Gilmour revive a Pink Floyd en primera cita con Sudamérica
MÚSICA. El músico realizó en Sao Paulo el concierto inicial de su gira regional, que lo tendrá en el Estadio Nacional.
La psicodelia de Pink Floyd sigue más viva que nunca. Así lo demostró en Sao Paulo la guitarra de David Gilmour, que trajo a su primera cita con Sudamérica, la noche del viernes, los acordes de la banda que lo catapultó al olimpo del rock.
Como si de un tributo se tratara, Gilmour recorrió las melodías del que fue, para muchos, uno de los grupos más influyentes del siglo XX. El mismo del que parecía renegar cuando aseguró, durante la conferencia de prensa previa al tour, que no tenía "ningún interés en volver a trabajar" con sus antiguos camaradas.
El ecléctico público del estadio Allianz Parque, formado por unas 40.000 personas, pareció agradecer la elección vociferando sin parar durante las más de dos horas que duró el concierto.
Sin embargo, el primer acorde del repertorio que Gilmour presentará luego en Curitiba, Porto Alegre, Buenos Aires y Santiago salió de "Rattle that rock", el tema que da nombre a su último trabajo, el responsable de que el legendario músico se deje ver a este lado del mapa.
"Vamos a tocar algunas canciones nuevas y otras viejas, esperamos que estén muy contentos porque definitivamente nosotros tenemos la intención de estarlo", dijo el artista antes de agregar: "Ah... esta les gustará".
Todavía no había empezado casi ni a sonar "Wish you where here" y el público ya había enloquecido al identificar la inconfundible huella de Pink Floyd.
Andanada de éxitosY aunque parco en palabras, Gilmour trató de hipnotizar a los asistentes con un éxito tras otro, como el archifamoso "Money", cuyo característico repiqueteo de monedas inicial se repitió una y otra vez sin que la canción llegara a arrancar . Nervioso, Gilmour confesó una "falla técnica".
Tras un intermedio de 20 minutos, el guitarrista regresó al escenario donde, lejos de lo esperado, recurrió pocas veces a mostrar sus más recientes composiciones, que incluyen influencias menos progresivas y que, en cambio, se acercan a estilos como el jazz. Gilmour continuó trazando un concierto para melancólicos, pero con éxito garantizado.