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La obra "Cabaret Bijoux" vuelve a los escenarios de Valparaíso

TEATRO. Tomás Vidiella entrega detalles del montaje que revolucionó la década de los 80 y también habla sobre el regreso de Lulú.
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Con una novedosa mezcla de teatro y performance, la obra "Cabaret Bijoux" recorrió con éxito gran parte de Chile a fines de los 70 y parte de los 80, presentándose también en el otrora Teatro Valparaíso que se ubicaba frente a la plaza Victoria (hoy existe una multitienda). Durante diez años llenó funciones y se convirtió en un emblema de libertad en nuestro país. Ahora, a cuatro décadas de su estreno, vuelve a los escenarios porteños con el mismo gestor y protagonista: Tomás Vidiella.

El espectáculo muestra la vida de varios artistas al interior de un cabaret de mala muerte. Bailes, amor, peleas y risas son algunos de los componentes de esta delirante comedia, estrenada en el Teatro Hollywood en abril de 1976. "No es un obra que tenga chistes, pero es muy divertida. Es muy lúdica, que juega mucho y el público también participa", comenta Tomás Vidiella, quien revivirá su antiguo personaje, Lulú.

INESPERADO REGRESO

A comienzos de este año, el actor recibió una invitación del Teatro Caupolicán para volver a montarla. Aunque lo pensó dos veces, Tomás Vidiella decidió ponerse tacos, vestido de lentejuelas y maquillarse para interpretar una vez más a Lulú, un travesti que tiene aspiraciones de ser un artista famoso y que trabaja en un cabaret de mala muerte que no le permite surgir, pero aun así es una persona luchadora que vive feliz. "Ahora tengo la edad que tiene el personaje, antes era demasiado joven", bromea el actor.

Luego reunió a un nuevo elenco, pues solo él y Adela Calderón se repiten el plato, pero esta vez ella ya no será del "ballet de las gordas", ahora es la dueña del cabaret. Tras intensos ensayos, la obra se presentó con éxito varias semanas en el teatro. "Estuvo lleno, entonces eso demuestra que la gente quiere ver la obra. Se rieron por montones y eso quiere decir que valió la pena remontarla", comenta Vidiella.

Y ahora el elenco se prepara para su próxima presentación en Valparaíso. "Para mí, ciudad emblemática y que quiero mucho. Me encanta ir, el público es maravilloso. Esta obra es justa para darla allá, porque la gente tiene la picardía. Ha sido una experiencia súper linda volver con esta obra", comenta el actor.

LA HISTORIA DE UN CLÁSICO

Cuando Vidiella supo que la obra "El gran show internacional de Cabaret Bijou", del dramaturgo argentino Alberto Zemma, agotaba todas las entradas en Buenas Aires, no dudó en conseguirla de inmediato para leerla, comprar los derechos y montarla cuanto antes en Santiago. Sin embargo, al revisarla se dio cuenta que no era lo que andaba buscando, pues necesitaba algo más impactante para conseguir el éxito que esperaba.

Pero no bajó los brazos y le llevó la obra al dramaturgo José Pineda. Juntos trabajaron para transformar el montaje, le agregaron personajes y pensaron en una especial puesta en escena, divida en dos escenarios. El primer piso tendría todo el glamour propio de un show y el segundo mostraría la intimidad de los camarines de los artistas. Es así como rebautizaron la obra como "Cabaret Bijoux", un montaje que "no tiene nada que ver con la que traje de Argentina", afirma Vidiella.

Una vez lista la obra, les nació la idea de mostrarle la nueva versión a Alberto Zemma. "En un comienzo no le gustó, porque era un obra muy distinta a la de él", recuerda el actor, pero luego el dramaturgo cambió completamente de opinión "cuando vio el éxito que tenía, la copió exactamente igual como la hacíamos nosotros. Fue bien divertido".

Cuando fue estrenada en 1976, nadie imaginaba que "Cabaret Bijoux "gozaría de un envidiable éxito, mucho menos que estaría por diez años en cartelera, convirtiéndose en el espectáculo que revolucionó los 80 y en un emblema de libertad y que todavía lo es".

"Esta obra se dio cuando estábamos en plena dictadura. Era la primera vez que se veía a un travesti en escena, entonces era un grito de la libertad y ahora lo sigue siendo, porque interpretar a este personaje (Lulú) le da una soltura que va hace vibrar a la gente y reflexionar cómo es la vida", sostiene el actor.

"Esta obra se dio cuando estábamos en plena dictadura. Era la primera vez que se veía a un travesti en escena, entonces era un grito de la libertad"