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Totoy Zamudio: "Estoy tratando de reinventarme"

Arte. El artista inauguró su primera muestra individual en Valparaíso, implementando una nueva propuesta.

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En el pasado Festival de Puerto de Ideas, el gestor cultural Rafael Torres conoció al pintor Totoy Zamudio. Si bien tenía ganas de trabajar con él, estaba buscando el lugar adecuado para montar su obra, por lo que apenas supo que sería el curador de la sala El Farol de la Universidad de Valparaíso, llamó al artista y lo invitó a reinaugurar la sala, algo que calificó de "maravilloso".

Así fue como hace aproximadamente un mes, Zamudio llegó a Valparaíso para conocer el recinto y pensó que debía hacer "un cuadro grande, sobrecogedor, contundente y sofisticado". "Supe instantáneamente que tenía que hacer un políptico que fuera un regalo para la ciudad", reconoce el artista.

El resultado es una obra compuesta por cinco cuadros, cada uno de 2x2 metros, y que es el objeto principal de la exposición "Pintura frenética (cuatro manchas locas que sonríen)", la primera individual que realiza en el Puerto, la cual fue inaugurada el pasado miércoles.

Reencuentro

Totoy Zamudio dice que cuando niño supo inmediatamente que tenía talento para la música. Ya más grande inclinaría su gusto por la literatura, llegando a publicar algunos de sus poemas, pero cuando le regalaron unos pinceles descubrió la pasión por el arte, carrera que siguió primero en la Universidad Finis Terrae y luego en la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona.

Un día decidió buscar un camino propio y así nació una galería de monos y personajes, los mismos que lo han hecho conocido, permitiéndole adornar una pared del Apumanque y participar en una variedad de muestras colectivas e individuales.

Pero para su debut en Valparaíso se quiso dar un "lujo", como él mismo define el trabajo realizado especialmente para la ocasión. "Soy un pintor que vive de la pintura y que se puede dar el lujo de hacer una obra pensando en el lugar y no en el comprador", dice.

Asegura que siempre tuvo El Farol "en la retina", por lo que "hice el cuadro pensando en lo que se vería mejor en la sala, porque sabía que daba a la calle y que iba a generar impacto en la gente", comenta, detallando que "quería hacer una pintura luminosa, sin pretensiones", pero que también fuera una propuesta nueva.

En este sentido, y a diferencia de lo que se le ha visto en los últimos años, el cuadro no está lleno de monitos y personajes, sino que utiliza manchas de colores y mucho blanco. "Lo que pasó en el origen es que se me dio vuelta un tarro de pintura sobre una tela", explica, lo que lo hizo pensar en que había arruinado todo, pero "la mancha que quedó fue increíble. Entonces usé esa y después tiré otra, y terminó siendo algo más parecido a lo que se ve acá", cuenta el artista, que reconoce que "estoy tratando de reinventarme".

"No es un punto de partida para mí -precisa-. Yo esto lo vengo haciendo hace tiempo, antes de descubrir estos monos pintaba con esmalte sintético. Pero ha sido un redescubrimiento del esmalte de una manera que yo no lo trabajaba, porque antes hubiese llenado todos los lugares, no habría dejado probablemente blancos".

El nombre de la muestra, por otra parte, no fue escogido al azar. El propio Zamudio confiesa que "quería pintar exigido, con hambre", por lo que si bien tenía las telas, "esperé ese momento" de compulsión.

"Había comprado los tarros de pintura y no hacía nada porque estaba esperando que se evaporara un poquito el solvente, porque quería una pintura más espesa", que implicara una mancha de color continuo y no de chorreo, sostiene.

"Entonces tuve que esperar varios días con las telas listas, y te pican los dedos… y se empezó a acercar la fecha, tenía encargos, y no tenía nada. Finalmente lo tiré de una, las manchas salieron el mismo día en todas las telas juntas", cuenta el artista que se demoró solo dos semanas en terminar la pieza.

La misma que está acompañada de un tríptico más pequeño, en el que a diferencia de sus otros trabajos, destaca por la ausencia del color. A ello se suman cuatro cuadros que tienen el sello con el que se ha hecho conocido. "Yo pinto para que la gente se ría, lo pase bien. No quiero ser bacán, no busco tener poder ni ser importante ni ser famoso, sí busco ser feliz y quiero que la pintura quede", finaliza.

El reimpulso

La invitación de Rafael Torres a inaugurar este nuevo ciclo de la sala El Farol tiene que ver con el objetivo que se autoimpuso como curador de que el recinto se abra a nuevos lenguajes. "Abrimos con Totoy Zamudio, un gran artista nacional, joven, pero ya con trayectoria, de la academia, pero que ha roto un poco con el lenguaje tradicional de las artes plásticas, y que nos presenta un universo, su propio universo de colores y de personajes", sostuvo el también director del Museo Baburizza durante la inauguración del evento.

En la misma oportunidad, Torres aclaró que "vamos a tener una temporada equilibrada en el manejo de los lenguajes de las artes contemporáneas, y también para las expresiones tanto locales como nacionales e internacionales, con plástica tradicional, fotografía, una exposición internacional, un artista austriaco; tenemos el Concurso de Arte Joven, en su versión 38; una mirada de artistas locales; y una mirada al desaparecido Álvaro Donoso, curador por años de esta sala, un hombre tremendamente significativo a la plástica regional". En total, la temporada 2015-2016 tendrá siete exposiciones

Por su parte, el director de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Valparaíso, David Carrillo, destacó el trabajo que hace la casa de estudios en el ámbito cultural no solo a través de esta sala, ya que este año "nuevamente estaremos con nuestras actividades en cine, los festivales de cine, con los secundarios, el Festival de Cine de Viña del Mar, nuestras actividades musicales, con Rock Carnaza, el Festival Medias Bandas. Y qué decir de la labor que tenemos en materia editorial".

Aprovechó la ocasión de decir que también habrá novedades, las cuales espera dar a conocer prontamente, "de modo de ratificar nuestro compromiso con la comunidad, en orden a que la Universidad de Valparaíso va a estar siempre apoyando el desarrollo de la cultura y las artes en nuestra zona", finalizó.

"Hice el cuadro pensando en lo que se vería mejor en la sala, porque sabía que daba a la calle y que iba a generar impacto en la gente"

"Pintura frenética (cuatro manchas locas que sonríen)"

Lugar: Sala El Farol.

Dirección: Blanco 1113.

Horarios: De lunes a viernes, entre 11 y 14 horas, y de 15 a 19 horas. Cierra el 8 de mayo.

Entrada: Liberada.