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A 10 meses del megaincendio

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Esta semana se tuvo acceso a un sendo informe elaborado por la Labocar de Carabineros, respecto del megaincendio de Valparaíso y en el que se llegó a la conclusión que el inicio del fuego estuvo en un par de aves que se posaron sobre cables de alta tensión y que al quemarse (más el contacto con pastizal seco) provocaron el siniestro más grande que haya afectado a este puerto en las últimas décadas. Un importante avance en la investigación, pero sin duda aún quedan muchos puntos por aclarar, entre ellos, si las alarmas y el ataque a las llamas fue oportuno y el adecuado. Sin duda, una labor intensa que debe resolver la fiscalía.

Pero, dejando este análisis en los niveles de la justicia que es donde se deben resolver los responsables de esta tragedia, queda otro punto que aún no está resuelto o, por lo menos, no se ha dado a conocer con claridad. ¿Qué ha cambiado en los últimos 10 meses respecto a las capacidades para enfrentar -bajo las mismas condiciones climáticas- un megaincendio en los cerros del puerto?

Esta semana se mostraron sendas piscinas en la parte alta de la ciudad que permitirán entregar agua a bomberos y camiones cisternas para, así, atacar más rápido el fuego; también, se han iniciado las primeras obras de un cuartel de Bomberos cerca del camino La Pólvora. También se ha dado a conocer un sistema georeferencial para conocer estado de los grifos por parte de Esval. Tres puntos positivos y que reflejan preocupación de parte de las autoridades.

Queda por resolver, entonces, si las capacidades de los aviones dromader son suficientes para volar en zonas de quebradas y con viento fuerte, o es necesario adquirir nuevas naves que puedan cumplir con estas exigencias; si ha existido un trabajo real en las áreas complejas para erradicar a la gente; si bomberos cuenta con los equipos suficientes, misma situación para los brigadistas de Conaf. A esto hay que agregar la preparación de las autoridades y las labores de limpieza de las zonas más complejas. Así visto, existen avances y tareas pendientes.

Valparaíso, con su compleja geografía, debe entender que las posibilidades de este tipo de emergencias siempre están latentes, por lo que la necesidad de contar con equipos y personal idóneo es una urgencia que, quizás, no la tiene otra ciudad.

Ya son 10 meses del megaincendio, bueno es sentarse a ver en qué se está bien y qué falta para entregar total seguridad a sus habitantes.