Andrea Della Valle, presidente de la Fiorentina, lo vivió en carne propia: cuando David Pizarro estaba molesto, nunca tuvo freno para decir lo que sentía.
Hoy le toca a la dirigencia de Santiago Wanderers, que debe recibir las críticas del "Fantasista" por una serie de situaciones que considera inaceptables en un club de Primera División.
Y los primeros disparos del mediocampista apuntan a los problemas que ha tenido para superar su lesión: "un microdesgarro que se recupera en diez días, me ha costado más de un mes".
El playanchino, quien ayer entrenó casi a la par con el resto del plantel en Playa Ancha, le recrimina a la sociedad anónima que no tiene la infraestructura necesaria para tratar de buena forma a los jugadores lastimados.
"No es bueno para la institución andar de un lado para otro, sobre todo en un equipo de Primera División, y en el cual muchos dirigentes dicen que es una gran institución. Los jugadores lesionados no debiéramos andar como gitanos por el resto de Chile. Eso me tiene un poco preocupado y molesto, porque no tenemos las condiciones para poder recuperarnos de la mejor manera", dice el futbolista formado en las series menores del Decano.
DOBLE DISCURSO
Según Pizarro, lo que más le produce enfado es el doble discurso que tendría la regencia caturra. Mientras por un lado se alaba el poderío del club, el plantel no contaría con las condiciones que se le deben exigir a un equipo profesional.
"Creo que a Wanderers le falta pensar como equipo grande en todo sentido, hay que ser muy responsable con lo que se dice, si vas a afirmar que eres una gran institución lo tienes que ser en todo sentido, faltan cosas básicas que necesita un jugador, no porque ganas dinero significa que no tendrás tus cosas básicas para poder desplegar o entregar lo que tú sabes" dice "Pek".
Y va más allá, pues acusa una molestia en el plantel debido a que el discurso oficial no tiene un correlato con la realidad.
"Hay situaciones que dejan mucho que desear, sobre todo al escuchar a ciertos dirigentes que dicen que somos una gran institución, pero te digo de corazón que queda mucho, con el dolor de mi corazón entiendo que jugadores de la cantera se quieran ir de Wanderers", acusa el ídolo porteño, añadiendo que "las máquinas para recuperación, por ejemplo, las necesitamos ya, no cuando se apruebe un proyecto o una firma de arriba para dar el sí...lo mismo pasa con el gimnasio de Mantagua, que da pena".
ESPERANDO AUTORIZACIÓN
Con respecto al proceso de recuperación del desgarro en su muslo derecho, el "Fantasista" insistió ayer que no recibió autorización médica para ser citado hoy en el partido contra Huachipato en Playa Ancha.
"Ya estoy entrenando casi normal, hoy (ayer) estuve golpeando la pelota mucho más fuerte, pero lamentablemente no me dieron el alta, yo me siento muy bien pero hay que hacer caso a los que saben", explica.
Sin embargo, Pizarro también interpreta las decisiones del cuerpo médico porteño: "Hay un tema de responsabilidades, quizás no me quieren hacer jugar para no sentirse culpables, porque me puede pasar algo, son situaciones complejas, se deben tomar decisiones y se decidió que no estoy apto para mañana (hoy), por más que haya pedido estar. Me dijeron que no".
¿10 CLÁSICO?
Otro de los temas que inquietan al volante porteño es su rol en el equipo cuando por fin pueda jugar.
Emiliano Astorga manifestó hace unas semanas que "la posición de Pizarro es clara, no hay duda de dónde puedo sacarle mayor provecho, él es un jugador que tiene muy buena salida desde atrás, tiene muy buen pase largo, así que seguramente vamos a tratar de ubicarlo saliendo desde el fondo".
Ayer el técnico matizó su parecer, afirmando que debe buscar la mejor forma de ubicar a "Pek" en el sistema que actualmente utiliza en medioterreno.
La percepción del jugador, no obstante, es distinta. El playanchino cree que podría aportar más cerca del área rival y de la línea ofensiva.
"Yo me veo más cerca del arco rival, parecido a lo que hacía antes, tomar mi posición antigua, vengo con esa idea de jugar más cerca de los delanteros y tener la posibilidad de gol", dice el ex Fiorentina.
Pese a reconocer que la decisión final es del entrenador, "en mi cabeza está esa fórmula, quiero ser un 10 clásico, libre, que tiene la posibilidad de jugar por donde quiera. En Italia jugaba delante de la defensa, pero habiendo acá muchachos que tienen un despliegue mucho mayor, creo que en esta situación en el campo nacional puedo marcar diferencias estando un poco más arriba".
"Quizás mi presencia puede ayudar, pero cambiar el equipo ya es complejo, aunque yo tengo muchas ganas de jugar, de aportar", sentencia.
