Hasta hace unos años eran contadas las familias que se atrevían a decorar el exterior de sus casas con adornos navideños, utilizando sobre todo para ello distintos juegos de guirnaldas. Pero hoy el mercado ofrece un sinnúmero de productos para convertir techos, antejardines y ventanas en un verdadero show de luces y figuras, incluso mecánicas, algo que han sabido aprovechar vecinos de los cerros Esperanza y Los Placeres, como Margarita Mena González, quien por 15 años ha mantenido esta tradición junto a los suyos. Incluso en esta oportunidad su esposo le regaló un pesebre con figuras que superan el metro de altura y que ya tenía armado los primeros días de noviembre en el exterior de su casa, transformándose en toda una atracción. "Lo hago por los niños, verlos alegres es un premio. Así se recuerda el verdadero sentido de la Navidad, el nacimiento de Jesús", expresa.