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Libro rescata la vida y obras de la "Generación Porteña"

PINTURA. Los investigadores Marcela Küpfer y Carlos Lastarria presentaron su obra, en la que sacan del olvido a siete destacados artistas que desarrollaron su obra en Valparaíso.
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Alfredo Larreta

Con la entrega de una valiosa y oportuna investigación, se ha llenado uno de los tantos vacíos que existen en la historia de la pintura de Valparaíso. Los investigadores Marcela Küpfer Collao y Carlos Lastarria Hermosilla, se han esmerado en rescatar la que se ha denominado la "Generación porteña", conformada por siete pintores, que con sus diferentes individualidades y mundos, reunieron en común un trabajo pictórico realizado fundamentalmente en esta ciudad, entre los años 1930 y 1960 del siglo pasado.

La periodista Marcela Küpfer y el crítico de arte Carlos Lastarria, inspirados por un anterior libro de su común autoría, "Jim Mendoza, pintor de abismos", se dieron a la tarea de emprender una nueva y dificultosa investigación sobre estos siete pintores, de algunos de los cuales existía poca información y también escasas producciones, ya que solo unas cuantas obras de ellos se encuentran en museos. Y es así como debieron bucear en colecciones privadas, recibiendo, según lo han reconocido, una cálida acogida para coloaborar e enriquecer su investigación.

Así nació este libro, la "Generación Porteña", editado por Narrativa Punto Aparte en su colección Expedientes, y que fue financiado por el Fondo Nacional del Fomento del Libro y la Lectura, a través de la modalidad de Apoyo a Ediciones 2015.

En la obra, por orden de aparición, se reseñan las vidas y se incluyen obras, muchas de ellas hasta hoy desconocidas, de los pintores Chela Lira (la única mujer del grupo) Roko Matjasic, René Tornero, Manuel "Marinero" Araos, René Quevedo y el mencionado Jim Mendoza.

El apasionante trabajo de estos investigadores deberá traspasar las fronteras provincianas y ser considerado y valorado en la capital del reino, donde se han escritos las principales historias del arte y de los pintores, en las cuales, salvo raras excepciones, apenas figuran unos pocos creadores porteños, como también de otras regiones de nuestro país. Este es, sin lugar a dudas, uno de los principales aportes de ambos estudiosos, que combinaron sus fortalezas, para formar un dúo de potente y clara voz, para situar en el pedestal que les corresponde a estos y otros pintores. Porque habrá más, puesto que en su presentación realizada en Sala El Farol de la Universidad de Valparaíso, anunciaron que proseguirán en su rescate de los artistas locales, respecto de los cuales resta aun mucho por conocer.

Los autores dejan constancia que este grupo de artistas comenzó a surgir, luego del arribo desde Europa a Valparaíso, a principios de los años 20 del siglo pasado, de la pintora Celia Castro, abuela de Salvador Allende y considerada la primera pintora profesional de Chile, quien instala aquí un taller, ya que en la ciudad no existía formación para el arte visual, y comenzó a recibir a pintores jóvenes y precarios, entre ellos varios de los que más tarde conformarían la Generación Porteña. Era un grupo que se conocían entre si y "compartieron las coordenadas de una época y evidenciaron, en sus vidas y obras, características propias e irrepetibles que los configuraban" en una generación.

Los objetivos cumplidos

Igualmente, los autores han precisado que con este cuidado volumen de 143 páginas, con profusión de pinturas todas a color, han cumplido dos objetivos, estableciendo las bases para la definición de una generación y registrar una muestra contundente de la obra de estos autores, insuficientemente representada en el patrimonio pictórico público nacional. Y agregan que son pocas las salas y museos donde se pueden concentrar las obras de estos pintores y ciertamente en ninguna de ellas forman parte de una colección catalogada.