Fue dueño de un récord mundial por largos 15 años luego de haber cruzado 22 kilómetros en el Estrecho de Gibraltar en 3 horas y 22 minutos. Realizó impresionantes travesías en los océanos Pacífico y Atlántico. Fue el primer chileno en desafiar las frías aguas del Canal Beagle y el Estrecho de Magallanes.
Hoy, Víctor "Tiburón" Contreras forma y entrena nadadores con el fin de repetir muchos de sus audaces trayectos efectuados hace décadas atrás, no olvidando todos los logros obtenidos en su trayectoria, cuya base, según explica, se encuentran en la fortaleza y sacrificio que se necesita para triunfar en el nado en aguas abiertas.
Con éxito, Contreras puede decir que muchos de sus alumnos han podido alcanzar el sueño de cruzar el Canal Beagle, el Estrecho de Magallanes, entre otros, hecho que lo motiva para seguir prolongando esta labor que consiste en la preparación de jóvenes talentos que estén dispuestos a asumir estos retos de gran dificultad.
Este año fue el turno de Sebastián González, Felipe Jiménez, Alejandro Stowhas, Mario Allende, Escarlette Torres, Francisco Olavarría y Nicolás Aravena. Juntos formaban el "Grupo Tiburón" que, bajo el mando del experimentado nadador porteño, se entrenaron intensamente para capitalizar uno de sus desafíos más extremos.
Este grupo, compuesto por jóvenes de entre 12 y 20 años, decidieron formar parte de un tentador proyecto que tenía como objetivo recorrer 2 kilómetros en las frías aguas de Canal Chacao a partir de los tramos contemplados desde la playa Eucaliptus hasta el Faro Guillén.
El desafío fue uno de los que más riesgo ha presentado desde que Contreras ha visitado la Isla de Chiloé. Esto se debió principalmente por el fuerte cambio que hubo en las corrientes del río, lo que derivó en que sólo tres de sus alumnos, Felipe Jiménez, Escarlette Torres y Mario Allende, pudieran lograr con éxito el trayecto de los dos mil metros.
CRUCE DE ALTO RIESGO
"Fue una travesía impredecible y de alto riesgo. Yo llevaba las cartas que me facilitó el SHOA, notificando que la altura de la corriente del mar eran de 0.1 metros. Íbamos muy confiados, pero las corrientes a veces se adelantan o se atrasan y esta vez resultó que se adelantaron demasiado, llegando a los 8 y 9 nudos y eso pudo verificarlo nuestra lancha Arcángel que fue la que nos trasladó al Chacao. Esta fue la razón que impidió que cuatro de nuestros nadadores no pudieran superar el reto. La Armada los sacó del agua, no había manera de que completaran el trayecto, era mucho el riesgo que corrían" sostuvo el "tiburón", señalando que este no fue el único percance que sufrieron en su estadía en la Región de los Lagos, explicando que tras un largo recorrido realizado por tierra, el bus que los transportó sufrió una serie de inconvenientes que los retrasó en su llegada, hecho que significó el desgaste del equipo.
"Cuando íbamos camino a Chiloé nuestro bus se quedó en pana cuatro veces en el camino, llegamos 5 horas más tarde de lo presupuestado. Estuvimos bajo la llovizna y lo peor de todo es que los chicos se desgastaron por este motivo, llegamos un 24 en la noche y el salto debíamos hacerlo el 25 en la mañana. Pero bueno, estas son anécdotas que nos pasan a todos los deportistas en general" dice.
Una odisea en el Chacao
El Grupo Tiburón debió zambullirse el domingo 25 de enero desde el punto de inicio en la playa Eucaliptus, ubicada en las inmediaciones de Pargua en el continente y, con 10 minutos de retraso comenzaron lo que para el ex deportista fue una auténtica "odisea".
"El transbordador que nos llevó sufrió un pequeño retraso que a la postre iba a tener repercusiones en el desafío. Con la Armada y con la Capitanía de Puerto Ancud pactamos la partida a las 11 horas y pudimos salir a las 11:10. Felipe Jiménez, uno de mis mejores pupilos y con un futuro extraordinario, tomó la vanguardia junto con Mario Allende y Escarlette Torres. Esto fue sin duda una odisea ya que la Armada nos pedía que paráramos la carrera por la corriente que se formó de justo a la mitad del Canal, tomando la medida de retirar a los 4 nadadores que, con bronca, tuvieron que salir del río. Estoy muy feliz por lo que logró el grupo, siendo Felipe Jiménez el mejor de todos con un tiempo de 39 minutos, también por Mario Allende y Escarlette, que debe haber sido la que más sufrió en este cruce porque no avanzaba después de la corriente. Los demás nadadores que no pudieron llegar a la meta pueden estar tranquilos porque tendrán nuevas oportunidades de aquí en adelante", cuenta Contreras.
Lleno de expectativas, un orgulloso Víctor Contreras adelanta los nuevos desafíos que enfrentará este grupo.
"El 21 de febrero tendremos una travesía nocturna sólo para valientes desde el Muelle Prat hasta la punta del Muelle Barón y, el próximo año podremos viajar, si Dios quiere, al Estrecho de Magallanes y después ojalá poder llegar a cruzar el Estrecho de Gibraltar" finaliza.