Derechos laborales, diálogo y productividad
Disminuir la desigualdad en Chile es uno de los desafíos del Gobierno de la Nueva Mayoría. Esto implica dar nuevos pasos para que el trabajo de los chilenos sea de calidad y mejoren sus sueldos. De este modo, es importante potenciar las herramientas de acuerdo: la negociación colectiva. El proyecto de ley de Modernización de las Relaciones Laborales apunta al equilibrio entre las partes -empleadores y trabajadores- y permitir una negociación exitosa, cuyos logros se reflejen en las remuneraciones, en el clima laboral y, por cierto, en la productividad.
La propuesta de Reforma al Capítulo IV del Código Laboral simplifica y empodera el proceso de negociación, potenciando el diálogo encuentro y -asimismo- la mediación y el arbitraje cuando sea oportuno. Incorpora a más trabajadores -de obra y de faena- al proceso y establece como 'piso' el contrato colectivo anterior. Plantea la titularidad sindical, o bien que los logros del acuerdo favorezcan al sindicato y sus asociados, dejando planteada la posibilidad de traspasar los logros a los no asociados si la empresa y el sindicato lo acuerdan. Y mantiene el principio de libertad sindical, siendo la voluntad de cada trabajador la que resuelva asociarse (o no).
Durante el 2014, la Dirección del Trabajo en la región constató 59 huelgas votadas. De ellas, 34 se resolvieron en buenos oficios y solo 6 se concretaron. La mediación y el diálogo fue determinante para resolver y evitar conflictos. El proyecto pone fin al reemplazo de trabajadores en caso de huelga y establece un 'comité de emergencia' que, de común acuerdo, asegure las faenas fundamentales de la empresa en ese contexto. Por cierto, la idea es priorizar el diálogo, evitándose así el conflicto con sus respectivas implicancias.
La propuesta se compromete con los derechos de las trabajadoras, mejorando la información sobre las diferencias de sueldo entre hombres y mujeres. Dichas brechas serán parte de las materias incorporando a las mujeres a la comisión negociadora, sean o no dirigentas sindicales. La capacitación también se destaca, porque permite que la empresa sea más productiva y competitiva, con trabajadores más especializados.
Si el diálogo prima en una relación contractual, se garantiza no solo mejorar las condiciones laborales, sino también el clima y el entorno, potenciando el compromiso con la empresa y el acuerdo como una buena práctica permanente, fundamental para el desarrollo de las metas, la estabilidad y productividad laboral y el crecimiento económico del país.