Presupuesto a la Ciencia
La Sociedad Chilena de Ciencias del Mar (SCHCM), asociada al Consejo de Sociedades Científicas, a través de esta Declaración Pública, adhiere a la inserción publicada recientemente en la prensa nacional, denominada "Carta abierta de la comunidad científica al Gobierno: Nuestros gobiernos han elegido la ignorancia".
La SCHCM está muy preocupada por los difíciles momentos que está pasando la Ciencia en Chile, la cual a pesar de estar inserta en un escenario de alta competitividad a nivel internacional, el presupuesto para el 2016 presenta un estancamiento, pese a su escaso porcentaje frente a la mayoría de los países de la OECD.
Además, la SCHCM hace presente su más alta preocupación frente al escaso interés del Estado en desarrollar políticas públicas enfocadas a educar, proyectar y consolidar las ciencias marinas chilenas, lo cual ha implicado la baja motivación que actualmente tienen nuestros jóvenes por proseguir sus estudios superiores en carreras relacionadas con la ciencia y tecnología del mar (acuicultura, biología marina, oceanografía, entre otras), materias de indudable interés e importancia para la Nación. El desarrollo sustentable de las actividades de pesca y acuicultura como también el conocimiento de los ecosistemas marinos, requiere de la formación de profesionales idóneos con una sólida base científica y tecnológica en el ámbito de los océanos y sus recursos.
Ante esta inquietante situación, estamos atentos a las acciones que científicos, académicos, estudiantes y miembros de la sociedad civil realicen, para que las autoridades gubernamentales enfrenten y se ocupen de este tema trascendental, para revertir este proceso que frena y perjudica el desarrollo y engrandecimiento de nuestro país y su gente.
Marcelo Campos Larraín Presidente Sociedad Chilena de Ciencias del Mar
Banco Central
Me queda claro que al presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, no le quedó claro que nos afecta un valor alto del dólar, sobre todo a los más pobres. Si este lo interviene para los exportadores, pues que también intervenga por los consumidores. Es lo justo, ¿no?
Tomás Leiva Lèrou
No somos serios
Los dos últimos años hemos sido testigos del desastre que significó para la política en Chile, en definitiva para la democracia, la nefasta mezcla no controlada del dinero con los partidos, dirigentes, parlamentarios, administradores, que terminó en un desfile por los tribunales, cuya convocatoria todavía no termina, postergando las sentencias que den un corte final a tan amarga experiencia.
Sin embargo, aun cuando la batalla por limpiar la cancha no ha terminado, parece que todo el mundo ya no le da importancia y están abocados a las candidaturas para las elecciones municipales, olvidando lo esencial: el dinero marca la diferencia en la política.
Nelson Lister Nazif
Gestión deficitaria
El déficit es una práctica reiterada en gran parte de la administración pública. La señal indiscutible de mala gestión y detrimento de objetivos que anuncia todo déficit simplemente se ignora.
Se justifica la gestión deficitaria declarando que las necesidades son ahora mayores, sin tener en cuenta que los ingresos son los mismos. Tampoco se considera la escasez de recursos ni la desaceleración de la economía, que están frenando los proyectos más emblemáticos del Gobierno.
En base a estos predicamentos algunos servicios públicos ostentan déficits anuales reiterados. Se habla con indiferencia del déficit de los municipios, hospitales, consultorios, escuelas, etc., omitiendo la realidad financiera del país.
Lo grave de la gestión deficitaria es que los administradores se endeudan para financiar su carencia, comprometiéndose a pagar deudas e intereses más allá del periodo de su mandato, sin asumir la responsabilidad inherente a su mala gestión.
El déficit se traspasa a la administración siguiente, el desequilibrio no se resuelve, crece la deuda y las amortizaciones. La situación financiera anómala, al hipotecar ingresos futuros, socava los objetivos de la institución, genera frustración y daños irreversibles.
Jaime Salazar Rojas
Derrame en Quintero
La senadora Lily Pérez y la diputada Andrea Molina alegan contra el fallo que no sancionó a los prácticos cuyo buque produjo un derrame. Hay que preguntarse si conocen el proceso completo, si saben todos los factores y riesgos que se producen al gobernar un buque y especialmente los imprevistos.
Es muy fácil hablar sin razón cuando se está cómodamente sentada en un sillón, teniendo fuero para todas las sandeces que se dicen y a eso sumemos un suculento sueldo, pagado por todos los chilenos y estos sin recibir ningún beneficio de las flamantes parlamentarias.
Jorge Baeza Concha