El puerto de Valparaíso no ha llegado a puerto…
Expreso mi opinión con intención de abrir un debate que, para muchos, ya no es necesario. Un ex Presidente nos acaba de decir que, quizás, es bueno hacerlo; yo, humildemente, estoy convencido de ello.
Las palabras del ex Presidente Ricardo Lagos (En edición domingo de El Mercurio de Valparaíso) hacen ver una dura realidad: el proyecto que pretende consolidar el puerto en Valparaíso, con sus debidas y necesarias ampliaciones, lejos de suscitar alegrías por doquier, genera serias controversias. Al parecer hay que conjugar algunas posiciones que, dichas desde diversos frentes, van esculpiendo una misma realidad. La ampliación del puerto es necesaria para la ciudad, pero el Terminal 2, tal como se ha ido definiendo, genera muchas interrogantes de cara al futuro de la ciudad. No se trata sólo de tener vista o no al mar, ni de asumir los costos inalienables a una industria en particular, como la portuaria. Lo que está en juego, es más bien, es el uso del borde costero al servicio de la gente de Valparaíso y el potencial turístico, cultural y ambiental que ello representa.
Estimo que aún es tiempo de pensar a largo plazo nuestro puerto, el cual debe potenciar la ciudad y viceversa. Es innegable que Valparaíso y su gente tienen derecho a usar el mar que baña su costa; es legítimo que la industria portuaria pretenda espacios sostenibles para crecer; es lógico que las visiones disímiles se confronten. Todo ello exige una reflexión dinámica que replantee lo que, lamentablemente, se ha ido consolidando en la ciudad puerto: un T2 que hipoteca el uso del borde costero para las personas y, de paso, no asegura no quedar obsoleto en el corto tiempo. La industria turística, la calidad de vida de toda una ciudad, el uso recreativo y formativo del contacto con la costa, las innumerables ventajas que significa una ciudad con un puerto capaz de movilizar una importante cantidad de carga, son posibles de integrarse en un nuevo proyecto que se abra a un desarrollo más amplio de Valparaíso.
En algunos congresos, exposiciones y seminarios se han expuesto variadas alternativas que conjugan estas variables; incluso, pueden surgir otras. La intención de estas líneas es propiciar un debate amplio, audaz y creativo que haga que nuestra ciudad de Valparaíso llegue a buen puerto en los próximos 50 o 100 años. Estimo que es en la conjunción de las posibilidades expuestas anteriormente en donde esto se realiza; no creo que Valparaíso, como ciudad pueda encarcelarse en un terminal que borre o anule toda posibilidad de industria turística, creativa y recreativa. Eso sería un muro que, no sólo quita la vista, sino que aplasta el futuro de Valparaíso.
Expreso mi opinión con intención de abrir un debate que, para muchos, ya no es necesario. Un ex Presidente nos acaba de decir que, quizás, es bueno hacerlo; yo, humildemente, estoy convencido de ello.
Párroco Parroquia La Matriz de Valparaíso
Gonzalo Bravo Álvarez