"Recuperar la confianza de la ciudadanía va a ser una tarea compleja y muy difícil"
Pese a que el verano vive su apogeo, la temporada estival está lejos de ser una época de vacaciones y tranquilidad en materia política. Al caso Penta, cuya arista más compleja apunta al financiamiento de campañas políticas -en su mayoría de candidatos de la UDI- presuntamente de manera irregular, y al caso "Yate", que investiga posibles hechos cuestionables en el acto de campaña de recolección de fondos para la candidatura presidencial de Michelle Bachelet, hace unos días se sumó el denominado caso "Caval" que concluyó con la renuncia de Sebastián Dávalos, hijo de la Mandataria, a su cargo de director sociocultural de La Moneda.
Tres situaciones que, aunque con particularidades distintas, tienen en común la relación, siempre cuestionable, entre el poder político y los intereses económicos.
"Pienso que es una situación bastante compleja que, en definitiva, viene a ratificar la mala imagen que tiene la ciudadanía respecto de la mezcla entre política y poder económico", comenta el diputado independiente por el distrito 11, Gaspar Rivas.
El exparlamentario de Renovación Nacional considera que este panorama solo viene a acentuar las inquietudes respecto a las influencias que pueden alcanzar los grupos financieros en los poderes del Estado.
POLÍTICA Y PODER
-¿Cuáles son las consecuencias que usted vislumbra en estos casos, especialmente en el que involucra al hijo de la Presidenta de la República?
-Con esto queda claro una vez más que están íntimamente relacionados (política y poder económico) y por lo tanto a la gente le queda muy en duda si existe realmente una autonomía en la política o hay un control por parte de ciertos grupos de poder económico precisamente respecto de la actividad política.
-Lo que se suma a otro hecho que es el denominado caso Penta y las aristas políticas que conllevan en el financiamiento de campañas...
-Efectivamente, y en definitiva son situaciones que dejan en claro que los grupos de poder tienen llegada a todos los sectores y no son solamente aquellos que tradicionalmente están más ligados a ellos, sino que en realidad esto es transversal y las redes de conexión que hay con los grupos de poder es similar.
-En el caso de Sebastián Dávalos, el hijo de la Presidenta Bachelet ¿le parece que sale dañada la imagen de la Mandataria?
-La verdad es que no lo sé y creo que es muy pronto para aventurarlo, pero claramente esto no le va a hacer ningún favor, o sea en otras palabras este hecho no va a mejorar la imagen de la Presidenta frente a la ciudadanía.
PRUEBA DE LIDERAZGO
-Y eso a su juicio, ¿de qué depende?
-Eso va a depender, por ejemplo, de qué tipo y grado de conocimiento tenía la Presidenta respecto de los manejos que hacía su hijo y su nuera, me parece que ese es un detalle importante. Como le dije, lo que sí está claro es que esto no le va a hacer bien a su imagen y aquí se va a notar, en un poco más de tiempo porque todavía es muy pronto, qué tan fuerte es el liderazgo y la imagen que tiene Michelle Bachelet respecto de la ciudadanía y ver si ésta es capaz de hacer el desdoblamiento de lo que es la figura de la Presidenta con sus familiares.
-¿Usted está más cercano a los que piensan que fue una imprudencia o a los que consideran que fue un gran error político?
-No veo cuál pueda ser la diferencia. Para mí son situaciones muy análogas, muy parecidas. Yo creo que fue una imprudencia desde el punto de vista político porque la persona que hizo esto sabía perfectamente que esto podía tener repercusiones políticas.
-¿Por qué razón?
-Porque no podía pensar que si esto se llegaba a saber no le iba a importar a nadie. Uno puede tener la capacidad abstracta de decir: 'no, esto sí va a generar algún revuelo'. Así que, desde ese punto de vista, considero que entendiendo y teniendo la capacidad de imaginarse cuáles iban a ser las repercusiones políticas de esta situación, fue una imprudencia.
-Después de esta seguidilla de casos, ¿cómo se puede recuperar la confianza de la ciudadanía en la política?
-Esa es una tarea difícil. Las palabras son muy fáciles de decir, y elaborar discursos en contra de las malas prácticas los puede hacer cualquiera y la verdad que lo han hecho todos. Allí tiene usted el caso de Andrés Velasco, que estructuró su campaña de primarias a la presidencia el 2013 justamente en base a aquello. Sin embargo, quedó demostrado que él también era parte del sistema.
-¿Entonces cuál es la manera, si es que la hay?
-Creo que más que una fórmula, más que el estar hablando y diciendo hay que combatir esta situación o esta otra -lo que tampoco es malo- se deben hacer las cosas. Hay que predicar con el ejemplo. En realidad más que decir voy a tener una actitud correcta y transparente y voy a mantenerme al margen de este tipo de situaciones que no corresponden, lo que se debe es derechamente hacerlo.
-Y eso alcanzará para revertir la opinión que tiene la ciudadanía de las instituciones políticas según lo que marcan las encuestas...
-Esa es la manera en que se puede recuperar, pero lentamente, la confianza de la ciudadanía. Aunque tengo la certeza de que va a ser una tarea muy difícil y compleja.
"A la gente le queda muy en duda
si existe realmente una autonomía
en la política o hay un control por
parte de ciertos grupos de poder económico"
"Aquí se va a notar, en un poco más de tiempo porque todavía es muy pronto, qué tan fuerte es el liderazgo y la imagen que tiene Michelle Bachelet respecto de la ciudadanía"
"(Caso Dávalos) Considero que entendiendo y teniendo la capacidad de imaginarse cuáles iban a ser las repercusiones políticas de esta situación, fue una imprudencia"