Minutos antes de las 19.30 horas de ayer, Rodrigo Avilés, el joven que sufrió graves lesiones tras ser alcanzado por un chorro de un carro lanzagua de Carabineros el 21 de mayo pasado, salió del hospital Carlos van Buren de Valparaíso con destino a Santiago, específicamente hasta el Hospital Clínico de la Universidad Católica, donde continuará su proceso de recuperación.
En su traslado hasta la ambulancia que lo esperaba en el frontis del recinto asistencial porteño, el joven de 28 años se encontraba despierto y asistido por un equipo médico compuesto por cuatro profesionales, momento en el cual también quedaron en evidencia las cicatrices en su cabeza producto de las intervenciones que, en definitiva, le salvaron la vida, ya que a través de ellas se pudo descomprimir la alta presión intracraneana que presentaba a raíz de la violenta caída.
Fueron 18 días de angustia por el estado de salud del estudiante de Letras de la UC y así lo manifestó anoche su madre, Soledad Bravo, quien destacó del joven la fuerza que tuvo para salir adelante. "Estamos felices, sorprendidos de su fortaleza, de su entereza, de su coraje, de su enorme capacidad de reponerse a la adversidad, de vencer a la muerte… estamos muy orgullosos de nuestro hijo, de nuestra familia, de nuestros amigos, del apoyo que hemos tenido todo este tiempo. Han sido 18 días muy, muy terribles de vivir, y lo hemos pasado, atravesado y sostenido por muchos".
Más temprano, el padre del joven, Félix Avilés, comunicaba con evidente felicidad que "Rodrigo ha despertado casi definitivamente, se comunica con gestos, con signos. En 48 horas ha tenido una evolución extraordinaria, aquí nos cambiaron al paciente, Rodrigo le ha ganado a la muerte".
El abogado destacó los niveles de comunicación logrados por su hijo, ya que ante instrucciones respondió con un apretón de manos o asintiendo con la cabeza para preguntas como el día o mes actual. "Eso es un signo de vida, estamos muy conformes con la atención recibida en el hospital, dando muestras que en la salud pública no solo es posible aprobar con satisfacción una situación tan crítica como esta, sino que además el equipo del hospital Van Buren ha sido de una calidad humana muy importante".
Respecto al recinto donde será trasladado, Avilés expresó que fue el propio rector de la Pontificia Universidad Católica (PUC), por ser alumno de esa casa de estudios, quien "nos ha expresado sus deseos de que Rodrigo termine su recuperación en la Universidad Católica".
"NOS HA SORPRENDIDO"
El director del hospital Carlos van Buren, doctor Juan Castro, subrayó que la mejoría del joven ha sido notable, situación que fue confirmada por los médicos Rodrigo Salinas y Gabriel Cea, neurocirujano y neurólogo, respectivamente, del Hospital del Salvador de Santiago, que examinaron a Rodrigo.
"Se ha mantenido conectado absolutamente con el medio, sin necesidad de analgésicos, obedece más que órdenes simples, está ubicado tempore espacialmente, lo cual nos ha sorprendido (...). Si bien está apoyado con un ventilador, es solamente en caso de respaldo, él está respirando en forma espontánea, no tiene falla respiratoria", aseveró Castro.
Agregó que "hemos cerrado un capítulo desde el punto de vista de esta lamentable situación y quiero felicitar al equipo médico neuroquirúrgico, neurointensivo de nuestro hospital, que entregó a Rodrigo en estas condiciones, que es mucho mejor que lo que esperábamos el día 22 y 23 (de mayo), que fueron los días más complejos".
"Estamos felices, sorprendidos de su fortaleza, de su entereza, de su coraje"
Las posibles secuelas neurológicas es uno de los aspectos que monitorea el equipo médico que atiende a Rodrigo Avilés. El facultativo Gabriel Cea confirmó que "tiene algunos daños neurológicos, fundamentalmente daños en la región derecha del cerebro, que determina una incapacidad de mover el lado izquierdo. Eso está en etapa de evolución, por lo que no podemos decir cuál será la magnitud de ese daño, pero seguramente va a quedar con algún grado de secuela neurológica". La mayor mejoría ha sido en la parte cognitiva, puntualizó.
A. Paredes / J. Ossandón