La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, recibió ayer a la directora general del FMI, Christine Lagarde, quien manifestó su respaldo al ajuste fiscal que el Gobierno brasileño prepara para intentar recuperar su maltrecha economía.
La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) comentó los planes de recortes de gastos fiscales y aumentos de impuestos del Gobierno brasileño durante una visita a un proyecto social en Río de Janeiro.
Consultada sobre el plan de ajuste, Lagarde elogió las medidas de combate a la pobreza que se aplican en Brasil desde hace más de una década, pero apuntó que "la disciplina fiscal es la base necesaria para la financiación de los programas sociales".
plan del gobierno
Lagarde conoció detalles del plan con que el Gobierno pretende recuperar esa "disciplina fiscal" en Brasilia, adonde se desplazó para entrevistarse con el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, con quien tuvo un encuentro privado antes de ser recibida por Rousseff.
"Tuvimos una rápida reunión. Hablamos de las perspectivas de la economía mundial y de Brasil", declaró tras ese encuentro, sin dar más precisiones.
Tras ser recibida por Rousseff, Lagarde dijo que trataron sobre asuntos de la "economía global y el desarrollo" y que respaldó la decisión del Mercosur de alcanzar un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE), ratificado ayer por la mandataria y el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, que hizo una visita oficial a Brasil.
Rousseff no conversó con periodistas tras la reunión con la jefa del FMI, pero sí comentó el ajuste que estudia su Gobierno después de su cita con el presidente uruguayo.
Según la Mandataria, "para que Brasil pase página es fundamental que se haga el ajuste", pues desde 2008, cuando estalló la crisis global, se ha apelado a los recursos estatales para financiar las actividades económicas en el país.
"Aseguramos el empleo, la renta e incluso a las empresas, para que pudieran mantener su actividad y lo hicimos dando subsidios para el crédito y reduciendo y eliminando impuestos", indicó.
Según informó el Banco Central, la economía brasileña estaría ya en una recesión técnica, tras sufrir una contracción del 0,81 % en los primeros tres meses del año frente al último trimestre de 2014, cuando se había achicado un 0,2 %. El dato corresponde al Índice de Actividad Económica (IBC-Br), con el que el Banco Central intenta anticipar el comportamiento del producto interno bruto (PIB) y, en este caso, confirmó pesimistas previsiones de analistas privados, que apuntan a que la economía del país sufrirá este año una contracción cercana al 1,20 %.