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El sol y la lluvia son los fenómenos meteorológicos favoritos de la música

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El tiempo suele ser uno de los temas de conversación más universales, y ahora un estudio demuestra que los fenómenos meteorológicos también están muy presentes en la música, sobre todo el sol y la lluvia, que ha seducido en especial a cantantes como Bob Dylan, John Lenon o Paul McCartney.

El estudio, publicado por la revista Weather, analiza más de 700 canciones, que se sacaron de karaokes, pues esas listas están compuestas por intérpretes famosos y la gente suele conocer bien sus letras.

Expertos de las universidades de Southampton, Oxford y Manchester se puso manos a la obra para analizar la presencia de los fenómenos meteorológicos en las letras y género musical.

La directora del estudio, Sally Brown, de la Universidad de Southampton, señaló que estaban "sorprendidos" de las frecuencia con que se habla del tiempo en la música, "ya sea como una simple analogía o como tema principal de la canción", como Bob Dylan con "Blowin' The Wind" o The Hollies' en "Bus Stop", en la que una pareja se enamora bajo un paraguas.

El sol y la lluvia son los meteoros favoritos de la música, los que aparecen en un 37% de los temas analizados, ya sea como tema principal o secundario del tema, mientras que la ventisca o la helada parecen ser los menos propensos para rimar.

Cuando una canción hace referencia al tiempo no es raro que nombre más de un fenómeno, hasta un máximo de seis en un mismo tema.

Identifican la edad exacta en que comienza el proceso de envejecimiento

ANÁLISIS. Científicos observaron los primeros signos del paso del tiempo a los 26 años, aunque esto varió según la persona.
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Un grupo de científicos logró determinar la edad exacta en que las personas comienzan a envejecer. Aunque recalcaron que este proceso es distinto en cada individuo, los investigadores situaron su origen a partir de los 26 años.

En un informe publicado en la última edición de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, académicos de EE.UU., el Reino Unido, Israel y Nueva Zelanda presentaron 18 medidas biológicas que pueden combinarse para determinar si las personas están envejeciendo más rápido o más lento que sus pares.

Los datos se obtuvieron de un estudio elaborado en Nueva Zelanda que siguió a más de mil personas nacidas en 1972 y 1973 en la misma ciudad. A los participantes se les midió regularmente la presión arterial y la función hepática, y se les realizaron entrevistas, entre otras evaluaciones.

A diferencia de estudios sobre envejecimiento que se han centrado en la tercera edad, este trabajo analizó a personas relativamente jóvenes. "Si queremos prevenir enfermedades relacionadas con la edad, vamos a tener que empezar a estudiar el envejecimiento en los jóvenes", explicó Dan Belsky, uno de los autores del estudio y profesor asistente de Geriatría del Centro de Envejecimiento de la Universidad de Duke.

Según indicó Belsky en un artículo publicado por la casa de estudios en su sitio web, el avance del envejecimiento se refleja en los órganos humanos tal como ocurre en los ojos, las articulaciones y el cabello, pero más temprano.

MEDICIONES

Cuando estas personas cumplieron 38 años, en 2011, el equipo midió el funcionamiento de los riñones, el hígado, los pulmones, y los sistemas metabólico e inmunológico.

También evaluaron el colesterol HDL (el colesterol bueno), la salud cardiorrespiratoria y la longitud de los telómeros, que son capas protectoras ubicadas al final de los cromosomas que se acortan con el paso de los años.

También se midió la salud dental y la condición de los pequeños vasos sanguíneos que se encuentran en la parte posterior de los ojos y que son un indicador de los vasos sanguíneos del cerebro.

RITMO DE ENVEJECIMIENTO

Sobre la base de un subconjunto de estos biomarcadores, los investigadores establecieron una "edad biológica" para cada participante, que varió de menos de 30 años a cerca de 60 en las personas de 38 años.

Luego los científicos volvieron a los datos de archivo y analizaron 18 biomarcadores que fueron medidos cuando los participantes tenían 26, 32 y 38 años. A partir de esto dibujaron una pendiente para cada variable y luego los 18 factores se agregaron a cada individuo del estudio para determinar su ritmo de envejecimiento.

La mayoría de los voluntarios figuraron en torno a una tasa de envejecimiento de un año cronológico por año biológico, pero otros envejecieron más rápido, a una tasa de tres años por cada año cronológico. Otros, en cambio, envejecieron cero año por cada año cronológico, permaneciendo "más jóvenes" que su edad.

Tal como esperaban los autores, las personas que fueron biológicamente mayores a la edad de 38 también parecieron envejecer más rápido. Por ejemplo, una edad biológica de 40 significó que la persona estaba envejeciendo a una tasa de 1,2 años por año durante los 12 años en que transcurrió el estudio.

Belsky señaló que si bien la mayoría de las personas suele pensar en el proceso de envejecimiento como algo que ocurre tardíamente, los signos del paso de los años ya son perceptibles en estos test durante los 12 años de la adultez joven: de los 26 a los 38 años.

Miembros del estudio que registraron una edad biológica más avanzada también tuvieron un peor desempeño en test dirigidos típicamente a personas mayores de 60 años, como pruebas de equilibrio y coordinación y resolución de problemas. Las personas biológicamente mayores también mostraron mayores dificultades en pruebas de actividad física, como subir escaleras.