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Región de Valparaíso: los efectos de la sequía en el agua potable

EDUCACIÓN. La Escuela de Periodismo UAI y El Mercurio de Valparaíso organizaron el concurso de periodismo escolar "Tu barrio es noticia" . En esta sección reproducimos los trabajos ganadores.
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Por David Murillo Galiano

El 2015 está siendo un año difícil para la Región de Valparaíso, que ahora mismo lucha contra una gran sequía, la más grande registrada hasta la fecha. Pero no ha sido sólo este el año seco, la década está siendo la más árida de los últimos 150 años.

Valparaíso normalmente requiere de unos 20 millones de metros cúbicos (20.000 millones de litros) acumulados en sus embalses sobre estas fechas y hoy quedan menos de 3 millones disponibles. Los embalses encargados de dar agua a Viña del Mar y Valparaíso están tan solo al 14% de su capacidad, lo que genera un gran problema no sólo para los ciudadanos, sino también para la empresa encargada de distribuir el agua, Esval.

Los aromos

El embalse Los Aromos, por ejemplo, sirve para nutrir la sección del río Aconcagua (cuyo caudal ha bajado en un 57% este año) que abastece a una de las plantas de Esval, la planta de Concón. Hoy, este embalse está en su mínima capacidad histórica: Ahora mismo acumula 2.5 millones de metros cúbicos, siendo su capacidad total de 35 millones, lo que equivale al 3%.

Si la situación continúa, a Esval le será difícil aumentar el caudal del río (de forma artificial) lanzando agua desde el embalse cuando la demanda aumente. La distribuidora enfrenta este difícil problema y ya ha empezado a buscar soluciones, comenzando con un estudio para analizar la forma de forzar el llenado del embalse.

Esval sabe que para salir de esta catástrofe, necesita la ayuda de los ciudadanos, por lo que ha iniciado campañas de comunicación y ha creado videos para incentivar a la población a ahorrar agua potable en sus casas. Se han realizado 33 talleres educativos para informar a los ciudadanos sobre la situación y para los más pequeños, se han llevado a cabo 1.500 actividades educativas, que incluyen obras de teatro y cortos animados entre otras.

Por otra parte, el fenómeno del Niño juega un papel importante en este tema, pues podría traer las tan esperadas lluvias a la Región. Los especialistas de la Dirección Meteorológica de Chile predicen que en julio y agosto empezarán a caer las primeras lluvias y, si todo sucede según lo previsto, se puede llegar al nivel normal de lluvias con respecto al año promedio.

Se cree que este año El Niño puede poner fin a los 7 años de grave sequía que ha traído consecuencias nefastas para la agricultura y ha complicado el trabajo de Esval para conseguir la continuidad en el abastecimiento de agua. Según los meteorólogos, es difícil precisar la cantidad de agua que caerá este invierno, pero dicen que rondará los 360 milímetros, lo que haría que 2015 pase de ser el año más seco, al más lluvioso en los últimos 7 años.

Consumo responsable

El subgerente de Planificación de Esval, Rodrigo Osorio, nos despeja algunas dudas sobre los aspectos de la sequía que afectan a las empresas sanitarias y en especial a Esval, sanitaria de la Región de Valparaíso:

- Sabemos que Esval está pensando cómo resolver los efectos de la sequía en el consumo humano, pero ¿no estaría la respuesta en pensar cómo consumir menos agua dada esta situación tan crítica?

- Sin duda debemos ser sensibles a esta situación y consumir el agua de manera responsable. Hacemos grandes campañas desde hace años para fomentar estas prácticas entre nuestros clientes, en especial los niños. En todo caso, no debemos olvidar que solamente el 6% del consumo de agua dulce es destinado a consumo humano, por lo que si rebajamos el consumo de los hogares en un 20%, habremos "solucionado" tan sólo el 0,12% del problema. La eficiencia en el uso de un recurso tan escaso es problema de todos.

- Y ahora que estamos en plena sequía ¿de dónde está sacando agua Esval, pues la cantidad de agua que baja por el río ha disminuido mucho ¿qué se hará para evitar quedarse sin fuentes de agua potable?

- En zonas como la nuestra, donde las escasas lluvias se acumulan en pocos meses al año, para conseguir dar un servicio de agua de manera continua, es necesario acumular el agua sobrante en esos meses lluviosos (otoño e invierno) para utilizarla en los momentos de máxima demanda por parte de los consumidores (verano). La bajada durante años en la cantidad de agua caída hace que los embalses de acumulación estén en mínimos históricos, por lo que debemos buscar fuentes alternativas al agua superficial de ríos y embalses.

Desde hace ya varios años, hemos tenido que cambiar la manera en la que abastecemos nuestras plantas potabilizadoras de agua cruda. Actualmente suplimos la disminución del caudal superficial del río con el aprovechamiento del acuífero subterráneo, a través de pozos profundos y drenes que captan el agua subterránea. En todo caso, el acuífero subterráneo, aunque menos explotado, también va perdiendo capacidad con la sequía, por lo que esta maniobra terminará por no ser suficiente en caso de que la sequía continúe.

Inversiones

- ¿Qué pasaría si la sequía efectivamente continúa hasta esos niveles?

- En ese caso, el acuífero, tanto en su parte superficial como subterránea, no será suficiente para abastecer a la población y tendremos que pensar en otras fuentes de agua cruda. En nuestro caso, por estar ubicados cerca de la costa, solo tenemos que mirar al oeste, al Pacífico. La tecnología actual permite producir agua potable a partir del agua de mar sin ningún problema. Lo que tenemos que pensar con cuidado es cómo las inversiones y costes de operación asociados a esta tecnología pueden afectar al precio del producto final, el agua potable.

- ¿Quién tendría que pagar esas inversiones y gastos?

- Esa es una pregunta que tenemos que contestar entre todos, ya que debemos decidir si el efecto de la escasez hídrica en el agua potable es algo que deba pagarse en la cuenta del agua o si son inversiones que debe realizar, en todo o en parte, el Estado para que la cuenta del agua no se vea tan afectada.

En este escenario, la desalinización de agua marina parece la solución más factible de conseguir agua potable segura a largo plazo, aunque ello lleve consigo un gran costo. Prácticamente todos los países desarrollados han decidido optar por esta tecnología para sus zonas más secas. Antofagasta es una de las regiones chilenas que emplea este método para producir su propia agua potable, junto con lo que lleva el problema a una solución concreta para sus habitantes. Debemos seguir buscando soluciones definitivas para afrontar uno de los retos más importantes de este siglo, el agua.