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"Estoy a favor de una Ley de Punto Final en casos de Derechos Humanos"

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A pocos días de cumplirse 42 años del golpe de Estado de 1973, casos emblemáticos de violaciones a los Derechos Humanos durante el régimen militar, muchos de los cuales aún se encuentran sin resolver, siguen marcando la pauta informativa, sobre todo tras la muerte del exdirector de la DINA, Manuel Contreras, quien nunca aceptó los cargos y condenas que la Justicia le impuso por su responsabilidad en diversos crímenes.

En este escenario, la confesión ante el juez Mario Carroza del exconscripto Fernando Guzmán también posibilitó la reapertura del Caso Quemados, estableciendo en su testimonio que hubo un pacto de silencio para encubrir a los responsables de la muerte de Rodrigo Rojas de Negri y de las graves lesiones que sufrió Carmen Gloria Quintana. Su declaración sirvió de base para que el Ministerio de Defensa creara la Unidad de Derechos Humanos, que dirige el exmagistrado Alejandro Solís, cuya misión precisamente es terminar con estos pactos de silencio y facilitar la entrega de información.

No obstante, para el ex comandante en jefe de la Armada entre los años 2001 y 2005, almirante (r) Miguel Ángel Vergara, este nuevo organismo "no tiene ningún destino", más aún si lo encabeza el exministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, de quien, asegura, "se ganó una merecida fama de ser absolutamente arbitrario en los procesos que se llevaron en contra de las Fuerzas Armadas".

- ¿Existen los pactos de silencio al interior de las Fuerzas Armadas y, en particular, al interior de la Armada?

- Tengo la convicción de que en las Fuerzas Armadas desde hace mucho tiempo se ha entregado absolutamente todo lo que ha requerido la Justicia, no veo qué pactos de silencio puede haber, es más bien uno de los muchos eslóganes en contra de los militares. No hay ningún pacto de silencio, todo lo que la Justicia ha requerido absolutamente todo se ha entregado, al menos de la Armada doy fe que todo lo que se ha pedido, todo se ha entregado.

- ¿Cómo se explica entonces que aún no haya claridad sobre el paradero de detenidos desaparecidos que, de acuerdo a investigaciones judiciales, se tiene constancia que perecieron tras sufrir torturas por parte de agentes de las Fuerzas Armadas? Es el caso del sacerdote Miguel Woodward, quien falleció tras ser torturado por personal de la Armada en la "Esmeralda" y cuyo cuerpo aún no es hallado.

- Se están investigando hechos que sucedieron hace 40 años, es tarea del juez tratar por todos los medios averiguar qué fue lo que pasó, con gente que está retirada, con gente que está fallecida. No se trata de ocultar información, creo que las Fuerzas Armadas tienen la voluntad para que se aclaren estos hechos y no haya familias que estén sufriendo por detenidos desaparecidos, pero no se puede reconstituir los hechos fehacientemente como se quisiera con solamente romper estos supuestos pactos de silencio que no existen. Por otra parte, es probable que si una persona participó en algún ilícito se haya puesto de acuerdo en no decir nada, pero si es así me pregunto qué incentivo tendrá esa persona en recurrir a los tribunales, cuando la Justicia se ha ensañado en contra de los militares, cuando pareciera que en muchos casos no hay justicia, sino que se busca venganza. El militar que es acusado por cualquier caso el juez por principio sospecha de él, y él tiene que demostrar que es inocente y no el juez demostrar que es culpable.

- Específicamente, ¿a qué casos se refiere?, ¿quiénes considera usted que fueron condenados siendo inocentes?

- Hay una infinidad de personas absolutamente inocentes que están condenadas a cinco o diez años, simplemente porque el juez dice: 'usted debió haber sabido porque tenía tal rango', y esto lo digo con nombre y apellido, el teniente de la Armada Jorge Osses Novoa (quien participó en el secuestro calificado de Fernando Olivares Mori, el 5 de octubre de 1973). Osses fue condenado a cinco años y su pecado fue que siendo teniente en Santiago le ordenaron ir a buscar a una persona y él la dejó en el Ministerio de Defensa Nacional, y como esa persona desapareció, él es culpable. Por qué está condenado, no lo entiendo. Cómo va haber una asociación ilícita cuando es una relación militar. Mi inquietud es esa, mientras no haya una apertura y los procesos no se vean como una venganza, es difícil avanzar en la verdad.

