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Es hora de mirar la ciudad de frente

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El 12 de Abril del año 2014 vivimos un incendio forestal descontrolado que arrasó con más de 3.000 viviendas en siete cerros de Valparaíso, dejando 12.000 personas damnificadas. Acostumbrados a tragedias que parecen ser inherentes al principal puerto de Chile, Valparaíso, y en especial a los porteños, que con gran fortaleza aguantan estos golpes, como alcalde de la ciudad fueron momentos muy duros y de gran dolor, porque a gran parte de las familias afectadas las conocía. Por el barrio, el deporte, el colegio o por la sola circunstancia de ser nacido y criado en el puerto. Por mi parte, fui objeto de grandes e injustas críticas, sin importar la situación de emergencia que estábamos viviendo en nuestra ciudad.

De tal manera, el incendio develó con gran nitidez las carencias de una ciudad que requería ayuda desde siempre, con una pobreza estructural, falta de recursos de la administración comunal y la necesidad de repensar la forma de habitar de Valparaíso, ciudad que durante décadas ha dado muestras y signos claros de abandono por parte del Estado, del excesivo centralismo y, por sobre todo en la década de los noventa, de una endémica falta de soluciones a los sectores más vulnerables, lo que les permitió habitar lugares de riesgo sin la infraestructura básica.

Hoy, a un año del incendio, tal hecho gatilló que como alcalde solicitara al gobierno un subsidio que reconociera la realidad de la ciudad, que incluyera el valor de los muros de contención, la intervención de quebradas y el reconocimiento de vivir en condominios familiares.

Asimismo, obligó que al interior de la municipalidad se activaran innumerables acciones para enfrentar la emergencia, destinar más de mil funcionarios a la atención de los damnificados y acelerar la creación de una delegación solo abocada a la reconstrucción.

En este contexto, el incendio también convocó al país entero a solidarizar con las familias porteñas, voluntarios, empresas privadas, estudiantes, dirigentes sociales, municipalidades, concejales, Defensa Civil, Cruz Roja, Iglesias y comunidades religiosas de todos los credos.

La catástrofe llevó además a que las escuelas de arquitectura, distintos profesionales y grupos de interés por la ciudad se reunieran en intensas jornadas a repensar Valparaíso y planificar en conjunto cómo sería este proceso de reconstrucción, sin distingos sociales ni culturales.

Ahora es tiempo de mirar la ciudad de frente. Esto es que las soluciones de recuperación y reconstrucción sean integradas a toda la ciudad y no solo a los sectores siniestrados. Como alcalde, aspiro que las soluciones de conectividad, transporte, habitabilidad y subsidio sean para la ciudad en su conjunto, y prioritariamente para que las familias obtengan su vivienda con mayor rapidez.

Mirar la ciudad de frente también supone liderar procesos de modernización en las estructuras municipales para una mejor atención de los ciudadanos, abrir la discusión sobre los recursos del Estado para enfrentar la emergencia y, por sobre todo, lograr una reconstrucción en la calidad de vida y alma de los porteños, más que una recuperación material.

Como alcalde y municipalidad, les digo a los porteños que esperamos continuar acompañando a las familias en este largo, pero más que necesario, proceso.

Ley del Tabaco: trabajadores advierten fuerte reducción de empleos en planta de Casablanca

economía. 'Estamos defendiendo nuestros puestos y no a la compañía', dijo presidente de sindicato de la empresa.

raúl goycoolea

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Este martes la sala del Senado votará el proyecto que adecúa la legislación nacional al estándar del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el control del tabaco. Entre otros puntos, la normativa establece una cajetilla genérica, es decir, que la superficie del envase tenga más espacio para las advertencias sobre los efectos nocivos por el consumo del producto, y la marca quede minimizada.

Además, se endurece la sanción a aquellos que vendan tabaco a menores y queda prohibido fumar en espacios frecuentados por niños como plazas y parques. El proyecto, a su vez, prohibe la venta de cajetillas de menos de 20 cigarrillos, y la utilización aditivos como el mentol. Asimismo, las tabacaleras serán responsables objetiva y solidariamente de los efectos negativos que podría provocar en la salud de los consumidores.

Esa situación preocupa a los trabajadores del sector, quienes manifestaron inquietud por su futuro laboral. 'El riesgo que corremos nosotros es el de perder nuestra fuente de trabajo. Así de sencillo', comenta Christian Sánchez, presidente del sindicato N°1 de la planta de Casablanca de la British American Tobacco (ex Chilena de Tabacos). Allí trabajan en total 700 empleados, 200 de ellos contratistas.

El líder sindical considera injustas las críticas de algunos parlamentarios que señalan que son utilizados como instrumentos por parte de las empresas o como herramientas de lobby. '¿Es lobby defender mi puesto de trabajo? Si yo quiero proteger mi empleo la compañía no tiene que decírmelo. Es algo que descarto totalmente porque yo estoy luchando por conservar mi trabajo y como dirigente el de los trabajadores a los que represento. Estamos defendiendo nuestros puestos y no a la compañía', agrega el dirigente quien proyecta que, de concretarse la iniciativa, habrá una pérdida de fuerza trabajadora que podría alcanzar, como mínimo, el 50%.

'Esto nos va a pegar fuerte. Estimamos que puede haber un 50% de empleos menos, pero para mí perder un solo trabajador por esta ley ya es muy duro', subraya Sánchez, quien dice que ya han existido conversaciones con la empresa en las que se ha hablado de despidos.

Añade que nunca han estado contra las medidas que buscan regular el consumo del tabaco, porque 'de hecho en ningún momento nosotros criticamos que la ley se ampliara o que no se pueda fumar en vehículos o en la plaza. Para nosotros no es tema'; manifestando de paso su descontento porque nunca fueron escuchados en la comisión de Salud.

'Nosotros fuimos al Congreso y hablamos con varios senadores, pero nuestra molestia siempre fue con (Guido) Girardi que nunca dejó que presentáramos nuestras observaciones en la comisión de Salud. Mandamos correos en los que pedimos ser invitados y nunca pudimos hacerlo'.

Sánchez sostiene que incluso cuando se aprobaron las primeras modificaciones no hubo inconvenientes; situación que cambió ahora pues, advierte, 'esta ley regula lo que es la producción como las cajetillas, el envoltorio, el cigarrillo. Y ahora vemos amenazada nuestra fuente laboral'.

En esa línea, explica de qué manera esta iniciativa va a repercutir directamente en sus empleos provocando la reducción que alertan: 'Que desaparezcan las cajetillas de diez, la cajetilla plana en fin, todo eso nos impacta directamente en nuestros puestos de trabajo. Para producir cajetillas de 10 tenemos cerca de siete máquinas que producen con 4 personas con turno, producción... En fin todo eso nos va a afectar con fuerza'.

A su vez, el dirigente critica que se hagan nuevas modificaciones sin haber comprobado si las medidas anteriores efectivamente obtuvieron resultados. 'Cuando nosotros fuimos al Congreso no se hablaba de eliminar las cajetillas de diez, los aditivos, siempre hablamos de la cajetilla plana que en Australia nunca se demostró si bajaba las ventas o no. La ley antigua llevaba un año y la querían modificar sin tener claro cómo había funcionado'.

Al respecto agrega que 'no se han visto los resultados, si bajó o no la incidencia de fumar, no sé. Yo creo que la gente ya tiene conciencia, no se fuma en las casas, hay mucho más respeto'.

Por último enfatiza que ante la nula reacción a sus demandas no descartan medidas de presión, pues 'acá no se ha tomado conciencia, estos son empleos de calidad que están en riesgo'.

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