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Los padres pueden heredar la obesidad a través de los genes

DESCENDENCIA. Según un estudio, hombres traspasarían experiencias y hábitos a sus hijos, como sobrepeso y estrés.
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Mabel González

Un estudio danés encontró que los padres traspasan más que sólo genes a sus hijos, y que sus hábitos y experiencias tendrían repercusiones en la salud de sus herederos.

En el estudio, académicos de la Universidad de Copenhague analizaron los espermatozoides de un grupo de padres y encontraron una serie de alteraciones "epigenéticas", es decir, cambios químicos heredables que pueden activar o desactivar genes.

Estas alteraciones variaron en los tres grupos examinados por el equipo: uno conformado por hombres delgados, otro por obesos y otro por pacientes que se sometieron a un bypass gástrico. Aunque se desconocen sus efectos con exactitud, en muchos casos estas alteraciones impactaron regiones del ADN relacionadas con el control del apetito.

Los autores del informe, liderados por el doctor Romain Barres, creen que ésta podría ser una de las explicaciones de por qué los hijos de padres obesos también son vulnerables a sufrir sobrepeso.

La investigación comenzó en 2013 con el fin de indagar una hipótesis que no deja de ser controvertida: que las experiencias de un hombre pueden alterar su esperma y que esos cambios a la vez pueden afectar a sus hijos.

Tal idea es contraria al pensamiento estándar sobre la herencia, es decir, que los padres traspasan sólo los genes a sus hijos. Dicha hipótesis indica que las personas heredan genes que las predisponen o no a la obesidad, el estrés o el cáncer, pero que si uno de los padres es obeso o muy ansioso, esos genes no se reescriben.

Antes, en 2010, Barres llevó a cabo unas pruebas en las que alimentó ratones machos con una dieta alta en grasas y luego los apareó con hembras. En comparación con los ratones machos que consumieron una dieta normal, estos roedores engendraron crías que tendieron a subir más de peso, desarrollar más grasa y tener más problemas para regular los niveles de insulina.

Pero los expertos descubrieron que una alimentación alta en grasas era sólo una de varias experiencias del progenitor que podían afectar a su descendencia. El estrés era otra. Los ratones expuestos a experiencias estresantes -como oler el hedor de un zorro- procrearon crías con una respuesta al estrés disminuida.

Para establecer el vínculo entre las experiencias del padre y las condiciones biológicas de la descendencia, los científicos analizaron los espermatozoides. Una célula del esperma proporciona ADN a un huevo, pero esos genes están regulados por enjambres de moléculas llamados "factores epigenéticos".

Cambios en el comportamiento

Para el doctor Barres, los hallazgos de su investigación podrían llevar a cambios en el comportamiento de las personas, sobre todo en el de aquellos que quieren convertirse en padres. "Es bien sabido que cuando una mujer está embarazada, ella debe cuidarse -no beber alcohol, mantenerse alejada de los contaminantes, etc.-, pero si lo que señala nuestro estudio es verdad, entonces las recomendaciones deberían estar dirigidas a los hombres también", sostuvo.