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Gonzalo Rojas, imputado por el atropello de Ascencio: "No pensé que el chico iba a morir"

VIÑA DEL MAR. Primer formalizado bajo la Ley Emilia declaró ayer en el día 1 del juicio oral por la muerte de Pablo Ascencio. Aseguró no haber tomado alcohol.

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Con las manos esposadas, Gonzalo Rojas, el imputado como autor de la muerte de Pablo Ascencio en un accidente de tránsito a tres días del inicio de la vigencia de la Ley Emilia, intentó explicar varias veces cómo fue que dobló con su auto hacia la derecha, atropelló a Pablo, luego giró hacia la izquierda y arrancó desde calle San Martín, en Viña del Mar, rumbo a Recreo, la madrugada del 21 de septiembre de 2014.

En el inicio oficial del juicio oral contra Gonzalo Rojas y su acompañante, Katherine Antequera, el Ministerio Público solicitó una pena de 13 años para el joven, como autor de tres delitos: conducción en estado de ebriedad con resultado de muerte; no detenerse y prestar ayuda y negarse a realizar la alcoholemia.

LA LEY EMILIA Y ASCENCIO

"Somos 14 millones de personas. Uno más, uno menos, da lo mismo", fue el argumento con el que comenzó su alegato el fiscal Roberto Depaux. Explicó que corresponde a lo que habría dicho Rojas a Carabineros al momento de su detención.

"Esta historia que comenzó con cinco amigos, hoy puede ser contada por cuatro, porque el quinto, Pablo Ascencio Solari, un destacado estudiante de 24 años, falleció esa noche. ¿Y por qué? El día 21 de septiembre, el acusado Rojas Torres, conduciendo en estado de ebriedad, incurrió en casi todas las situaciones que la ley, que hace pocos días había entrado en vigencia, la denominada Ley Emilia, (sanciona). Ésta iba a agravar las sanciones a figuras que ya estaban consideradas y a crear nuevas figuras que también deberían ser sancionadas. Pese a las distintas campañas de prevención y pese a la difusión que se dio en medios de comunicación, no salvó la vida de Pablo", relató el fiscal.

Para el juicio, que se extenderá por cuatro días más, se esperan 25 testigos en total, de los cuales 15 son del Ministerio Público y de las partes querellantes, el padre y la madre de Pablo Ascencio, que piden indemnizaciones económicas por daños inmateriales. Según la Fiscalía, se utilizarán testigos visuales del hecho, familiares, peritos y funcionarios policiales, además de elementos gráficos.

DEBER DE AUTODENUNCIA

El defensor penal público, Iván Seperiza, criticó la tipificación de delito que se le otorga a su representado, Gonzalo Rojas, por no haber dado aviso inmediato a Carabineros de lo sucedido.

"La autodenuncia, una decisión propia del imputado, un atenuante que se premia, pasa a ser en este caso una obligación y una amenaza coercitiva de pena su no realización. En ese caso se está coaccionando a una persona para, bajo la amenaza de pena, obligarlo a autoconfesarse, que no es otra cosa que dar cuenta a Carabineros de que yo acabo de cometer un ilícito", dijo.

El abogado de Antequera se limitó a anunciar la declaración de su representada y rechazó las querellas interpuestas por los padres de Pablo a Rojas, que también incluyen a Antequera.

"NO CONSUMÍ ALCOHOL"

Ambos imputados decidieron declarar ante las magistrados y el primero en sentarse a hacerlo fue Gonzalo Rojas. Comenzó relatando el momento en que salió de su casa a buscar a su amiga, Katherine, y luego contó que se dirigieron al Sporting Club de Viña del Mar, donde se realizan anualmente las ramadas de Fiestas Patrias. Dijo que llegaron temprano, cerca de las 20 horas, y que se encontraron con Juan Pablo Medina, un amigo de ambos, y con él ingresaron a una fonda, donde estuvieron varias horas. "En ningún momento consumí alcohol en la fonda, solo comí choripán", aseguró.

Luego Rojas va con Antequera y Medina a dejar a este último a su departamento en Viña del Mar cerca de las 12 de la noche, y ahí él se queda en una pieza solo mientras sus otros dos amigos conversaban en el living. Después de una discusión, él se va con su amiga al auto para ir a dejarla a un departamento en Recreo, donde ella se estaba quedando. Luego, dice, en el auto, Antequera se duerme mientras él conduce.

