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Acerca del saludo a la

En el suplemento del "Ferrocarril" llegado hoy, se anuncia la entrada de "La Vencedora", y se agrega: "Aún no saluda a la plaza y se cree que no lo hará más tarde". Creemos que es necesario advertir que no puede ni está obligado a saludar a la plaza un buque como "La Vencedora", que no tiene más que tres cañones.

plaza de "La Vencedora"

En estos días se verificó la venta del campamento salitral de la pampa de Cachinal, perteneciente a la Compañía Salitrera Sud América de Taltal, en la suma de $ 300.000. Como se ve, a pesar de la crisis y depresión de la industria salitrera, no han faltado interesados. Los compradores fueron E.I. du Pont de Nemours Powder Co.

Se concreta importante

Mediante la ejecución de diversos trabajos de emergencia se está logrando asegurar el abastecimiento de agua potable para la población de la provincia, expresó el intendente don Enrique Vicente. El jefe provincial hizo su anuncio después de sostener una entrevista con el delegado de Obras Sanitarias, don Alberto Sanguinetti.

negociación salitrera

Aseguran abastecimiento

de agua en toda la zona

El Belloto hacia la autonomía comunal

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El alcalde de Quilpué, Mauricio Viñambres, ha salido al paso de cargos que se le han formulado en cuanto a que no tiene mayor interés en que la localidad de El Belloto pase a ser comuna. Las afirmaciones sobre el tema provienen de algunos sectores locales, ante lo cual el jefe comunal ha declarado que luego de definir la delegación vecinal de ese sector, el próximo año se entregaría a la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) la propuesta concreta para crear la comuna.

Afirma, además, Viñambres que desde hace más de tres años se está trabajando en conjunto con la Unión Comunal de Junta de Vecinos en ese proyecto. La aspiración de llegar a la autonomía que significa la condición de comuna no es nueva en la región. Desde hace tiempo se viene planteando en Reñaca y recientemente en Placilla. Estas aspiraciones tienen su origen en la insatisfacción de vecinos de esos sectores ante la poca atención que recibirían de las respectivas municipalidades y en el supuesto de contar con recursos para su sustentabilidad.

Al respecto, la Subdere exige varios requisitos para lograr dicha calidad, entre ellos identificación de los territorios; superficie territorial mínima compatible con la condición comunal; respaldo social; antecedentes históricos y sustentabilidad económica mínima.

En el caso de El Belloto, hay una clara definición territorial con su ubicación entre Quilpué y Villa Alemana, teniendo como ejes centrales la vía ferroviaria y el Troncal Urbano. A partir de esos ejes, El Belloto, inicialmente rural, se ha extendido hacia norte y sur.

Los espacios agrícolas, principalmente plantados con viñas, dieron lugar a importantes núcleos habitacionales y también a centros industriales y comerciales de proyección regional. De hecho, el desarrollo de El Belloto ha generado una verdadera intercomuna al unir Quilpué y Villa Alemana, con una población cercana a los 300 mil habitantes.

En el punto del financiamiento el alcalde Viñambres plantea un tema de alcance general indicando en El Belloto, debido a su desarrollo, existen numerosas patentes comerciales, las que tributan en la capital. Por otro lado, destaca, la mayoría de los permisos de circulación comunales corresponden a vehículos de El Belloto. Ello significaría en concreto ingresos para la nueva comuna, a los cuales se deben agregar las contribuciones de bienes raíces.

El alcalde, buscando superar las críticas sobre poco interés en el tema, llama a los vecinos de El Belloto a acercarse a la Municipalidad para trabajar en forma conjunta en la propuesta.

La dignidad de cada día

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¿Ha usado el Metro de Valparaíso o el de Santiago últimamente? Dos breves ejemplos de muestra. Un día cualquiera, en la tarde, estación de Viña del Mar, esperando el tren en dirección a Limache: pasa un tren lleno, lo dejo pasar… diez minutos de espera, otro lleno de "unidad simple", también lo dejo pasar. Otros diez minutos de espera, otro tren repleto, nuevamente de "unidad simple". Esta vez no lo dejo pasar, hago de tripas corazón y protegiendo a mi hija de once años del contacto extremo con otros cuerpos, la abrazo formando un arco con mis brazos.

La animo diciéndole que en Quilpué la cosa mejora… no es así, empeora. Hace calor, cuesta afirmarse con cada frenazo, y un pensamiento cruza por mi mente: yo soy usuaria esporádica de Metro Valparaíso, la gente que me rodea no. En eso estoy cuando mi hija me dice en voz baja: "Mamá, qué pena la gente que tiene que usar el metro todos los días". Me quedo callada y le sonrío levemente.

Otro ejemplo, esta vez en Santiago, día de semana, 32 grados, metro el Golf en dirección a Pajaritos a las siete de la tarde. Dejo pasar el primer tren: repleto es poco decir. Un hombre sube tapándose su entrepierna con las manos mientras apretuja más aún a una mujer al borde de la puerta. Pasa otro tren repleto, lo dejo pasar. Ya no puedo dejar pasar más trenes, perdería el bus a Viña. Nuevamente hago de tripas corazón y entro en el mar humano. El calor pegajoso sube, el aire acondicionado no funciona, la presión de los otros pasajeros es insoportable, el aire irrespirable.

Miro las caras de los otros pasajeros, su aparentemente dócil aceptación cotidiana de un hecho que es absolutamente insoportable: una ofensa directa a la dignidad de cada persona. Y entonces vuelven a resonar las palabras de mi hija. Sí, es una pena la gente que tiene que tomar el transporte público todos los días.

En las noticias se anuncia un plan para disminuir el uso del auto mediante alza de precios a los que se compran un tercer auto. ¡Absurdo total! Quien tiene tres autos podrá asumir esa multa y los de siempre seguirán padeciendo en su día a día el servicio ya descrito.

Yo soy usuaria esporádica de los medios de transporte público, por nada del mundo dejaría el auto en casa para ser usuaria diaria. Qué pena que las autoridades no sean usuarios esporádicos, les haría bien, de seguro las cosas se arreglarían con mayor celeridad… mientras tanto, la pena sigue.

Mary Mac-Millan