Ya está nombrado el comandante para la Brigada de Artillería Cívica de este puerto; que no es poco, porque desde la reorganización de dicho cuerpo, el Gobierno parecía haberse olvidado de él completamente. Ahora falta nombrar los oficiales y también se necesita nuevo armamento, mejor que el pésimo que actualmente posee.
La invitación que hacemos como TECHO-Chile a todos los jóvenes universitarios y secundarios de la región es concreta, pero implica un tremendo desafío a la vez. En nuestro país existen 32.533 familias al margen del explosivo desarrollo de nuestro territorio. Chilenos que, por falta de oportunidades, se han visto obligados a vivir en un terreno que no les pertenece, sin servicios básicos y olvidados en los sectores más segregados de las ciudades.
Quienes luchan día a día por salir adelante junto a sus familias, son quienes viven con los pies en la tierra. Eso es a lo que llamamos a nuestros futuros voluntarios: a caminar junto a los chilenos más vulnerables, construyendo en conjunto soluciones que permitan dejar atrás la vida en los campamentos.
A través de las mesas de trabajo, semana a semana nuestros equipos trabajan a la par con los dirigentes y familias diagnosticando las principales dificultades y concretando soluciones efectivas, como reforzamiento escolar para niños, apoyo en iniciativas de emprendimiento, talleres de capacitación para adultos, construcción de proyectos comunitarios y gestión de barrios definitivos, entre otras acciones.
Marzo, el mes en que los colegios vuelven a recibir a sus alumnos y las universidades dan la bienvenida a sus nuevos estudiantes, es el mes que hemos elegido para lanzarnos en esta cruzada por sumar nuevas voluntades a nuestro trabajo permanente. Junto con lo anterior, queremos derribar todos los prejuicios respecto al trabajo que actualmente realizamos como TECHO-Chile: esa imagen de una institución que ayuda a los pobres, que solo se enfoca en la entrega de soluciones de emergencia, que está compuesta por cabros cuicos y que ayudan a familias que quieren vivir en la pobreza y les acomoda esa condición.
Con un trabajo duro y constante queremos derribar esos prejuicios. Estamos convencidos que los jóvenes son el presente y quienes nos movilizamos a lo largo de todo Chile, vemos en el voluntariado la manera de decir con fuerza que queremos cambios profundos en nuestro país. Para nosotros, ser estudiantes, es tener la convicción de que podemos construir inclusión mirando más allá de las aulas y de los libros.
Estamos invitando a los universitarios y secundarios a convertirse en agentes de cambio del crecimiento integral de la región, promoviendo junto a las familias de campamentos el desarrollo comunitario para aquellos que viven invisibilizados por la sociedad. ¡Ven a poner los pies en la tierra!
La inusitada tormenta eléctrica que afectó a nuestra zona en horas de la madrugada del martes pasado, motivó a las autoridades regionales y provinciales a reforzar y adelantar las medidas de emergencia, dentro de lo que usualmente se califica como la Operación Invierno.
Ello está muy bien, pues es necesario estar preparados con anticipación a las posibilidades de un invierno más lluvioso en esta zona, como lo han anticipado reputados meteorólogos, lo que permite administrar medidas y procedimientos con la debida antelación. Esta determinación cobra aún mayor vigencia, luego de la gran catástrofe que se está experimentando en la zona norte de nuestro país, debido a fuertes precipitaciones que han provocado una trágica secuela de aluviones y crecidas de ríos que han arrasado con centros poblados, causando gran destrucción, pérdida de vidas, desaparecidos y miles de damnificados, todo lo cual aún no se ha cuantificado en su real dimensión, debido a que hay muchos sectores aislados, por lo que a cada momento se van conociendo nuevos problemas.
Se sabe ciertamente que el país en general está sujeto a las inclemencias del tiempo, los sismos mayores y terremotos, las erupciones de alguno de los numerosos volcanes activos en nuestra cordillera de los Andes y los incendios forestales, con gran destrucción de casas, como ocurrió en Valparaíso en abril del año pasado, que prácticamente consumió la casi totalidad de las viviendas de siete cerros, en los cuales existía gran presencia de viviendas irregulares en sus quebradas, lo que agravó la tragedia.
Las sucesivas calamidades que afectan a nuestro país, particularmente los terremotos, obligaron a articular sistemas de prevención que se estructuraron luego del terremoto de 1971, que obligó a la formación de un sistema preventivo, encabezado por las oficinas de emergencia y la integración de todos los actores, entre los cuales también juegan un papel fundamental los bomberos, otros voluntarios, y particularmente los miembros de las Fuerzas Armadas, Carabineros y de la Policía de Investigaciones.
Por ello hacen bien los gobernadores provinciales de nuestra Quinta Región, entre ellos el de Valparaíso, Omar Jara, y el de Marga Marga, Gianni Rivera, en adelantar la constitución de los equipos de la Operación Invierno, en los que también juegan un papel importante las respectivas municipalidades.