La primera página de la edición de ayer de este Diario mostró una de las obras de destacados pintores que trabajaron en Valparaíso el siglo XIX y que serán subastadas hoy, en Londres, en la conocida casa Christie's, especializada en arte.
Corresponde esa imagen al francés Ernest Charton de Treville (1818-1878), quien residió en esta ciudad en la segunda mitad del siglo antepasado. El otro cuadro en venta es fruto de los pinceles de Thomas Somerscales (1842-1927), que ejerció la docencia en el antiguo Colegio Mackay de este Puerto y es autor de gran cantidad de trabajos que presentan la ciudad, paisajes de la zona central y, especialmente, temas marítimos, muchos relacionados con la Guerra del Pacífico.
La gran novedad de esta subasta es el mencionado cuadro, hasta ahora desconocido, del artista francés y que se denomina "Panorámica de la ciudad de Valparaíso", de 1860. Se conocen en nuestro medio otros trabajos de Charton de Treville, entre ellos "El cerro Alegre antiguo", de 1859, que presenta en primer plano un hermoso jardín, un grupo familiar y luego parte del puerto. Actualmente su paradero se ignora.
Para Carlos Lastarria, curador del Museo Baburizza y crítico de arte, la obra en subasta reviste gran importancia y es absolutamente desconocida en el medio nacional. En tanto, el trabajo en venta de Somerscales se denomina "Un valle en Chile, más allá de los Andes".
La labor en el país y en especial en Valparaíso de ambos creadores da cuenta de la atracción que tuvo nuestro medio para destacados pintores extranjeros, que encontraron acá nuevos paisajes, colores y visiones humanas que inspiraron su creatividad. Por otro, lado esos artistas junto a Rugendas, Monvoisin, Wood, Chassin Troubert, Eisele y Grashoff y Mochi, entre otros, hicieron escuela contribuyendo en forma decisiva al desarrollo de la plástica nacional.
A la vez, todos sus trabajos tienen un valor documental que nos permite mantener en el tiempo una visión de variados aspectos de nuestro pasado.
Las obras que hoy se subastan tienen mínimos de 70 mil y 40 mil libras esterlinas, respectivamente, para los trabajos de Charton de Treville y Somerscales.
Quizás sea demasiado tarde, pero habría sido importante para nuestro país adquirir esas obras, concretando así una consistente inversión en esa cultura y patrimonio de lo que tanto se habla hoy en día.
Nuestros politizados agregados culturales a las embajadas deberían tener, como parte de sus tareas, la obligación de estar alertas a oportunidades como la que significa esta subasta en Londres. Por otro lado, es factible que una alianza público-privada, trabaje en forma sistematizada en una labor de rescate de piezas de nuestra historia existentes más allá de nuestras fronteras.