Con un polémico arbitraje, el Decano cae con Libertad y se despide de la Copa
fútbol. Dos dudosos penales pusieron cuesta arriba la tarea a los caturros, que con más ganas que fútbol, estuvieron cerca de la hazaña.
La ilusión estaba intacta, y así fue hasta el final. Pese a no mostrar un buen juego, Santiago Wanderers luchó hasta los descuentos contra sus propias deficiencias y contra un Libertad que defendió con dientes apretados y que con dos polémicos penales logró derrotar por 2-1 al Decano en Asunción. De esta manera, los paraguayos sellaron su paso a la siguiente ronda de Copa Sudamericana tras el empate sin goles obtenido en Playa Ancha.
A diferencia de lo ocurrido en el partido de ida, en el estadio Nicolás Leoz las emociones se vivieron desde el comienzo. Primero avisó Carlos Muñoz con un remate de larga distancia que intentó sorprender al arquero guaraní, pero pocos minutos después respondió el cuadro local.
Iban 4' cuando el delantero Yoel Burgueño se metió al área y tras una fuerte marca de Nelson Saavedra se dejó caer. El árbitro colombiano Adrián Vélez compró y cobró un polémico penal cuando los equipos recién estaban acomodándose en el terreno de juego. Un minuto después, Sergio Aquino se encargó de patear y cambiar por gol con un remate al centro del arco custodiado por Gabriel Castellón.
Tras la apertura de la cuenta, Wanderers intentó reaccionar, pero careció de ideas y claridad para salir jugando desde campo propio, y a ratos fue presa de sus imprecisiones. En ofensiva, los delanteros caturros poco y nada podían hacer para aguantar y pivotear los pelotazos que lanzaba la defensa wanderina, aunque un voluntarioso Ronnie Fernández a veces se las arreglaba para inquietar a los guaraníes.
Desesperado, Paulo Rosales bajaba a buscar balones para intentar tener una salida limpia, pero lo cierto es que los dirigidos por Emiliano Astorga se vieron asfixiados y casi no pasaban la mitad de cancha. Pese a ello, el cuadro guaraní no mostraba mayor profundidad y apenas tuvo un par de ocasiones, como la de Rodolfo Gamarra, quien a los 17' tomó un rebote de Castellón y completamente solo mandó la pelota afuera.
En eso estaban cuando a los 27' un tiro libre servido por Rosales se desvio en el camino y el rebote le quedó Ronnie Fernández, quien casi en área chica fusiló al arquero Rodrigo Muñoz para marcar el empate y desatar la locura de los hinchas wanderinos que llegaron hasta el estadio Nicolás Leoz. Poco y nada había hecho Wanderers en ofensiva y aun así consiguió el valioso tanto de visitante que hasta ese entonces le daba la clasificación.
Ya sobre la media hora de juego, Libertad se fue encima en busca del gol, aunque dejando espacios que Wanderers comenzó a aprovechar. Los porteños también dejaron atrás los nervios iniciales para tomar mayor confianza e hilvanar mejor las jugadas. Fue así como los caturros tomaron mayor posesión de pelota y con una buena capacidad para salir con más tranquilidad desde campo propio.
Otro penal dudoso
Ni siquiera corrían 40 segundos del segundo tiempo cuando el juez colombiano volvió a marcar un penal a favor de los locales. Otras vez Burgueño haciendo de las suyas se metió al área y ante la férrea marca de Mario López, que lo tomó levemente con el brazo, se dejó caer para que el árbitro cobrara la pena máxima. Y así, a los 46', el recién ingresado Hernán López se encargó de vencer a Castellón para establecer el 2-1 que le daba la clasificación a los guaraníes.
Ante la necesidad de ir por un nuevo gol, Astorga movió las piezas y se la jugó con el ingreso de Álvaro Ramos por el defensor Mario López, sumando así un hombre más en ofensiva y pasar a jugar con línea de cuatro en el fondo.
A los 56' cerca estuvo López para volver a anotar por Libertad, pero no supo definir estando completamente solo frente al arco caturro.
Ya sobre los 60', el técnico paraguayo Ever Almeida sacó a Burgueño para permitir el ingreso de Osmar Molinas, con lo cual los guaraníes perdieron poder ofensivo con la intención de sumar un hombre más en mediocampo y manejar el balón, pero lo cierto es que con ello Wanderers pasó a dominar las acciones y con más ganas que fútbol se fue en demanda del arco rival. Con el correr de los minutos, el Decano fue instalándose en campo local ante un adversario que se replegó y buscó dañar de contragolpe.
Pese a carecer de profundidad y capacidad para desequilibrar en los metros finales, los caturros tuvieron algunas opciones para lograr el empate, entre ellas un cabezazo de Ronnie Fernández luego de un centro de Óscar Opazo. Sin embargo, la más clara llegó a los 94'. Gran pase de Jorge Ormeño para Ramos que ganó línea de fondo y sacó un centro de la muerte que nadie conectó bajo el arco. Fue la última jugada de un Wanderers que pese a no contar con muchas ideas, hasta el final estuvo cerca de abrochar la clasificación. Ahora los caturros deberán centrarse solamente en el torneo nacional mientras Libertad espera por el ganador entre la serie que sostienen Universidad Católica y Danubio.