ROJAS DETALLA ATROPELLO

"Paso 7 Norte, después 6 Norte a velocidad prudente, quizás 60, 50 (km/h), no lo tengo claro. Continúo a 5 Norte, paso, hay un grupo grande de personas esperando cruzar en el semáforo, aproximadamente 15 personas. Desvío un poco el auto hacia la derecha, venía por la pista izquierda. No me desvié completamente. En todo momento estuve esperando la luz verde", cuenta Gonzalo Rojas rápido, mientras su voz poco a poco comienza a quebrarse con cada detalle.

El joven continúa relatando su travesía. Dice que ve a un grupo de 5 personas, aproximadamente, que "están jugando a querer cruzar, haciendo el amague. El chico decide hacerlo toreando el vehículo, haciendo un gesto como de 'ay, que te atrapo, que yo te esquivo', y yo lo intento esquivar, me tiro con todo el auto hacia la derecha y casi quedo incrustado en los contenedores de basura. Al chico lo atropello con el lado izquierdo del vehículo, el lado del piloto, y el cuerpo salta hacia el parabrisas, que se triza completo. Quedo en 110 grados mirando hacia la plaza Colombia. Vuelvo a girar, no tenía certeza si lo había atropellado grave".

"DEBÍ QUEDARME AHÍ"

Uno de los momentos más tensos del primer día de juicio fue cuando el imputado confiesa su culpa por haberse ido esa noche del lugar. "No venía rápido, no pensé que el chico iba a morir, no pensé que el chico iba a tener una lesión tan grave como para que se produzca su muerte. No sé qué pensé, no pensé nada en ese momento, conocía mi responsabilidad. Se acercó gente de algunos lugares, no se lanzaron, pero yo pensé 'si me quedo acá el que va a salir muerto soy yo', y por eso finalmente decido continuar mi marcha. Quizás no debí hacerlo, debí quedarme ahí, pero en ese momento no pensé, nunca ponderé la gravedad en el momento de lo que había sucedido. Decidí continuar mi marcha aun sabiendo que había impactado a una persona", testifica con congoja.

Después relata que llegan al departamento donde se quedaba Antequera y ella sube. Él se queda abajo y dice que, aunque ella le preguntaba qué había pasado, no le dijo. Cuenta que cuando subió al departamento su amiga estaba con una bata porque se iba a duchar, y ahí él le dijo lo que pasó. Dice que le pidió algo para tomar y que ella le dijo que sacara una botella de su cartera. "Era una mezcla de alcohol, mamadera le dicen, pisco con bebida. No sé cómo está preparada ni en qué momento la hizo o por qué estaba en ese lugar", asevera. Luego, afirma, llega Carabineros y su amiga les abre la puerta tapada solo con una sábana, y lo detienen.

Cuando le pidieron hacerse la alcoholemia dice que no quiso porque no le gusta la sangre, y que accedió al alcohotest, que se hace soplando. "Todo fue irreflexivo. He intentado estos ocho meses saber por qué me fui. Fue solo miedo de que nos pasara algo", concluyó, lamentando con lágrimas no poder ver a su hijo pequeño durante todo ese tiempo. Luego, Katherine Antequera declaró apoyando la versión de Rojas y asegurando que no supo lo que pasó hasta que él le dijo en el departamento.

La madrastra de Pablo Ascencio, Maritza Schars, asistió al juicio en representación de su padre, Pedro Ascencio. Acongojada, dijo a los medios en el receso: "Si se hubiese conmovido no hubiese abandonado a Pablo. Este tipo se fue". "A él le tienen que haber pasado muchas cosas en estos ocho meses. Sí, lo entiendo, no sé si le creo. Empatizo con sus padres, porque aquí no vamos a ganar, todos vamos a perder", reflexiona.

Manejo en estado de ebriedad con resultado de muerte, por el que la Fiscalía pide 5 años de cárcel.

No dar cuenta del hecho y no detenerse y prestar ayuda a la víctima, por el que se solicitan 4 años.

Negarse a realizar la alcoholemia, delito por el que el Ministerio Público pide 4 años de prisión.

"Es que es el primer caso a lo largo de Chile que se sanciona bajo la Ley Emilia y espero que el tribunal lo tome en cuenta"

Pamela Boltei