La política nos convirtió en impotentes observadores y en ciudadanos indiferentes ante las alternativas que solo benefician a grupos que están gravitando hacia los extremos. El no-voto ha sido desestimado, a pesar de que revela más de la voluntad ciudadana que los polos en participación.
No votar ha sido desvalorado por la clase política en una lectura equivocada que desvincula las votaciones de la (des) aprobación política, íntimamente relacionadas y cuya lectura deja al centro político e indignados sin representación.
El centro está compuesto por la mitad izquierda de Renovación Nacional y la mitad derecha de la Democracia Cristiana. También por los indignados, producto de la crisis institucional y emblemáticos casos que desconocen ideologías y que ven como el fruto de su trabajo se desvanece ante la "astucia" de quienes logran hacer dinero fácil.
En este escenario, el Partido Socialista decidió separarse de la Democracia Cristiana en las próximas elecciones de alcaldes en la Región de Valparaíso; es la forma de medir fuerzas y determinar si las elecciones presidenciales serán de extremos o centro.
Por ahora, en las presidenciales, los socialistas darán un espectáculo en sus primarias de mantenerse los candidatos actuales: Lagos, Allende e Eyzaguirre (se descuenta al panzer Insulza por asumir la defensa de Chile ante La Haya). La Democracia Cristiana, técnicamente acéfala, ya tiene a su expresidente en la contienda, lo que adelanta unas primarias interesantes para la coalición de Gobierno de lograr, los DC, una participación relevante en las elecciones municipales que giren la vista de los socialistas hacia el centro, lejos del PC.
Andrés Velasco, en tanto, emblemático candidato de centro, está atrapado en el purgatorio. "Dime con quién andas" es suficiente para explicar lo que podría ser el ocaso del exministro de Hacienda. Qué duda cabe que Lagos quedará en el camino; demasiado que explicar. Por su parte, el carisma de Isabel Allende contra la astucia de Eyzaguirre y ellos contra Ignacio Walker para definir quién peleará contra Piñera, el único exponente de derecha con posibilidad de ganar las elecciones.
Frente a este escenario, las elecciones de alcalde serán la antesala que determinará si los partidos políticos irán hacia los extremos o comenzarán a mirar hacia el centro; donde está -a no olvidar- el no-voto y la desaprobación.
¡Aún hay esperanza!, con la prohibición de financiamiento privado de los partidos políticos. Sin financiamiento de empresas los partidos políticos deberán volver al origen: sus partidarios, que de convertirse en el sustento de los partidos, tendrán el poder suficiente para hacerse escuchar y volver a gobernar sin la muralla partidista de los nombres tradicionales que circulan desde hace décadas y lejos de las cúpulas.
Alejandro Maureira Butcher
Economista