- ¿Cuando ejerció como comandante en jefe de la Armada recibió alguna petición expresa del gobierno de la época para que la institución hiciera entrega de información sobre casos de violaciones a los Derechos Humanos y detenidos desaparecidos?

-Por supuesto que sí, y no solo al Gobierno, sino que la Justicia constantemente requería una serie de antecedentes y nosotros entregamos todo lo que nos pedían. No hay ningún antecedente que a mí se me haya pedido que no haya sido entregado. Evidentemente, se conversó con el Gobierno al igual que ahora. Si yo he entregado todo, ¿qué más puedo hacer? No tengo archivos con nombres y apellidos en mi casa, eso no existe, no hay ningún archivo, porque fueron casos ilegales, por lo que no puede haber ningún registro oficial.

- ¿Qué opinión tiene sobre la recién creada Unidad de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa, cuyo objetivo es precisamente terminar con estos posibles pactos de silencio y facilitar la entrega de información?

- No tiene ningún destino, es algo absolutamente burocrático, no logro entender cuál va a ser la relación que va a tener este juez en particular con las Fuerzas Armadas que no tiene ya la Justicia con la institución. No veo por qué el ministro (Alejandro) Solís va a conseguir algo que no hayan logrado ministros que están dedicados a casos de Derechos Humanos desde hace años, quienes no lograron conseguir más información porque no existen más antecedentes. No sé cuál es el misterio o secreto que tiene el señor Solís que él va a lograr lo que no han logrado una serie de jueces en todos estos años.

- ¿Qué opinión tiene del exmagistrado Alejandro Solís, que fue nombrado coordinador de la Unidad de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa?

- El ministro Solís se ganó una merecida fama de ser absolutamente arbitrario en los procesos que se llevaron en contra de las Fuerzas Armadas. Si yo tuviera alguna información, a la última persona en el mundo a la cual recurriría sería el señor Solís, porque me iría preso inmediatamente y sería acusado como sospechoso. Por eso considero que es absurdo. Mientras el eslogan sea "ni perdón ni olvido" es difícil avanzar en la verdad, porque la verdad se avanza con reconciliación y con apertura para que la persona que vaya a declarar algo tenga una pena atenuada. Pero mientras eso no exista, podrán poner una u otra oficina y no se avanzará ni un milímetro más y es lamentable. Ojalá se aclarara todo esto, yo me pongo en el lugar de las familias que tienen detenidos desaparecidos, obviamente ellos quieren con mucha angustia que se solucione el caso, pero no se solucionará como están las cosas ahora.

- En noviembre del año 2002, en su comparecencia como comandante en jefe de la Armada ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados que investigaba el paradero de detenidos desaparecidos, causó revuelo su propuesta de generar un gran acuerdo nacional para terminar en dos años con las investigaciones judiciales, el cual no fue acogido. ¿Qué lo motivó a hacer una propuesta de ese tipo?

- No recuerdo los detalles de esa propuesta, pero la suscribo, es lo que hace falta, una reconciliación, porque aquí lo que se difunde y se proyecta en los medios de comunicación es el drama de los detenidos desaparecidos, pero nadie se preocupa del drama que viven los militares que están procesados, con familias destruidas, con procesos en los que en muchos casos no tienen nada que ver y están siendo juzgados (…). No niego que haya justicia, si cometieron delitos deben ser juzgados, pero con las leyes que correspondan, los militares son los únicos que están siendo procesados por el sistema antiguo, donde el juez investiga y resuelve, y los jueces en el caso de los militares se forman inmediatamente la convicción de culpabilidad; en cambio para los terroristas hay que tener una serie de pruebas para poder convencer al juez.

- ¿Está a favor de una Ley de Punto Final en casos de Derechos Humanos?

- Pero absolutamente, estoy a favor. Lo que hace falta es reconciliación y terminar con el odio entre militares y civiles. Pero siendo honesto, creo que en este momento no hay ningún piso para eso; al contrario, en estos últimos días lo que se ha hecho es sembrar el odio, están preparando el ánimo para el próximo 11 de septiembre. Con ese ambiente es difícil que haya una reconciliación, ojalá se lograra, pero lo veo difícil.

"La Justicia se ha ensañado en contra de los militares, cuando pareciera que en muchos casos no hay justicia, sino que se busca venganza"

"Hace falta reconciliación

y terminar con el odio entre militares

y civiles. Pero siendo honesto, creo que

en este momento

no hay ningún piso para eso"