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Capturados por el dinero

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Ese gran señor insolente, soberano y audaz. Así se refiere Stefan Zweig al dinero. "Brillante corruptor del más puro lecho de Himeneo, galán siempre joven", así le nombra Shakespeare en su obra Timón de Atenas. Al mismo que en estos meses ha hecho estragos, esperamos, en el pudor y en el honor de personas que cumplen relevantes funciones privadas y públicas. Pero este daño con lo grave y lamentable que es y que debe importarnos a todos, no es lo que más debe inquietarnos. En los hechos conocidos se revela un peligro mayor, que nuestras instituciones y la aún limitada democracia que tenemos sigan estando manipuladas, no por la soberanía popular precisamente.

Los carteles de la calle que hace poco llamaban a poner fin al lucro en educación, a mi juicio, denunciaban un vicio todavía mayor en nuestra sociedad. No se necesita ser un contestatario para advertir que en nuestro país se lucra también con la enfermedad, medicamentos, vejez y la muerte. A todos estos servicios sociales les llamamos "industrias", sin remilgo verbal alguno. Además, sabemos que algunas empresas se coluden en perjuicio de los consumidores, y no paramos de enterarnos de otros rubros que se incorporan a la lista. Detrás de aquellos carteles estudiantiles descuidados, había no más que un clamor social. Desde luego tras esas movilizaciones no estaba ninguno de los poderes fácticos, tampoco instituciones públicas o privadas, ni una organización permanente y férreamente cohesionada. El movimiento estudiantil de ese momento era no más que una convergencia con buenas razones y nobles motivos.

Como no había ninguna empresa ni partido político que financiara o auspiciara la producción de esos eventos callejeros, siempre me pareció que era un hecho social de la mayor relevancia. Era genuino, no digitado por alguna voluntad ajena al mismo. En ese momento no había en el país un conflicto que cruzara a las elites políticas o intelectuales, no se observaba una crisis de carácter económico que pudiese conducir a la inestabilidad social y política, los economistas más bien concluyeron que el país había hecho un gran manejo del impacto interno de los problemas económicos externos, que si existían.

En consecuencia, la mirada sobre lo que nos pasa debe ser más profunda y radical. Es probable que nuestra sociedad esté capturada por el afán de lucro, no de todos, pero sí de muchos que tienen influencia económica y pública, que ya estemos atrapados transversalmente por la creencia de que se puede obtener rentabilidad sin trabajo, riesgo ni talento y que esto ya esté instalado en nuestra microfísica social, que por lo mismo no se percibe fácilmente. No es irrelevante identificar a quienes han incurrido en estas conductas, pero la derrota puede ser mucho mayor si ese "brillante corruptor" termina por envilecer de manera irreversible la política y los negocios. Los carteles estudiantiles de ayer denunciaron, pero también anunciaron por alguna intuición y audacia propia de la juventud que todavía faltaba mucho por saber.

Aldo Valle

Confianza para lograr crecimiento

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El indicador económico no es bueno: la Región de Valparaíso anotó el año pasado una caída en el crecimiento que llega a -0,7%. Esta baja, por otra parte, es la primera que aparece en la actividad económica local en los últimos cinco años.

Con todo, en el último trimestre se muestra un crecimiento del 0,9%, variación respecto a igual periodo del año 2013.

Este último índice es considerado por el seremi de Economía Omar Morales como resultado de las políticas reactivadoras oficiales, entre ellas el aumento del gasto fiscal. Así, la proyección para este año debería ser positiva.

En tanto, en declaraciones a este diario el economista Alejandro Maureira identifica las causas de la cifra negativa: caída de materias primas, desaceleración y sequía, resaltando la gravitación de este último factor.

Una visión positiva sobre el tema tiene el presidente de la Cámara Regional del Comercio y la Producción Gustavo González, quien espera se revierta la situación a partir de las inversiones en infraestructura anunciadas por el Gobierno y las exportaciones no mineras favorecidas por el tipo cambio.

Pero plantea el dirigente un punto clave: la necesidad de recuperar la confianza de los consumidores. Este factor incide en el comercio minorista que requiere retomar su crecimiento con mayores ventas ya que se trata de un sector que es generador de una alta demanda de mano de obra.

El consumo de las personas sin duda ha bajado a partir de la incertidumbre que aparece en campos como la inversión y la estabilidad del empleo, ello derivado de diversos cambios económicos en marcha. A lo anterior se deben sumar los efectos negativos del gran siniestro que afectó varios cerros de Valparaíso y la contingencia económica internacional.

Dentro de todo este cuadro es necesario añadir la baja en la inversión regional privada para el periodo 2014-2018 que llega a -4,4%. Esta realidad económica local, que en buena medida es reflejo de la situación nacional, debe movilizar a todos los sectores, tanto públicos como privados.

Son importantes las inversiones públicas, sin embargo la principal fuente de crecimiento está en el emprendimiento privado llamado a crear ofertas de bienes y servicios y, a la vez, demanda directa o indirecta de empleos.

Y el emprendimiento privado necesita transparencia, reglas claras, objetivas y permanentes en el tiempo. Necesita terminar con incertidumbres y recuperar confianza, factor que si bien es subjetivo, nace a partir de las diarias vivencias reales.

Finalmente, la tan proclamada alianza público privada debe ser una realidad construida, precisamente, a partir de la confianza que muchas veces se ahoga en conflictos y debates donde prima descalificación.