y crezca en la sangre y a seguir luchando contra este sistema de mierda que tenemos', manifestó Soria en el funeral. Núñez, por su parte, manifestó: 'Escuché que el cáncer le había ganado a Pedro y eso es mentira. Él cabalgó arriba de la enfermedad y además, la manera que nos dejó en el hospital fue una performance de principio a fin'.
La actriz Vanessa Miller, amiga del escritor, aseguró que 'ojalá nos levantáramos todos los días y tuviéramos un Lemebel que nos pusiera la lupa que él sabía poner, que hacía que esa cosa estructurada, conservadora, cínica y mentirosa de los poderes fácticos del país quedaran en evidencia y apareciera la verdadera moral del chileno, que es inclusiva, tolerante, folclórica y con humor'.
Entre las autoridades políticas que fueron parte de la ceremonia de despedida de Lemebel se encontraba la diputada Karol Cariola y la ministra de Cultura Claudia Barattini. Esta última -tal como lo hizo tras enterarse del fallecimiento del autor de 'Loco afán'-, recalcó que 'nos deja un tremendo legado como artista, su obra, pero también todos los sentidos de sus trabajos, donde él logró plasmar una mirada sobre Chile que tenemos que agradecer y reconocer, porque nos hizo mirar el Chile que no veíamos'.
Asistentes anónimos que asistieron al funeral, en tanto, también destacaron su consecuencia y lucha constante por la causa homosexual, en el sentido de que fuera considerado como algo normal dentro de nuestra sociedad y no como una condición especial.
En el Cementerio Metropolitano siguieron los homenajes con la lectura de algunos de sus escritos, cantos y discursos. Los restos del ganador del Premio Iberoamericano de las Letras José Donoso en 2013 quedaron junto a los de su madre Violeta Lemebel, fallecida en 2001, tal como había sido su deseo en vida.