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"Falta solidaridad empresarial para entender que la equidad disminuye la efervescencia social"

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"El trabajo solo se entiende en forma colectiva, y como hoy existe una asimetría, es clave establecer ese puente", sentencia la jefa de la bancada de senadores DC y miembro de la Comisión de Trabajo, Carolina Goic, al definir el alma de la reforma laboral que desde el lunes comenzó a analizar la instancia legislativa en una maratónica sesión a la que asistieron distintas organizaciones. Y si todo marcha de acuerdo al cronograma trazado, el proyecto sería despachado desde Senado a fines de agosto o a más tardar a mediados de septiembre para que no se tope con la ley de presupuesto.

- Tomando en cuenta lo señalado por el ministro de Hacienda de que habrá que hacer priorizaciones en el programa debido a la desaceleración, ¿cuál es el escenario que espera a esta reforma?

- Creo que hay que volver a la discusión original y separarla del momento económico que está viviendo el país, de la desaceleración, porque creo que a veces se confunden los discursos. Entonces uno escucha la crítica de por qué esta reforma no se preocupa del empleo femenino o del juvenil. Y la verdad es que el proyecto debe centrarse en mejorar la relación entre los trabajadores y su empleador.

- ¿En qué sentido?

- Yo quiero volver al objetivo y que es actualizar nuestro Código del Trabajo en materia de derechos colectivos. Nosotros somos un país que tiene una bajísima tasa de sindicalización porque justamente lo que hace el Código del Trabajo es mermar la participación del sindicato. Lo que hacemos aquí es eliminar la posibilidad de que exista un grupo negociador que se armaba muchas veces para eso, desconociendo el que existía un sindicato vigente. Si hay un sindicato es con él con quien se tiene que negociar.

- A su juicio, ¿qué es lo esencial del proyecto?

-Vamos a trabajar sobre lo que ya aprobó la Cámara en algunos aspectos de operatoria que tienen que quedar claros, pero lo que hoy tenemos aprobado en primer trámite va en el sentido de lo que hemos planteado inicialmente. No imagino un retroceso respecto del reemplazo de trabajadores en huelga, porque no podemos inventar el reemplazo del reemplazo. Esto se abordó considerando los estándares de la OIT, que dice que se tienen que garantizarse los servicios mínimos para evitar que se ponga en riesgo la salud de la población o temas medioambientales. La huelga de por sí tienen que ser una medida de presión. Si tú permites la continuidad operacional de la empresa, vía el reemplazo, finalmente pierde fuerza. Los cambios de la Reforma Laboral buscan que no tengamos que llegar a la huelga, sino que se produzca el acuerdo previamente. Hoy día uno ve muchos procesos de huelga que no son más que un proceso de desgaste para los trabajadores y que terminan debilitando al sindicato.

FANTASMA DEL DESEMPLEO

- Los empresarios insisten en que esta reforma afectará el empleo y con ello la economía...

- Cada vez que hemos discutido un proyecto pro trabajador siempre surgen el fantasma del desempleo y sus implicancias. El caso más cercano es la discusión sobre la extensión del post natal, un proyecto que hoy día todos dicen que es una maravilla, y que en general ha tenido buenos resultados. Pero hay que acordarse cómo al principio decían que iba a ser lapidario para las mujeres, que no iban a contratar mujeres, que lo que estábamos haciendo era un flaco favor, y al contrario. La experiencia nos demostró que lo que hacía era sincerar las relaciones al interior de la empresa. Eso ha permitido, incluso, la incorporación de más mujeres en el mercado del trabajo, que es un tema donde hemos tenido siempre un déficit como país. Y es un proyecto que además le ha hecho bien a las trabajadoras, a sus hijos, a la familia. Entonces a mí no me extraña esa crítica. No le tengo ningún temor a esta suerte de amenazas de parte de los gremios empresariales en términos de lo que pueda significar la reforma laboral. Más bien yo les diría a ellos que son corresponsables de cómo se favorece el diálogo al interior de la empresa, entendiendo que sin trabajadores finalmente la empresa no existe. Ahora hay que entender que hay una situación económica delicada y que tenemos que atender con medidas pro crecimiento, pero no podemos perder el foco del objetivo que tiene esta reforma laboral y que es actualizar nuestra legislación de derechos colectivos.

- ¿Por qué es importante esta reforma?

- Esta es una reforma que ha sido postergada por mucho tiempo, pero me gustaría que la viéramos más como una oportunidad, porque creo que finalmente es eso, una oportunidad para el país. Incluso para el mundo empresarial. En la medida que tú tienes a los trabajadores organizados, vas a tener, en procesos mucho más simples, la posibilidad de ampliar las materias de negociación. Pero eso no se puede dar por imposición unilateral, que finalmente es lo que se hace muchas veces con prácticas antisindicales. El catálogo de prácticas antisindicales es amplio, y no es casual que en nuestro país tengamos el bajo porcentaje de sindicalización que existe y eso es algo que no es precisamente un orgullo para Chile. Los trabajadores tienen que ser parte del proceso en las discusiones y en las negociaciones sobre su remuneración o sus condiciones laborales.

- ¿Cuál es el riesgo de que esto se puede extender?

- Lo fundamental es tener certezas, porque la falta de certezas sí impacta en la economía y lo importante es que esta tramitación no se dilate innecesariamente, y por eso en este mes de julio hemos hecho el esfuerzo de hacer las audiencias, y hacer una tramitación cautelando un buen trabajo legislativo de modo que pueda estar lista la reforma en un par de meses.

- ¿Falta solidaridad de parte del mundo empresarial?

- Sí claramente falta mayor solidaridad, pero no de todos. Hay empresarios que entienden que esto es necesario y que, incluso, puede repercutir en aplacar los niveles de efervescencia social. Entonces más que estos fantasmas catastrofistas hay que poner el foco en cómo hacemos una buena legislación para mejorar las relaciones laborales, que fortalezca el empleo, pero el empleo de calidad. Y poner frenos a situaciones de abuso que efectivamente hoy día se dan. Reconociendo que hay empleadores que lo hacen muy bien.

- ¿Ha habido alguna diferencia en la tramitación del proyecto con Javiera Blanco y ahora con Ximena Rincón?

- No, la verdad no. Javiera le dio un impulso inicial, trabajamos muy bien con ella, pero Ximena, que como senadora fue miembro de la Comisión de Trabajo y como Segpres también tuvo acceso al proyecto, manejaba bien los temas. El proyecto solo se atrasó una semana en la Cámara.

"La huelga de por sí tienen que ser una medida de presión. Si tú permites la continuidad operacional de la empresa, vía el reemplazo, finalmente pierde fuerza"

"En Chile el catálogo de prácticas antisindicales es amplio; no es casual que tengamos el bajo porcentaje de sindicalización que existe y eso es algo que no es precisamente un orgullo para el país"