Las grandes diferencias
Las diferencias que estamos viendo hoy entre Valparaíso y San Antonio se relacionan con el gasto fiscal y desarrollo inmobiliario. El gasto fiscal aumentó en el Gran Valparaíso dadas las necesidades que se han presentado producto de los diferentes desastres que nos han golpeado. Cada vez que la infraestructura se ve afectada o se debe cambiar, implica un aumento del trabajo en obras públicas, explicando la diferencia que, sumada a la aceleración de los proyectos inmobiliarios antes de la entrada en vigencia del IVA a construcciones nuevas, a partir del 2016, han dado un impulso acotado al Gran Valparaíso en comparación a San Antonio. El valor del dólar representa cuánto vale nuestra economía; cuando crecimos al 7% y EE.UU. trabajaba aún en salir de la crisis subprime el dólar estaba cerca de $400, es decir, con una moneda de $500 comprábamos un dólar y nos daban vuelto.
Ahora nuestra economía no le está yendo bien, por ende, el valor de ella ha disminuido; ahora con $ 500 no alcanzamos a comprar un dólar, que está cerca de $ 700, es decir, necesitamos más pesos chilenos para comprar un dólar americano. Así, cuando a nuestra economía le va mal el dólar sube y cuando esto sucede las exportaciones se ven favorecidas (y las importaciones desfavorecidas).
Nuestra región está relacionada con las exportaciones a través del puerto, las actividades logísticas portuarias (ZEAL, extraportuarios y puerto seco); la producción para la exportación también, desde el cobre de los Andes, la producción agrícola del Aconcagua, el vino de Casablanca.
La construcción de un nuevo terminal en el puerto ha generado una competencia que ha favorecido a las cargas que deben elegir con qué puerto trabajar, así que la "pelea" TPS-EPV ha favorecido a la región, demostrando que la competencia sigue siendo la mejor forma de generar crecimiento y con ello mejores empleos.