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Armada materializa el cambio a nombre de la base aeronaval

CEREMONIA. El recinto ahora se llama oficialmente "Concón".
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Como un acto de toda justicia calificó el comandante en jefe de la Armada, almirante Enrique Larrañaga, el cambio al nombre de las dependencias que la institución mantiene en el sector de Torquemada.

El jefe naval firmó ayer, junto al alcalde conconino, Óscar Sumonte, el decreto que determina el fin del nombre "Viña del Mar" para el recinto y la asignación de su nueva denominación como Base Aeronaval Concón.

"La Marina siempre ha manifestado su admiración por los lugares donde está enclavada y arraigado, y con la creación de la comuna de Concón, quedamos en esta comuna", dijo Larrañaga.

En tanto, el alcalde Óscar Sumonte calificó el cambio como "un hecho histórico para la comuna de Concón, porque sin duda que el estar instalada esta base en nuestra localidad, era muy necesario que pudiera tener esta propia identidad".

Dijo que la medida permite mejorar la identidad local en las dependencias de la Armada y aseguró que la firma del documento que materializa el cambio de nombre tiene una fuerza que "viene a der parte de la historia de Concón".

ANIVERSARIO AVIACIÓN

En la ceremonia, realizada en la Base Aeronaval de Concón, también se conmemoró el 92° Aniversario de la Aviación Naval. Durante la actividad, el comandante de la Aviación Naval, comodoro Juan Carlos Pons, hizo un recorrido por los principales hitos que explican los albores y el desarrollo de la especialidad en la Armada, creada el 16 de marzo de 1923.

"Hoy con orgullo puedo declarar ante ustedes que la Armada cuenta con una Fuerza Aeronaval moderna y bien equipada en lo material, tripulada por marinos que junto a su vocación por servir a su patria y amor por el mar, han entendido que el apoyo aéreo constituye un complemento esencial para cumplir las tareas en los ámbitos navales y marítimos", indicó el comodoro, agradeciendo además el compromiso y valor de las dotaciones pertenecientes a la Comandancia.

La base aeronaval es popularmente conocida como Torquemada debido a su ubicación en las cercanías del cerro que lleva el mismo nombre en la ribera sur del río Aconcagua.

"Si estamos creciendo, también tiene que crecer el puerto"

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Poner en valor el espacio comprendido entre la Plaza Aduana y la Plaza Sotomayor de Valparaíso es el objetivo del concurso de arquitectura "Anteproyecto Urbano - Paisajístico Viaducto Acceso Sur-Muelle Prat", que impulsa la Empresa Portuaria Valparaíso.

El director del concurso, Pedro García del Barrio, arquitecto, máster en Arquitectura y Patrimonio de la Universidad de Sevilla, explica que la calidad humana y urbana de Valparaíso fueron los incentivos para que asumiera el desafío. "Me produce curiosidad cómo se plantea la cuestión de la relación entre el puerto y la ciudad, en una ciudad a la que históricamente se le ha llamado la Ciudad Puerto", precisa.

- ¿Cómo percibe los cambios que se han dado en esa relación?

- Yo creo que ha sido radicalmente importante el reconocimiento que significa a nivel global y, por lo tanto, a nivel local el hecho de estar en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. Eso ha tenido un componente muy positivo (...). Antes era una ciudad pegada a un puerto, ahora es una ciudad con un puerto. Y probablemente lleguemos a esa relación ideal entre la ciudad y el puerto.

- ¿Cómo debiera encontrarse el equilibrio entre posiciones a veces muy opuestas sobre lo que debiera ser el rol del puerto en Valparaíso?

- Hay personas que dicen que la ciudad casi debiera operarse del puerto. A Valparaíso lo metieron en una lista donde está el Vaticano, la Alhambra de Granada, el Taj Mahal, ciudades como París o Londres, porque es una ciudad maravillosa y excelente, y porque tuvo un puerto. O sea, la ciudad es consecuencia del puerto y es una ciudad con valores patrimoniales, porque la consideración de ser la puerta del país generaba una economía que hizo que su sobrante, que es lo que la gente dedica a la cultura, se convirtiera en patrimonial. Por tanto, cómo te puedes amputar la razón de tu ser. Ahora, tampoco podrías decir que te molesta el puerto contemporáneo y que no quieres un puerto que al cambiar de escala, al hacerse más grande, presente, evidente, le molesta a la ciudad, como un cáncer en un órgano que pone en peligro a todo el cuerpo. Eso es entender que la ciudad no es una ciudad viva, sino un museo. Si queremos un puerto del siglo XIX digámoslo, pero para ser coherentes digamos también que queremos ser una ciudad del siglo XIX. Por supuesto que el puerto tiene que ser un puerto contemporáneo. Y si estamos creciendo en todos los órdenes de la vida, pues también tiene que crecer el puerto. Hay que aceptar que Chile crece y también la ciudad, que se está transformando de manera contemporánea. Y a mí me preocupa más ver cómo sobre la planta de la ciudad están creciendo edificios sin ningún valor arquitectónico, que son meros volúmenes especulativos y que están definitivamente empeorando la escena urbana. Y allí no tenemos la esperanza, como puede pasar con los contenedores que de pronto se mueven: eso se va a quedar ahí los próximos 100 años.

- ¿Pero cómo avanzar en resolver esa tensión, más allá de este permanente intercambio de opiniones?

- Lo primero sería preguntarse: ¿hay campo donde ponerse de acuerdo? Yo contesto, sí. Y que después hablemos de cómo generar ese acuerdo genérico, no el desacuerdo genérico que hoy ocurre. ¿Y dónde está ese campo?, en convertir al puerto en un espectáculo urbano. Muchas opiniones intentan mezclar la percepción, lo que siento y veo en la ciudad, con el análisis, con el método científico. Pero la verdad es que todas las ciencias de la ciudad que han intervenido, desde la antropología, la sociología, la arquitectura, el urbanismo, la economía urbana y la política, todas son ciencias sociales, en ninguna de ellas 2 y 2 son 4. Por tanto, la opinión profesional hay que ponerla a la altura de la de un no profesional. Con eso quiero decir que todas las opiniones pesan lo mismo cuando se habla de ciudad.

"Tampoco podrías decir que te molesta el puerto contemporáneo y que no quieres un puerto que al cambiar de escala, al hacerse más grande, presente, evidente, le molesta a la ciudad"