Cuatro años después de la muerte de Osama bin Laden, Estados Unidos desclasificó más de 100 documentos del que fuera líder de la red Al Qaeda y el terrorista más buscado del mundo, entre los que hay cientos de cartas a su familia y socios y una lista de sus lecturas.
Se trata de material que la unidad de élite estadounidense Navy Seals se llevó de la ciudad paquistaní de Abbotabad durante la operación militar en la que murió Bin Laden en mayo de 2011.
Los documentos traducidos al inglés y colgados en Internet por la autoridad de vigilancia de los servicios secretos (DNI) dan una idea de la forma de pensar de Bin Laden. Junto a numerosas cartas se encuentran también un informe del gobierno de Estados Unidos sobre los atentados terroristas del 11 de septiembre, acusaciones contra sospechosos de terrorismo, apuntes sobre la yihad y notas sobre la economía alemana, entre otras cosas.
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Además, Bin Laden tenía decenas de estudios en inglés de think tanks sobre terrorismo, pero también informaciones de países como Francia y artículos de periódicos.
Las cartas muestran que el foco de Bin Laden estaba siempre puesto en atacar a Estados Unidos y sus aliados occidentales. "Queremos luchar para obligar al enemigo a detener su agresión contra nosotros, lo que puede suceder, Dios mediante, combatiendo a Estados Unidos, el líder de los infieles", escribió.
Además, expresó su desilusión por ataques fallidos en Rusia, Reino Unido y Dinamarca. "Mala suerte, Dios no estaba de nuestro lado", apuntó.
"Nos tenemos que concentrar en matar y combatir estadounidenses", afirmó en otra carta. La victoria sobre Estados Unidos es "una obligación religiosa urgente". También escribió que en Afganistán debían morir cientos de veces más estadounidenses para alcanzar la cifra de bajas estadounidenses en la Guerra de Vietnam. Las cartas también demuestran que Bin Laden temía por su seguridad.
También hay listas de libros que muestran con qué tipo de literatura tenía relación el líder terrorista: decenas de ellos, en inglés, eran sobre teorías conspirativas según las cuales los atentados del 11-S, en los que murieron cerca de 3.000 personas en Nueva York, Washington y Pennsylvania, no fueron organizados por Al Qaeda sino que fueron algo interno.