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Everton perdió el rumbo de local y solo igualó con Curicó

fútbol. La escuadra viñamarina exhibió una de sus peores caras en el torneo y si San Luis gana hoy, los dejará oficialmente fuera de la lucha por el ascenso.

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Fecha a fecha Everton juega con la presión de no ceder más puntos y con la ilusión de que San Luis y San Felipe tropiecen en la recta final del campeonato. Sin embargo, la tarea del equipo dirigido por Carlos Medina siempre comienza por ganar sus partidos.

Consigna que en la calurosa jornada de ayer en Quillota, donde los oro y cielo jugaron de local, no pudieron refrendar ante un diezmado elenco de Curicó Unido. Los de la región del Maule venían con un técnico interino -Cristián Molins- recién asumido en la banca, luego de que en la semana Germán Corengia fuera desvinculado de la institución.

Por su parte, los viñamarinos sumaban ocho bajas, entre lesionados y suspendidos.

trámite discreto

En la primera etapa ambos cuadros se dedicaron mayormente a tocar el balón. La rotación fue constante en el mediocampo, pero cuando se encontraban ante la necesidad de romper la última línea defensiva, los dos elencos se vieron superados.

En Everton los ataques pasaban por los pies de Cristián Canío, quien ante la ausencia de hombres como Emiliano Romero o Francisco Silva, debió jugar como un centrodelantero que constantemente bajaba a buscar balones. Sin embargo, el exTemuco no pudo dar nunca con su mejor juego, entregando el balón erróneamente en innumerables ocasiones.

Aún así, cuando acertó, Canío logró generar dos opciones, que fueron prácticamente las más claras de todo el partido para Everton.

La primera jugada de peligro se gestó en el minuto 21, luego de que Alfonso Urbina ganara línea de fondo y con un centro encontró a Canío, quien inteligentemente "peinó" el balón hacia atrás. Ahí Fernando Saavedra quedó solo frente al portero Juan Martínez, pero su remate de zurda se fue elevado. Increíble para los poco más de ochocientos hinchas evertonianos que llegaron hasta Quillota.

La segunda opción llegó un minuto más tarde. Esta vez Canío aguantó el balón a la entrada del área grande, vio acercarse a Jorge Romo y le dio un pase que el volante finiquitó con un remate de primera. El tiro, muy ajustado, pasó rozando el palo derecho de Martínez, que ya nada podía hacer.

Ambas llegadas fueron una excepción en un partido que hasta entonces se desarrollaba sin trascendencia en el mediocampo.

Por eso, no extrañó que a pesar de las chances de los locales, el juego continuara en un discreto nivel por parte de ambas escuadras.

Curicó Unido encontró su primera llegada de real peligro recién a los 36', luego de que Matías Grandis se encontrara con el balón a la entrada del área grande y con un fuerte remate intentara batir a Dalsasso. Sin embargo, su intento fue repelido por el capitán evertoniano en una gran maniobra.

Luego de eso, los arietes curicanos se las arreglaron para encontrar más espacios y de esa forma concretaron más llegadas, capitalizadas en los pies de Sebastián Leyton. El volante de los albirrojos tuvo dos llegadas, pero no supo vencer la resistencia de Dalsasso, elevando un remate y viendo anulado por el arquero viñamarino el otro.

Así se fueron al descanso, con una muestra de poco fútbol y escasa intensidad.

pobre complemento

Al iniciar la segunda fracción, Everton se encontró de inmediato con una gran posibilidad de abrir el marcador.

Fue un tiro libre ejecutado por Nicolás Peñailillo, quien intentó dejar sin opciones al portero Martínez, pero su remate se fue a centímetros del ángulo izquierdo del meta curicano.

Luego de eso, todos los intentos de los locales se quedaron en las ganas de atacar, pues no lograron concretar ninguna jugada. El desgaste hecho por Alfonso Urbina por ambos costados nunca encontró un buen destinatario, mientras los ingresos de Álvaro Madrid y del joven Sergio Riffo le entregaron un nuevo aire al ataque, pero no mejores opciones. Salvo en una ocasión, en el minuto 87', ya que ahí Canío se juntó con Urbina, éste centró y Madrid no pudo vencer a Martínez, que le ganó el mano a mano al volante viñamarino.

Al final, lo más rescatable del encuentro para Everton pasó por la solidez defensiva, donde Toranzo y Grabowski parecen haber encontrado un buen complemento en la zaga. Además, el encomiable estado físico de jugadores de la cantera, como Alfonso Urbina-que fue el mejor de ayer- e Ítalo Pizarro, quien se ha ganado la titularidad de la banda derecha.

Más allá de eso, el juego de los oro y cielo dejó más dudas que certezas de cara al fin de la temporada, donde las posibilidades matemáticas aún existen, pero no así un juego que permita a los hinchas ilusionarse con dar pelea hasta el final. Aún así, el cuerpo técnico comandado por Carlos Medina mantiene su consigna: "lucharemos hasta el final".

Fue uno de los valores rescatables del duelo en Quillota, pero Alfonso Urbina dejó el estadio Lucio Fariña con resignación. "Tuvimos dos o tres opciones y no las pudimos concretar, así que es un empate que nos deja un sabor amargo" señaló el delantero. A su vez, expuso que "(nos vamos) con pena porque no se puede pelear por nada ahora, así que sólo luchar cada partido hasta el final". En la próxima fecha, Everton debe medirse con Santiago Morning, en un duelo en que está por verse si será nada más que por cumplir.

Beltrán Valdivia B.