"Las cosas no se mueven porque se empujan", partió diciendo el físico teórico Claudio Dib a los adolescentes que llenaron el auditorio principal de la Universidad Técnica Federico Santa María, en espera de alguna palabra que les clarifique el camino una vez rendida la PSU. "Los cuerpos tienden a mantener su estado en movimiento, independiente del estímulo", explicó al tirar hacia arriba una pelota de tenis cuyos átomos desafiaron por algunos segundos a la fuerza de gravedad. De igual modo, "la Tierra se está moviendo cuando tiro una mesa".
Así, "la física estudia las leyes del comportamiento de la materia, describiendo lo ya observado, para luego predecir lo aún no visto". Por ejemplo, se cree que la Luna al estar en el horizonte es más grande, "algunos más aventurados dicen que es por efecto óptico de las capas de la atmósfera", bromeó Dib para luego mostrar, métricas en manos, un par de fotos suyas que comparaban el tamaño del satélite tanto de día como de noche, marcando igual diámetro. "Son nuestros sentidos los que nos engañan. Una ilusión óptica, la psicología, la cultura".
Sortear las barreras
"Lo que torna difícil aprender es la idea de que 'ya sabemos'", pero una vez sorteada esa barrera, continuó el docente ante la expectante concurrencia, pasan las cosas en una retroalimentación entre la teoría y el experimento, ya que la suma de la "evidencia previa, la imaginación, la formulación matemática, los métodos experimentales, instrumentos y tecnología, dan como resultado un impacto en la sociedad, como son hoy, a modo de ejemplo, los equipos médicos y las telecomunicaciones".
A modo de anécdota y para motivar a los jóvenes a derribar los muros, el físico recordó la historia de Sir Tim Berners Lee, quien fue despedido del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) "por estar ocupado desarrollando esto en lugar de experimentando" y luego, con el tiempo, el núcleo científico, "a pesar de tener a varios premios nobeles entre sus filas, puso a la entrada una placa que dice 'el lugar donde nació la web'".
Por cosas como estas es importante estudiar y tratar de comprender ese mundo más pequeño que el átomo, es decir, "la búsqueda de partículas elementales", aunque el problema radica en lo limitado de nuestros sentidos para detectar la composición de la materia: "En un milímetro caben diez millones de átomos".