"Las farmacias populares son un paliativo porque los remedios deben ser 100% gratis"
"Las farmacias siguen abusando y las cadenas siguen aumentando los precios", advierte el senador PPD y miembro de la Comisión de Salud del Senado, Guido Girardi. Por eso, recalca, las farmacias populares surgen como un "contrapeso al abuso persistente" que justifica, agrega, la necesidad de tener un marco regulatorio para un mercado cuyo comportamiento se puso en entredicho y donde la palabra colusión se escuchó por primera vez.
-¿Por qué la idea de replicar la farmacia popular de Recoleta genera reticencia en ciertos sectores?
- La oposición está equivocada cuando dice que para qué se necesitan farmacias populares en Chile cuando los medicamentos se entregan gratuitos. Esto demuestra un no conocimiento de los consultorios y hospitales porque a los beneficiarios del sistema no se les entrega más que el 50% de la receta que da el médico y el otro 50% la gente lo tiene que comprar. Chile tiene un precio de medicamentos altísimo y el gasto de los chilenos en medicamentos es uno de los más altos del mundo porque en todos los países civilizados se entregan como parte de su derecho de salud y son gratuitos. Y en Chile debiera ser así a futuro.
- ¿Hay un impacto real tras la ley que obliga a recetar genéricos?
- Yo soy autor de la ley que se aprobó en enero del 2010 que obligaba a recetar genéricos, a eliminar las canelas (incentivos económicos) y un conjunto de regulaciones, pero las farmacias siguen abusando y las cadenas, este monopolio de tres, siguen aumentando los precios. En cualquier país, incluyendo los europeos, los medicamentos son más baratos que en Chile.
- ¿En qué se nota el abuso?
- Las farmacias siguen sin tener lista de precios, siguen imponiendo las marcas propias por sobre los demás medicamentos porque hay integración vertical totalmente irregular y que es el hecho de que las farmacias sean las dueñas de los laboratorios y vendan las marcas propias. O sea, las farmacias han tenido una serie de sanciones durante los años 2014 y 2015 a pesar de la última ley que habíamos aprobado. Y por eso que en abril volvimos a presentar un proyecto que busca terminar con la integración vertical y las marcas propias, y evitar que las farmacias continúen eliminando a los genéricos. La ley que se aprobó establecía que sólo se podía cambiar un medicamento caro por uno barato a condición del que lo cambiara fuera un bioequivalente. ¿Y qué es lo que hacen las farmacias? Señalan que los genéricos no tienen bioequivalencia y por esa vía están haciendo desaparecer del mercado a los genéricos que son los más baratos.
- En lo concreto, ¿qué busca este proyecto de ley?
- Terminar con la integración vertical y las marcas propias; impedir que desaparezcan los genéricos y que sólo tú puedas cambiar un medicamento caro por un genérico. Y como tenemos que presentar indicaciones, la idea es que a través de Cenabast se puedan vender medicamentos a precio mayorista a farmacias independientes o a municipios o a instituciones con una utilidad que no pueda ser superior al 20% del precio de compra.
- ¿Por qué la Comisión de Salud pidió urgencia?
- Sí, la pedimos y de seguro el Gobierno se la entregará, pero lo importante es que se aprobó el proyecto en general tanto en la Comisión de Salud como en la Sala del Senado. Y ahora comenzará el trabajo en particular, pero puedo decir con certeza que vamos a tener una legislación sobre farmacias. Es tal la distorsión del mercado, es tal el abuso que han cometido farmacias Ahumadas, Cruz Verde, Salcobrand, que hoy están en tela de juicio, en sospecha, y hoy cuestionar a estas farmacias lleva aparejada mucha popularidad porque la gente se siente abusada y por eso una propuesta como ésta es exitosa como proyecto.
- En la oposición critican la propuesta de las farmacias populares porque haría quebrar al Cenabast y la pérdida del beneficio para los sectores más vulnerables.
- Lo que pasa es que tal como está tampoco sirve; ni siquiera sirve para venderle a los consultorios y hospitales. Y el hecho de que solo le compren el 18% muestra que el organismo está con pulso cero. Ahora, transformar a Cenabast en un poder de compra significa un nuevo Cenabast porque hoy es obsoleto y anacrónico. De hecho, ni siquiera es capaz de venderle medicamentos a los hospitales y consultorios. Uno supondría que de todos los medicamentos que compran los consultorios y hospitales el Cenabast les vende el 100%, pero solo le compran el 18%. El 82% restante se lo compran directo a los laboratorios o incluso a las propias cadenas.
- ¿Y este proyecto incluye esta modernización?
- Es que tenemos que avanzar en esa línea sí o sí, es obligatorio. Si no le vende a consultorios y hospitales, menos les va a poder vender a farmacias independientes o municipios.
- El ministro Marcelo Díaz señaló que van a tomar todas las medidas para replicar la idea de la farmacia popular de Recoleta. ¿No es duplicar los esfuerzos?
- Es que eso lo tienen que hacer a través de nuestro proyecto por medio de indicaciones. Esto es como un chasis y todo lo que el Gobierno tenga interés en hacer en este tema, lo puede hacer en este proyecto y ponerle todos los adornos que quiera.
- ¿Y cuál sería el escenario óptimo?, ¿una farmacia popular por comuna?
- No, no, esto es una transición, es un paliativo. Para mí lo óptimo es lo que existe en Europa, donde el 100% de los medicamentos fuera gratuito; o sea, que el medicamento fuera parte de la salud como un derecho. De todo el proceso médico el costo del medicamento es un 20%; y si la gente no accede al medicamento se pierde el 80%. Y entonces, ¿de qué sirve haber ido al médico, hacerse los exámenes, etc.? O sea, al final es una pésima inversión no entregar el medicamento o no garantizar que la gente acceda al medicamento porque perdiste el 80%. Pero si la salud es un derecho no puede depender del tamaño del bolsillo de las personas y menos con farmacias tan abusadoras como las que tenemos. Lo que yo planteo es que el derecho a la salud se consagre también en los medicamentos, para que sean gratuitos y que sea el Estado, como en Francia, el que negocie con las cadenas. Yo incluso propongo que nos asociemos a nivel regional y que con Brasil y Argentina negociemos los tres juntos con las grandes farmacias el precio de los medicamentos. Saldría mucho más barato y con la misma plata podríamos dar cobertura a muchísima más gente; esa es la solución definitiva. El medicamento no es un bien de consumo y el paciente no es un consumidor; estamos hablando de salud, no es como ir a comprar zapatos, porque si no te compras un par bueno, no importa, pero si no tienes la insulina la persona se puede morir.
- Se requiere un cambio cultural.
- En el mundo entero esta forma de pensar la salud como en Chile no existe. Hay que reponer el derecho.
"Deberíamos asociarnos con Brasil y Argentina y negociar con las grandes farmacias el precio de los medicamentos. Esa es la solución definitiva" "El Cenabast está obsoleto y anacrónico. De hecho, ni siquiera es capaz de venderle medicamentos a los hospitales y consultorios"
Entrevista. Guido Girardi, miembro de la Comisión de Salud del Senado: