Karen Unda

Choripanes, sopaipillas y el típico mote con huesillo fueron parte de la fiesta a la chilena que se realizó ayer en el atrio de la Iglesia La Matriz del Barrio Puerto, una actividad en la que los feligreses pudieron apreciar una alegre muestra de cueca luego de la tradicional misa dominical que el padre Gonzalo Bravo encabezó junto a voluntarios de la Dirección General de Vinculación con el Medio de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), institución que ofreció talleres de cueca en la mencionada parroquia.

"Es una oportunidad que nos brindó la PUCV de poder participar en clases durante un mes para poder aprender más de nuestro baile típico. Acá lo más lindo es que 250 años antes de la independencia de Chile ya había celebración religiosa, por eso queremos celebrar de manera sencilla, pero con mucha alegría, con la gente de nuestra comunidad que instaló su puesto de venta de comida típica", manifestó el padre Bravo.

No solo residentes del barrio disfrutaron la actividad organizada en el atrio de La Matriz, ya que la voz se corrió en el Puerto y llegaron vecinos de todos los rincones a apreciar la muestra de baile y disfrutar de un refrescante mote con huesillo en un día caluroso.

"Soy de Playa Ancha, pero mi vecina me invitó porque sabía que se iba a realizar una actividad con nuestro baile después de la misa a la chilena. Primera vez que vengo a La Matriz porque voy a otra comunidad, pero me gustó mucho todo, muy lindo el baile y ahora vamos a comer algo", indicó Zulema Bahamondes.

Taller de cueca

Después de entonar un par de canciones al interior de la iglesia y de recibir la bendición del párroco para iniciar la celebración de Fiestas Patrias, el conjunto folclórico de Margot Loyola ofreció una muestra de nuestro baile naconal, terminando con la popular cueca chora que sacó aplausos entre los asistentes.

"En la actividad se mostraron variantes como la cueca de Matilla en el norte, la cueca chilota, campesina, de destreza y terminamos con la cueca del Puerto, esto para cerrar los talleres que se realizaron donde la idea era abrir una ventana a la comunidad, pero más que enseñar a bailar cueca invitarlos al rescate de nuestra identidad y apropiarnos de nuestro baile nacional", consignó el coordinador de danza del conjunto Margot Loyola de la PUCV, Mario Molina.

El profesor añadió que durante cuatro sábados se dictaron clases donde participaron cerca de 120 personas de distintas edades.

"Yo no era muy de la onda de la cueca, pero una amiga me invitó a participar del taller que me pareció excelente porque no sólo nos enseñaron los pasos sino que también el sentido del baile", manifestó Albert Campos de Viña del Mar, quien asistió a los talleres de cueca en La Matriz.

En una entretenida jornada llena de bailes tradicionales, juegos típicos y homenajes a los pueblos originarios, los niños de la Escuela Especial del Sanatorio Marítimo San Juan de Dios, de Viña del Mar, participaron del acto que dio inicio -anticipado- a las celebraciones correspondientes a las Fiestas Patrias.

En la actividad, que se desarrolló con la participación de los apoderados de los alumnos, participó el gerente del recinto hospitalario, Andrés Pinto, quien destacó que en el acto "los niños actúan y al mismo tiempo demuestran todas sus capacidades y oportunidades que tienen al participar de esta escuela. Logran integrarse con sus compañeros y profesoras, y ser capaces de demostrar que tienen limitaciones, pero que también pueden salir adelante y hacer distintas actividades, e impresionarnos con su potencialidad para desarrollar lo que se propongan".

El titular, además, explicó que la actividad estaba asociada a la inclusión de los niños con capacidades diferentes, como manera de eliminar las discriminaciones que sufren a diario.

"Cada uno discrimina al no darse cuenta que todos los demás tienen capacidades, y que uno mismo también a veces tiene muchas incapacidades, y no las puede resolver", comentó el gerente.

Y agregó que la actividad tenía como objetivo "tratar esta problemática a través de un ambiente muy abierto, acompañado de las familias y con quien quiera integrarse, incluidos los trabajadores y sus familias. Así, logramos un encuentro bien cercano y emotivo, que nos enseña a crecer como sociedad en estos temas".