Uno de los peores incendios en la historia de Quillota ocurrió ayer, en la madrugada, en la intersección de las céntricas calles Prat y Mercedes. Siete locales comerciales completamente destruidos y dos con daños de diversa consideración, además de un departamento que funcionaba en un segundo piso de los inmuebles siniestrados, cayeron rápidamente merced de las llamas.
El nivel de la emergencia obligó al Cuerpo de Bomberos de Quillota a solicitar apoyo a unidades de otras comunas. Y pese que el grueso del incendio fue controlado cerca de las 8 de la mañana, un posterior rebrote obligó a prolongar un arduo combate de las llamas con hasta 150 voluntarios provenientes de diversas localidades.
De acuerdo al catastro de la Oficina Comunal de Protección y Emergencia de Quillota, los locales destruidos totalmente son Panadería Prat, Librería El Sol, Tricot Connect, Sala de Entretención Babilonia, Instituto de Capacitación Cencol, Dijon, Preunic, mientras que con daños parciales resultaron la tienda de vestir Faroby y la mueblería La Casa del Living.
La entidad municipal quillotana cifró en 75 las personas que perdieron su fuente laboral en la emergencia, a los que se debe sumar tres personas que residían en el segundo piso del inmueble y que quedaron damnificados.
Además de los cortes de tránsito en tres intersecciones, las autoridades locales ordenaron la suspensión de clases en tres establecimientos educacionales: Robert & Rose, Valle de Quillota y Escuela de Niñas Canadá. Se espera que un total cercano a los mil estudiantes retome sus clases desde hoy.
En la panadería
De acuerdo a investigaciones preliminares, el fuego se inició en dependencias de la Panadería Prat, en horas en que trabajadores se encontraban en su interior iniciando su jornada laboral. Aunque en principio se pensaba que se habría tratado de la inflamación de un horno del recinto, no se descarga que ocurriera un cortocircuito. Esas y otras hipótesis son abordadas por el Departamento de Estudios Técnicos e Investigación de Incendios de Bomberos.
Al cierre de la presente crónica, la Oficina Comunal de Protección y Emergencia de Quillota, junto a los administradores de los locales afectados y personal policial trabajaban en el avalúo de las pérdidas. Se desconoce qué fracción del comercio dañado por las llamas contaba con seguros.
A primera hora de la tarde, una vez que Bomberos consiguió anular la posibilidad de rebrotes, una retroexcavadora gestionada por la Municipalidad de Quillota demolió el frontis del segundo piso de los inmuebles dañados, cuya debilitada estructura constituía un serio riesgo de derrumbe.
Un extenso sector comercial del centro de la ciudad permaneció casi todo el día sin electricidad, y se esperaba que pasada las 22 horas de ayer el suministro fuera repuesto por personal de Chilquinta.
Antigua panadería
Hacía 52 años que Víctor Rivas trabajaba en la Panadería Prat y desde hace cuatro que era el dueño. Entre lágrimas y sollozos contó que no tenía seguros comprometidos. "No tengo nada, ¡qué le puedo decir! Soy un pequeño empresario, esta era mi obra y lo perdí todo. Son unas 15 personas que van a quedar sin trabajo, y que son trabajadores igual que yo".
"Lo que más me preocupaba -prosiguió Rivas- eran mis trabajadores, pero ellos están bien. Ellos avisaron primero a Bomberos y luego a mí. Cuando llegué aquí no había nada que hacer, traté de entrar para rescatar algo, pero no pude".
Rivas descartó que el horno fuese el origen del problema debido a que se encontraba en un área donde no surgieron las llamas. "Yo creo que se tiene que haber iniciado en un cortocircuito arriba, eso se tendrá que investigar".
Por su parte, Marcela Soto, propietaria de un inmueble arrendado a la tienda tecnológica de Tricot y a la sala de tragamonedas Babilonia, relató que no es primera vez que le toca vivir una experiencia de este tipo. "Hace tres años, cuando estaban montando PreUnic, la empresa que estaba instalando aire acondicionado trajo una soldadora que echó una chispa e hizo que se encendiera parte de un pasillo que es un bien común y un pedazo de mi segundo piso, pero en realidad fue la nada en comparación a esto".
En relación al nivel de daño, Marcela Soto sostuvo que para ella se traduce en una pérdida total. "Tengo -el seguro que está asociado al hipotecario. Ahora, yo sé que Tricot tiene seguros, pero no tengo idea de los alcances, y el Babilonia, no sé si los tiene. Eran mis ingresos, de esto yo vivía, de los arriendos, y si hablamos del avalúo comercial, esta propiedad vale $ 350 millones de pesos".
Cristián Venegas, dependiente de la Tienda Tricot Connect, se mostró confiado en que los tres trabajadores del local serán reubicados por gerencia a la espera que se logre restablecer en la ciudad. "Tenemos clientela antigua y fiel que ahora nos han visto, nos preguntan qué va a pasar, y se agradecen esos gestos".
"No hay palabras para expresar las emociones. Lo triste es que detrás de un trabajo hay familias, hay un proyecto, hay un montón de sueños que a lo mejor se ven truncados, pero tenemos fe y convicción de que podemos salir adelante", dijo Cristián Venegas.
"Son unas 15 personas que van a quedar sin trabajo, y que son trabajadores igual que yo"